28 feb 2009

Preferimos al antiguo inspector Clouseau

El título 'La pantera rosa 2' puede llevar a pensar que la que se estrena esta semana corresponde a la segunda y no a la undécima vez que alguien traslada a la pantalla las aventuras del inspector Clouseau. Más importante que el diamante gigante, monigote animado o bollito hipercarbohidratado al que hace alusión el título es el torpe agente de la ley francés que ya han encarnado siete actores distintos. El último de ellos, Steve Martin; el primero, Peter Sellers. Nosotros nos quedamos, claro, con el inmortal intérprete de 'El guateque'.

Lo decía el propio Steve Martin a su paso por Madrid hace unos días: "Peter Sellers es el gran maestro de la comedia". Entonces, ¿por qué alterar el legado del gran cómico y enfangarlo pasándolo por el aro de la democracia infantil vía sucia taquilla? Martin lo justifica diciendo: "Clouseau es como Hamlet; muchos lo han interpretado antes que yo y muchos tomarán el relevo después".

Tiene también palabras airadas para explicar por qué se ha pasado de la comedia surrealista de los 80, en la que estuvo ligado a Carl Reiner y al 'Saturday Night Live', al cine palomitero más desprejuiciado: "Ahora es el momento. No veo nada de malo en hacer cosas para niños o para grandes audiencias. Me honra ser cómico, me lleve a donde me lleve". Y entonces suelta la bomba: "'La Pantera Rosa 2' tiene momentos de alta y baja comedia". Luego lo admites, Steve...

No es que no nos guste Martin y, desde luego, no es que estemos en contra de todo el cine comercial, es sólo que parece que no van a volver sus tiempos de gloria de antisistema abridor de nuevos caminos en la comedia americana. Como su penúltima franquicia, se ha 'adocenado'. Algo que nunca le pasó a Sellers. Por ello, y un poco como tirón de orejas al protagonista de la cartelera de esta semana, te damos ocho razones por las que preferimos al primer Clouseau (sin separar a persona de personaje):

Sellers Vs. Martin

Steve Martin ataviado con la medalla al mérito que consiguió en la primera parte.

  1. La media de puntuación de las cinco 'Panteras Rosas' de Sellers en iMDB es de 7,2 (Notable). La de las dos de Martin, 4,8 (Insuficiente).
  2. Sellers fue nominado a tres Óscares, dos por sus actuaciones en 'Bienvenido Mr. Chance' y '¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú' y otro por su labor de director en el corto 'The Running Jumping & Standing Still Film'. Además, consiguió el Globo de Oro por 'Bienvenido Mr. Chance' y fue nominado a ese mismo premio en otras cuatro ocasiones. Steve Martin nunca ha estado nominado al Óscar y, pese a que sí ha sido finalista al Globo por 'Dinero caído del cielo', 'Dos veces yo', 'Roxanne', 'Dulce hogar... ¡a veces!' y 'Vuelve el padre de la novia (Ahora también abuelo)', nunca lo ha ganado.
  3. Directores como Stanley Kubrick (dos veces), Blake Edwards (seis veces), John Huston, George Roy Hill, Vittorio de Sica o Hal Ashby (dos veces) requirieron los servicios del inglés. Martin puede presumir de haber estado a las órdenes Carl Reiner, Ron Howard, Frank Oz, John Hughes, Lawrence Kasdan o David Mamet. También grandes, pero no tanto.
  4. Sellers se pasaba de la comedia al drama con gran facilidad. Tan recordados son sus desvaríos cómicos (siempre aderezados con un punto de 'gentlemen') como, por ejemplo, su pederasta Clare Quilty de 'Lolita'. Uno de los muy pocos asaltos de Martin al cine serio fue la fallida 'Grand Canyon', una especie de madre putativa de 'Crash', para la que se dejó barba (blanca, claro).
  5. Peter Sellers fue fruto de un homenaje en la película biográfica que llevó por título 'Llámame Peter' (Stephen Hopkins, 2005). Su replicante americano también tiene un punto 'cool', no lo vamos a negar: Aparte de actor es guionista (ha participado en el libreto de hasta 13 largos), escritor (13 libros, entre ellos, su autobiografía) y músico (ganó un Grammy en 2002 a la Mejor Interpretación Instrumental de Country)
  6. Por lo que se deduce del biopic de Sellers, éste era un dictador tanto en su vida profesional como en la personal, que solía actuar con altivez y despotismo sacando los pies del tiesto con frecuencia. Una de las mayores salidas de tono que recordamos de Steve Martin nos afecta muy próximamente: cuando fue maestro de ceremonias en los Óscar de 2002 hizo un grotesco juego de palabras en el que relacionó el título de la película 'Blow' —que por aquel entonces tenía en cartel nuestra flamante Pe al lado de Johnny Depp— y su significado coloquial ('mamada'). Le llovieron críticas por todos lados. Muy mal, Steve.
  7. El Clouseau original, al igual que su compañero de quinta Jerry Lewis, se hizo popular por interpretar varios papeles en una misma película, tradición que luego heredaría Eddie Murphy. Hasta en nueve filmes distintos (además de en muchas series) Sellers interpretó dos o más roles, siendo su cumbre más reconocible '¿Teléfono rojo?...' y 'Camas blandas, batallas duras', la más abundante (seis personajes a la vez). Por su parte, Martin fue autor del guión, que adaptó su propia novela 'Shopgirl', además de productor y protagonista de aquella cinta, quizá lo mejor que ha hecho en las últimas dos décadas.
  8. 'El guateque' es una de las comedias mejor valoradas del siglo XX según la mayoría de compilaciones críticas especializadas. Para Rotten Tomatoes y para el propio Martin, lo mejor de su propia filmografía es 'Mejor solo que mal acompañado'.

La verdad es que esta escena de Martin sí que es bastante divertida



Las 'Panteras Rosas' de Peter Sellers

Las 'Panteras Rosas' de Steve Martin

Los otros Clouseaus

  • Alan Arkin en: 'El rey del peligro' (1968). En rigor es el único Clouseau de entidad aparte de Martin y Sellers. La suya fue la tercera película basada en el personaje, que volvería a las manos de Sellers en el 75 ('El regreso de la Pantera Rosa').
  • Andy Scourfield en: 'El hijo de la Pantera Rosa' (1993). Nadie ha visto las escenas en las que sale este actor desconocido con sólo una película más en su haber. La razón: era demasiado peregrino incluir al fantasma de Clouseau en una película que trataba de un hijo del inspector al que nunca se había hecho alusión en la saga. Blake Edwards había perdido completamente el pulso —lo que se demuestra con la elección de Roberto Benigni para el papel principal—, pero tuvo el buen juicio de mantener al icono al margen en el último momento.
  • Roger Moore en: 'La maldición de la Pantera Rosa' (1983). En esta ocasión nos encontramos ante un cameo paródico en el que Moore, en plena efervescencia de popularidad bondiana, se hace pasar por el gendarme tras una operación de cirugía estética.
  • Lucca Mezzofanti (Clouseau a los 8 años), Daniel Peacock (a los 18 años) y Daniel Farrell (de soldado en la II Guerra Mundial) en: 'Tras la pista de la Pantera Rosa' (1982). Además había imágenes de archivo descartadas de otras películas en las que podemos ver al propio Sellers, que había fallecido en 1980. Del cerdo, hasta los andares.

Y además

27 feb 2009

En el nombre del rey (Uwe Boll, 2007)


Sin la presencia del gran macho hostiador Statham (con el aparentemente inagotable filón taquillero que conlleva) no se entendería el estreno que nos ha llegado de sopetón esta semana. Llevaba dos años intentando colarse en nuestro país pero el buen juicio de los distribuidores decía que Uwe Boll (el nuevo Ed Wood alemán) debía ser vetado. Todas y cada una de las decisiones que toma este director son absolutamente erróneas, y no por falta de medios como ocurría con el grimoso director de 'Glen or Glenda'.

Efectos fantasmagóricos y un montaje aterradoramente torpe inundan una historia sin historia que ni siquiera es corta para compensar. Cualquier mono con un bote de aspirinas (como diría 'House') podría haber hecho algo mejor con los 60 millones de dólares que dicen que costó 'En el nombre del rey'. No hay ni un solo punto de interés en este execrable intento de dinamitar todos los honorables principios del entretenimiento. Ni siquiera ver de cerca a Burt Reynolds, Ray Liotta o Claire Forlani interpretando a una caricatura de sí mismos.

Valoración: 0/10

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¡Me ha caído el muerto! (David Koepp, 2008)


Empezando por el improbable galán protagonista, de cara sonrosadita, pelo a rigurosa raya, hinchados mofletes y amenazantes colmillos, casi todo funciona en '¡Me ha caído el muerto!'. Sirviéndose el habitualmente oscuro Koepp ('El efecto dominó', 'El último escalón') de un guión acusadamente deudor de las muy optimistas 'Ghost' y de 'Atrapado en el tiempo', logra situaciones frescas, personajes carismáticos y paisajes concebibles dentro de la nebulosa de irrealidad que busca desesperadamente su primera comedia. Por tanto, la elección de Gervais —una mala bestia— para cortejar a la bella Leoni se presenta como una audaz maniobra para rebajar al máximo las pretensiones de trascendencia de un producto que respira cinismo por los cuatro costados y exuda carcajadas a poco que conozcamos el juego que se nos plantea.

Valoración: 7/10

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La Pantera Rosa 2 (Harald Zwart, 2009)


Lejos quedan los 80 en los que Steve Martin era un género en sí mismo. Ahora se contenta con aportar apenas un grado de dignidad a productos condenables desde su primera concepción. Entrado en la sesentena, da la sensación de que el canoso cómico ha de tener la vida ya resuelta y, sin embargo, sigue asediándonos con pantomima de saldo cada vez que se asoma a las pantallas. Ahora parece conocer perfectamente las pulsiones de la taquilla quien sistemáticamente la esquivaba de joven. Resulta difícil extrapolar a la vida de un servidor la mentalidad de alguien que hizo lo que le dio la gana de joven para buscar un colchón económico precisamente en los años próximos a su jubilación. Todo parece indicar que la progresión lógica habría sido la contraria, aunque con la moda instaurada por el muy mediático e incoherente 'Benjamin Button' —que también hacía todo al revés— su comportamiento adquiere cierta condescendiente legitimidad.

Hablando de la película, que para eso estamos, nos encontramos como siempre con un robo, un inepto protagonista (Martin 'Clouseau'), varios ineptos de relleno (Jean Reno, Andy García y Alfred Molina), una guapa veterana (Emily Mortimer), una guapa invitada (Aishwarya Rai sustituye a Beyonce) y un cambio de piel del jefe (John Cleese por Kevin Kline). Tanto da el diamantado reparto con que se adorne este vehículo recolector de risas poco exigentes; la calidad es una estación que no consta en su ruta prevista. Se busca más la cantidad de gags que la solvencia de los mismos, lo que inevitablemente, y contrariamente a Sellers, deviene en pronta caducidad. Un traje muy grande para un Martin tan vago.

Valoración: 4/10

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Che: Guerrilla (Steven Soderbergh, 2008)


Tenía algo de épica el acercamiento de apertura a la figura del Che que Soderbergh acometió en su primer fascículo de esta biografía distante. La derrota de Batista en pos de la revolución cubana albergaba, dentro de una cautela observadora, cierto componente energético: la construcción del mito, aunque fuera un mito de andar por casa con su asma y sus relativamente pocos talentos al margen de la retórica y de la ilusión. No había panfleto ni un Che de tres metros de alto que cagara oro y escupiera fuego. No era el homenaje a un dios divino: Soderbergh documentalista.

Consolidado Fidel en la isla, el Che decide que es ahora o nunca, que conviene que la mecha revolucionaria siga viva para así liberar a los hermanos bolivianos del yugo que les oprime. De incógnito, sorpresivamente y apelando más a su genio que a su fama se involucra en una batalla que no parece la suya. Una misión que parecía condenada al fracaso desde el principio acaba mostrando a un Che orgulloso pero derrotado, a un hombre que acaba siendo sólo un hombre y no, todavía, el icono que Korda se sacó de la manga. Visto el resultado final, cabe preguntarse si el director de 'Ocean's eleven' decidió posar su ojo aséptico en un hombre tan interesante como poco cinematográfico porque lo consideraba necesario o simplemente por ese ansia enfermiza que tiene de no repetirse y de intentar el más difícil aún. Dentro del buscado (y hallado) tedio narrativo, es curioso como nos mecemos en un estado de armónica somnolencia hasta el desastre final sin que nos aburramos todo lo que cabría esperar. Un mérito, sin duda, del guerrillero Soderbergh.

Valoración: 6/10

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Agnès Jaoui, la mejor guionista de Francia



No es una ponderación demasiado desmesurada decir que Agnès Jaoui es la mejor guionista al otro lado de los Pirineos. Lo avalan sus cuatro César en la categoría, además del Premio de la Academia Europea y el de Cannes que obtuvo con 'Como una imagen' (2004). Ésa, junto a 'Para todos los gustos' (2000) y la que llega a nuestros cines esta semana, 'Háblame de la lluvia', conforman su particular trilogía coral, como directora, sobre las relaciones humanas. En esta última se fija en política, inmigración, infidelidad y conformismo. Todo con un toque amable y divertido condensado en una ajustada hora y media. Nos lo cuenta Jaoui en su esforzado español.

26 feb 2009

El curioso caso de Mickey Rourke (GALERÍA)


Si estáis familiarizados con la jeta del último Mickey Rourke puede que el pipiolo que veis sobre estas líneas os resulte desconocido. Pues id acostumbrándoos. Este es Mickey, y el siguiente es Mickey, y el de después, también. Adentraos a partir de esta foto (de su quinta peli) en 'El curioso caso de Mr. Rourke', el único actor que ha estado a punto de ganar un Óscar sin tener cara propia por una actuación que todos podemos disfrutar desde que 'El luchador' llegara a las pantallas españolas el pasado viernes.

25 feb 2009

Ari Folman eleva el Flash a categoría de arte

"Al principio Flash no era más que un plug-in para navegadores de internet que permitía ver vídeos de animaciones vectoriales y que luego se hizo muy popular en las presentaciones". Son palabras de Miquel Bada, director de Marketing Adobe Systems Ibérica. En aquel 'principio' nadie imaginaba que la audacia y la fe de un israelí, Ari Folman, iban a dar para que dicho programita sirviera como herramienta de animación de 'Vals con Bashir', merecedora del Globo de Oro a la Mejor Película Extranjera y nominada al Óscar en la misma categoría (que finalmente recayó en la japonesa 'Departures'). Lo curioso no se acaba ahí: según asegura Folman, cuando en 2005 fue a la sede de Macromedia (dueña del producto hasta la adquisición por parte de Adobe ese mismo año) de Los Ángeles para mostrar una primera muestra de lo que llevaba rodado de su proyecto, le echaron los de seguridad. Lo cuenta entre risas.

"Ni tanto ni tan calvo", corrige Bada. Macromedia estaba posicionando Acrobat en ese momento y lo más que pudieron hacer con Folman fue darle una palmadita en la espalda y decirle algo así como: «Muy bien, chico, pero no es la línea por donde queremos promover el producto»".

"Flash, como herramienta, ha sido la preferida por parte de los desarrolladores de web y nos ha sorprendido que se haya utilizado en la gran pantalla. Está claro que nos sentimos satisfechos, ya que nuestro objetivo con Flash es estar presentes en las pantallas de todo el mundo, aunque nunca pensamos que también llegaríamos a las de cine", ahonda Bada.

No es, sin embargo, el primer caso en que alguien se lía la manta a la cabeza y emprende esta aventura informática bidimensional. Flash ya había sido fundamental para la filmación de 'The Golden Blaze', largo de animación estadounidense fechado en 2005 que contó con la voz de Michael Clarke Duncan. Según datos proporcionados por Adobe América, ésa fue la primera de las nueve películas realizadas sirviéndose del programa, la última de las cuales nos toca muy de cerca: 'La crisis carnívora', estrenada el mayo pasado, fue dirigida por el español Pedro Rivero.

Pese a que había trabajo de campo ya hecho, la perfección de 'Vals con Bashir' ha hecho que todos pongamos un ojo en la animación alternativa. Según nos cuenta Rivero, supo de la película de Folman la misma semana que estrenó la suya. "Mientras me encontraba críticas que despreciaban la banalidad de 'La crisis carnívora', me enteraba de que en Cannes había causado sensación un documental hecho en Flash sobre un tema tan serio como la guerra del Líbano (la matanza de Shabra y Shatila de 1982). Conocía algunas otras experiencias en el mismo campo, pero nada comparable a un proyecto tan serio como el israelí, que nos dejaba a todos a la sombra".

La experiencia española

Rivero, bilbaíno en el umbral de la cuarentena, fue guionista y dibujante de cómics en su juventud. Después de varias tiras, participó en los guiones de 'La Leyenda del Viento del Norte', 'Los Intocables de Elliot Mouse' o 'Goomer' (Goya a la Mejor Película de Animación en 1999). Desencantado, se puso al frente de la Asociación de Guionistas vasca, de la que fue presidente entre 2002 y 2008, año en que alumbró su largometraje.

Esta primera tentativa como director fue "muy compleja y accidentada. Inicialmente queríamos hacer una película en animación tradicional, con una fuerte apuesta gráfica de la que tan sólo ha quedado como testigo un cómic que hicimos". Aquel enfoque tuvo que ser abortado porque, a pesar de la buena acogida del proyecto en distintos foros, "su carácter cáustico y su target adulto echaba para atrás a cualquier posible inversor". Problemas y más problemas que se ofreció a atajar un distribuidor francés, hecho que "hubiese supuesto delegar totalmente el liderazgo del proyecto". Así, tras dos años de preproducción, un piloto y muchos viajes, el proyecto parecía inviable, pero "al tener que cumplir con una subvención del Gobierno Vasco no teníamos otra opción que buscar una solución". Entonces apareció la gente de Nikodemo (creadores de 'Cálico Electrónico'), que "se apiadó de nosotros y propuso el reto de hacer la película en Flash".

Un presupuesto muy limitado hizo ajustar bastante el gasto en la animación, lo que dio lugar a una planificación muy sencilla de las escenas, algo que "iba bien a un guión tan basado en el gag verbal". Paralelamente, un nutrido grupo de nombres conocidos se fue sumando para prestar sus voces a los personajes. (Enrique San Francisco, Pablo Carbonell, Jose Coronado, Álex Angulo). Conforme cogía altura el proyecto, Rivero optó por agudizar el guión, haciéndolo "más bestia y más español", circunstancia que favoreció el que se apuntara un nuevo coproductor, Continental. Sin embargo, el dinero volvía a escasear y hubo que esquivar todas las dificultades durante un periodo de nueve meses en los que se completó la animación en Flash. "Ahí es donde el programa demostró su versatilidad, porque la inmediatez con la que puedes ver cualquier prueba te ayuda enormemente en situaciones críticas".

Pedro Rivero, director de 'La crisis carnívora'

Fue la 'pasta' la que hizo que Rivero utilizara la herramienta de Adobe, todo lo contrario que Ari Folman, que dirigió su documental en formato animado porque pudo, según explicó en la rueda de prensa de presentación de la película en Madrid hace un par de semanas. Su Flash, aderezado con un "10% de animación tradicional y algo de 3D" es más glamouroso que nuestra 'Crisis carnívora' por su mayor desahogo evidente y por ciertas decisiones maestras que nos apunta Rivero: "Cuando me enteré del 'making of', quedé muy impresionado y al mismo tiempo casi enrabietado porque habían seguido prácticamente los mismos métodos y usado los mismos programas que nosotros pero con una precisión y un acierto tan diferentes que uno sólo puede quitarse el sombrero. El uso de fotografías reales retocadas en Photoshop y de masas de sombras proyectadas en 3D fueron algunas de las soluciones que nosotros probamos cuando nuestro proyecto aún era para animación tradicional. Y toda la postproducción en After Effects es básicamente la misma experiencia".

Aun encariñado con la herramienta que le ha permitido dirigir su primera película, Rivero, como Folman, no habla demasiado bien de 'sus padres'. "Para lo que es la película, la relación con Adobe ha sido casi inexistente. No sé en qué parte de la comunicación no nos entendimos o no nos quisieron entender, porque no han apoyado materialmente en nada la llegada a las pantallas de cine del primer largometraje español animado en Flash. Tal vez éramos demasiados peces en una misma pecera, y, de todos, sólo ha pescado algo el estudio Nikodemo (para su serie web 'Cálico Electrónico'), aunque es cierto que son quienes lo merecen, pues ellos apostaron por trabajar en Flash e hicieron posible la película en dicha técnica".

Todas las películas realizadas con Flash hasta la fecha:

Y además

23 feb 2009

Ochenta años después, la Gran Depresión amenaza Hollywood

Hace 81 años los Óscares contaban con la mitad de premios y una categoría muy divertida llamada "Mejor autor de rótulos". No había actrices secundarias y los directores se dividían en comedia y drama. En 1929, la ceremonia se celebró un 16 de mayo, cinco meses antes del Jueves Negro cuando se desplomó la Bolsa de Nueva York dando el pistoletazo de salida a la Gran Depresión. Puede que la historia se repita.

Hugh Jackman y Beyoncé protagonizaron uno de los pocos momentos luminosos de la noche.

El Zorro del siglo XX anoche tuvo piel de Lobezno, pues Hugh Jackman —pulcro maestro de ceremonias— fue espejo gallardo de Douglas Fairbanks, el primer presentador. Fue aquel, el año en que se impuso 'Alas', la cinta que inauguró una lista de títulos míticos a la que ayer se sumó la india 'Slumdog Millionaire', del inglés Danny Boyle.

En el lejano 1929, Charles Chaplin mereció una estatuilla por interpretar, guionizar, producir y dirigir 'El circo'. Siguiendo esa regla de tres, el ayer barbudo Ben Stiller debería haberse hecho con el Óscar especial al "Yo me lo guiso, yo me lo como" de la temporada por su multiempleo como actor, director, productor y guionista en 'Tropic Thunder'. Quién sabe si el comico renacentista será tan bien considerado como Charlot en el 2089.

Aquella primera ceremonia, celebrada en el Hollywood Roosevelt Hotel, coronó a su vez a Janet Gaynor —que competía por sus papeles de 'El séptimo cielo', 'El ángel de la calle' y 'Amanecer'— mientras la gran Gloria Swanson envidiaba un galardón que creía debía llevar su nombre. Algo similar a lo que ayer pasó con Meryl Streep cuando Kate Winslet alzó su eunuco orgullosa.

La gala de anoche, producida por Bill Condon (director de 'Dreamgirls') tuvo un carácter marcadamente retro con las coreografías de Baz Luhrmann inundando las tablas cada cierto tiempo. Había dudas sobre Hugh Jackman como conductor de la gala y sin embargo fue lo único que dotó de cierta chispa a una escena tétrica y enjuta como un oscuro caballero. El versátil escenario del Kodak Theatre lo fue más que nunca y permaneció absolutamente íntimo y recogido durante la mayor parte de la gala para abrirse en el apoteósico número que sirvió de comunión lírica a Jackman y a Beyoncé en un popurrí 'decadaprodigiósico' que sonó a 'Jesucristo Superstar', 'Mamma Mía' y 'Grease' sin que nadie supiera muy bien a qué atendía.

Escasa licencia que se permitió un estrado vetusto y rancio para demostrar un Hollywood solidario que ensalzó como 'leit motiv' la extrema pobreza de un Bombay suburbial. Menos glamour vocacional que nunca, pero sólo de boquilla, porque el hecho de situar espacialmente a las mayores estrellas del firmamento a dos metros escasos del Hombre Más Sexy del Mundo hizo fácil la interacción entre público y presentador. "Son tiempos de apretarse el cinturón y de guardar parte de la bisutería en casa pero Hollywood sigue tan 'cool' como siempre", parecían recitar todos los implicados como si de una oración silenciosa se tratase.

Ese abrazo constante y el hecho de contar con cinco actores oscarizados por cada uno de los cuatro intérpretes que ayer se impuso en su categoría fueron los mayores lujos que se permitió una noche intimista, gris y casi fúnebre que no sabemos si lo fue por el recuerdo a Newman, Heston y Ledger o porque Hollywood quiso mimetizarse con una crisis por la que ya pasó el mismo año en que quedó encantado de haberse conocido.

¿Para qué sirve un Óscar?

¿Para qué sirve un Óscar a la interpretación? Descartemos por obvia la de reconocer la mejor actuación de la temporada: eso es discutible cuanto menos. Son pocos los casos en los que hay consenso generalizado acerca de quién debe ganar. Por desgracia ya no nos quedan Olivier ni Brando. Ni siquiera ellos ganaban siempre.

El Óscar de Heath Ledger, recogido por su familia, sirvió para crear un mito

A Paul Newman —ayer muy recordado— se lo dieron en el 87, un año después de concederle el honorífico, porque se lo debían y porque nadie sabía que aún tendría que llegar 'El color del dinero'. Meryl Streep sólo gana uno de cada siete y medio a los que la nominan y eso que pocos dudan que ella es la gran dama del cine actual. Son datos que hablan de una sospechosa arbitrariedad.

¿Por qué no se lo llevan siempre los mejores de su generación? Porque el Óscar no es justo, sino práctico. Ha habido grandes despilfarros, como el de honrar a Hilary Swank por 'Boys don't cry', una muy joven actriz que todavía guardaba en la chistera 'Million Dollar Baby' —ambas veces para disputárselo a Anette Benning—. Un precedente negativo que no han querido repetir con Marisa Tomei en esta edición. Si Jack Palance hubiera leído la papeleta adecuada en el 92 (la leyenda urbana dice que el hombre se equivocó), seguramente habría sido más rival para Pe anoche.

Los Óscar no son una recompensa al trabajo bien hecho, son un premio (es leve el matiz). Y como tales 'premian' distintas facetas. Que Benigni se convirtiera en un fenómeno sociológico con la película más buenrollista del 98 ('La vida es bella') le sirvió para que se quedaran por el camino Ian McKellen (demasiado gay), Edward Norton (demasiado nazi), Tom Hanks (demasiados Óscares a las espaldas) o Nick Nolte (demasiado minoritario).

Para que no pase como con Peter O'Toole, que hubo de recoger uno honorífico en 2003 tras siete intentos fallidos (para volver a ser nominado —y perder— en el 2007 por 'Venus'), Kate Winslet finalmente puede decir aquello de "Prueba superada". Maquiavélicas estrategias de compensación que hacen que Nicole Kidman y Julia Roberts dejaran de ser un par de revientataquillas sin más. Y, ¿qué era más útil para la industria: fortalecer a Sean Penn —una lustrosa estrella intelectual— con una segunda estatuilla o premiar al muy previsible Mickey Rourke? Una cosa es renacer a ídolos caídos y otra dispararse en el pie y malgastar en alguien que lo más seguro es que vuelva a perderse en los infiernos.

No todos lo aprovechan, se lo pueden preguntar a Halle Berry, que en los últimos años ha demostrado que su apuesta por ella fue algo errada. ¿Pasará lo mismo con Marion Cotillard, que no ha estrenado nada desde 'La vida en rosa'?

Un Óscar secundario cantado

Penélope contaba en todas las apuestas por la necesidad de crear estrellas y legitimar a guapas. Es una tendencia que ha quedado muy patente en las últimas ediciones. Desde que en 1997 Curtis Hanson obrara el milagro de redimir a una muy sexual Kim Basinger como actriz seria en 'L.A. Confidential' sólo una gran dama como Judi Dench, una eterna nominada como Marcia Gay Harden y una ortodoxa inglesa como Tilda Swinton, el año pasado, se han llevado el gato al agua sin ser prototipos de modelo/actriz.

El resto: guapas, guapas y más guapas para llenar de prestigio los carteles de los estrenos hollywoodienses. Vende más el cartel de 'Ultimátum a la Tierra' si además de incluir la foto de Jennifer Connelly y a su melena morena aparece encima de su nombre "La ganadora de un Óscar de la Academia", misma entradilla que precede desde 1999 a Angelina Jolie (por 'Inocencia interrumpida'). En el 2002 vino el turno de Catherine Zeta-Jones, que ya estaba harta de ser sólo la mujer de Michael Douglas y del Zorro. 2003 para Renée Zellweger y 2004 para Cate Blanchett, por guapa, por joven y porque Natalie Portman ya tendría tiempo de más. Que Rachel Weisz era grande lo sabíamos antes de 'El jardinero fiel', pero que los académicos tendrían la valentía de corroborarlo y crear una nueva estrella treintañera clon de Pe, y en la línea de Juliette Binoche (1996), lo supimos en la gala de 2005.

Hollywood y su afán de crear mitos 'guapea' más a los ya guapos. "¿Cuál es tu actor favorito?" "Mi actor favorito es George Clooney... Mi actriz favorita es Charlize Theron". Ya no se puede oír aquello de "Esos sólo están buenos". 'Syriana' y 'Monster' se encargaron de acabar con su imagen de 'sólo Sex Symbols'. El mismo trabajo que ayer hizo 'Vicky Cristina Barcelona' por Penélope de España.

21 feb 2009

Las pelis que no ganarán el Óscar (empezando por 'Revolutionary Road')


¿Por qué han salido éstas y no otras? ¿Qué es lo que hace que 'Revolutionary Road' —una película que hubiera estado nominada 99 veces de 100— se haya quedado fuera de las principales pujas este año? ¿Por qué sólo el David Fincher más cursi es el que ha conseguido meter hocico? Ha habido grandes olvidos en las nominaciones de este año que no tendrán la repercusión que creemos que merecían. Os los desvelamos.

Olvidos históricos ha habido siempre y eso no es malo. Muchas veces ganar media docena de Óscares es más condena que beneficio. La peli se verá, sí, pero, entre el colectivo gafapástico, muchas veces las estatuillas son sinónimo de caca y de arte precocinado. ¿Os imagináis que Tarantino se hubiera llevado alguna de las otras 6 estatuillas a las que optaba con 'Pulp Fiction' aparte de la de Mejor Guión Original? Ese año 'Forrest Gump' acaparó la mayoría de premios y se convirtió en un pastiche infumable para la mayoría de modernos. Demos gracias a Robert Zemeckis por haber ejercido de paraguas del director de 'Kill Bill', otra (doblemente) ignorada.

¿Os imagináis la cantidad de fans con los que ya no contarían Campanella y Darín si 'El hijo de la novia' hubiera sido condecorada? ¿O 'Amélie'? Si el carro de sus partidarios empezó a vaciarse cuando empezó a conocerlas el vecino del quinto, no quiero contaros lo que hubiera pasado si Danis Tanovic y su 'En tierra de nadie' no se hubieran 'sacrificado' en el 2002.

No acapararán titulares el lunes que viene en la prensa porque el suyo de ningún modo será un protagonismo destacado. Algunas participarán de la pedrea pero no serán las grandes ganadoras ni las grandes perdedoras, atrezzo, en el mejor de los casos, de la fiesta más glamourosa y frívola del año.

Las que cabrían entre las cinco principales

Digamos que se debe al azar, a que sólo eran cinco las premiables o a que la gente de la Academia no tiene idea. Probablemente, si hubieran dejado fuera a alguna de las cinco que sí han llegado, habría quien se quejara de eso mismo. Nos limitamos a dejar constancia de que, aunque sí compiten en otras categorías, las que siguen serían dignas púgiles en la batalla por ser la Mejor Película del Año.

  • 'Revolutionary Road': El director de 'American Beauty' reúne a Kate Winslet y a Leo DiCaprio 11 años después de 'Titanic' en la más violenta (y elegante) historia de desavenencias matrimoniales desde 'Maridos y mujeres'. Sus boletos de Mejor Secundario (Michael Shannon), Diseño de Produccion y Vestuario son tan escasos como improbables.
  • 'El caballero oscuro': Christopher Nolan demostró que se podían hacer thrillers milimetrados que pegaran a la butaca sin que se resintiera la calidad ni el 'box office'. La segunda película que más dinero ha hecho de la historia y elevó a Heath Ledger a la categoría de mito atesora ocho candidaturas (la tercera que más) y no puede ser la mejor película. Tan absurdo como que en 1933 ganara 'Grand Hotel' sin estar nominada a nada más.
  • 'Wall•E': Seis nominaciones y la más gorda que puede materializar es la de Mejor Película de Animación (también va con Guion Original, Banda Sonora, Canción, Sonido y Efectos de Sonido), mismo reconocimiento que las tediosas 'Buscando a Nemo', 'Wallace y Groomit: La maldición de las verduras' o 'Happy feet', que no soportan la comparación si atendemos a buena parte de las listas de lo mejor de 2008. Favorita para Time sin ir más lejos.
  • 'El intercambio': El lince que haya tenido la brillante idea de dejar a Clint Eastwood fuera de la puja por el Óscar más caro precismente este año debería ser excomulgado, o expatriado, o desheredado, o todo a la vez. Sacar infinito partido a la muñequita Jolie (que, aun así, lo tiene crudo contra Winslet en la carrera por ser la Mejor Actriz), sacarse de la manga al nuevo Ed Harris (Michael Kelly) y conseguir un drama vitalista partiendo de una trama centrada en asesinatos infantiles suma muchos más méritos que 'Mystic river' o 'Cartas desde Iwo Jima' juntas. Pero, ¿qué podemos esperar si se olvidaron de 'Los puentes de Madison'? Aparte de Jolie, como principal, opta también a Mejor Fotografía y Dirección Artística...calderilla.
  • 'La duda': Sus cuatro protagonistas están nominados: Meryl Streep porque es Meryl Streep y porque de un papel incómodo extrae una insólita colección de matices que a priori no nos podíamos ni imaginar. Philip Seymour Hoffman, al que el año pasado Bardem le robó un merecido segundo Óscar por su brutal composición en 'La guerra de Charlie Wilson', es igual de bueno como cura presuntamente pedófilo que como novelista gay. Amy Adams es la mejor actriz joven de Hollywood y Viola Davis, una revelación que ha gustado a todos. El guión es del Pulitzer John Patrick Shanley, que no dirigía desde la divertida 'Joe contra el volcán'. Tiene el cuadro de nominaciones más bonito de la gala y pocas posibilidades de mojar en casi nada.

Las comedias que Hollywood no quiere ni en pintura

Este año no hay ninguna comedia pura entre lo más destacado, y eso que los Globos de Oro apuntaban a que 'Happy, un cuento sobre la felicidad' (11 premios internacionales para su protagonista Sally Hawkins sin reflejo aquí), 'Escondidos en Brujas' o 'Quemar después de leer' podían inyectar algo de chispa al conservadurismo históricamente imperante. Este apartado podría haberse llamado: "Con el guión cubrimos la cuota de nominaciones". Pero, por desgracia, los Coen no pueden sacar pecho ni de esa candidatura (y eso que Brad Pitt da mucho más de sí haciendo de tonto secundario que como anodino Benjamin Button). Será que tienen que darse por satisfechos con el atracón del año pasado o que a los académicos sólo les gustan en plan grave. Su 'gran' 'El gran Lebowski' tampoco fue nominada a nada. Razón: Iker Jiménez.

Cero patatero

¿Será que Clint ha espantado a los académicos?

'Gran Torino', de la que dicen que será la última interpretación de Clint Eastwood y además ¡es de Clint Eastwood!, no ha rascado bola. Y eso que decían que el viejo gruñón al que da vida podía ser su canto de cisne, compendio hiperbólico de todos los tipos duros que ha interpretado a lo largo de las últimas cinco décadas.

Misma suerte han corrido 'Los girasoles ciegos' y 'Gomorra'. Lo de la primera era de esperar, pues éste ha sido un año en el que la nominación a la Mejor Película de Habla No Inglesa ha estado más cara que nunca —el extranjero rulea y la industria mira fuera—, pero lo de la película de Matteo Garrone nos pilló a todos desprevenidos, sobre todo tras su coronación en los premios de la Academia Europea. ¿Habría tenido más suerte 'Il divo' si no le hubieran cerrado el paso? También aspiraba a colarse en el mismo quinteto 'inmigrante' 'Hace mucho que te quiero', con esperable reconocimiento incluido para su protagonista Kristin Scott Thomas. Nada de nada, cero patatero.

PD. ¿No podrían haberse acordado, aunque hubiera sido, de la fotografía (enorme) de Darius Khondji en la b-e-l-l-a 'My blueberry nights'?

El truco Knightley ya no cuela

Dirección Artística y Vestuario son las únicas nominaciones que ha rascado Keira Knightley en 'La duquesa', su enésima intentona con el cancán. Su obituario (esperamos que lejano) rezará: "Keira Knighley: delgada actriz que gustaba de interpretar papeles de época". Primero vino 'Orgullo y prejuicio', después 'Expiación' y, el mismo año pasado, la olvidable 'Seda'. Las dos primeras convencieron a alguien. Las siguientes no.

Y además

20 feb 2009

Push (Paul McGuigan, 2008)


Para empezar, no la confundamos con 'Push'.

—He ido a ver 'Push'.

—¿Sí?, qué dura, ¿verdad?

—Pues a mí me pareció una gilipollez.

Vale que el número de películas que se producen anualmente tiende a infinito, pero Paul McGuigan y Lee Daniels (ganador el pasado mes en Sundance) podían haberse puesto de acuerdo para no repetirse. Al fin y al cabo no es un título que le salve la vida a nadie. No es como 'El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas'. Lo que hay que decir de la 'Push' frívola (la otra, la social, todavia no ha llegado a España) es que es una suerte de mezcolanza (R.A.E.: Mezcla extraña y confusa, y algunas veces ridícula) entre la 'de-capa-caída' serie 'Héroes' y la interrumpida franquicia 'X-Men', sólo que exenta de filosofía o pseudofilosofía. El ritmo es de thriller y el atrezzo, de rayos y centellas. Salen la insólita estrella Chris Evans, la tan guapa como inexpresiva Camille Belle y la muy talentosa Dakota Fanning, que desperdiga de nuevo su calidad en otra paparrucha sin interés.

Valoración: 2/10

  • Para ver el tráiler, pincha aquí

18 feb 2009

Retorno a Teguise, retorno a Hansala

La tragedia ocurrida el pasado domingo en Costa Teguise no es nueva. Y precisamente por ello se acaba percibiendo como algo cotidiano, unos hechos aplastados por el caudal informativo que recibimos de todos los frentes. La sola muerte de Marta del Castillo fue más mediática aquel día que este drama que afectó a 16 inmigrantes menores —a falta de certificar sus edades—. Pocos se fijan en la potencia emocional de estas catástrofes, y el cine, con más querencia por los focos y el glamour, rara vez repara en ello. Pero dentro de poco más de un mes (el 27 de marzo) llegará a nuestras pantallas 'Retorno a Hansala', la historia de 11 marroquíes que perdieron la vida en el año 2001 en las playas de Rota tras intentar cruzar el Estrecho.

La directora de la cinta, Chus Gutiérrez, 'Doña Quijote' comprometida dentro del cine español (suyas son 'Poniente', 'Hay motivo' o 'En el mundo a cada rato'), separó el polvo de la paja del periódico del día siguiente y decidió que ahí había cine. Filmaría la historia de la repatriación de uno de los cadáveres hasta su aldea de origen desde dos ópticas distintas: la de la hermana del fallecido y la del empresario funerario que pretende obtener réditos de la desgracia.

Gutiérrez ha vivido en primera persona los testimonios de personas que arriesgan sus vidas por tener lo que Europa les puede ofrecer, parientes tácitos de quienes perdieron la vida esta misma semana. Le han contado el porqué de la ruleta rusa a la que se exponen: "He tenido la oportunidad de hablar con muchos 'cayuqueros' y todos, sabiendo que pueden morir, volverían a hacerlo. Al fin y al cabo, el que se monta en una patera va en busca de un sueño que tiene mucho que ver con nuestros propios sueños, una vida mejor. Tenemos un continente entero muriendo de necesidades vitales y espirituales y de guerras, dueño de una vida sin esperanza. El problema no se solucionará hasta que todos esos países tengan un futuro".

El hecho de que ella viera material fílmico en aquel suceso no significa que los espectadores españoles estemos preparados para ver —o nos apetezca— la digestión que ella ha hecho del drama. Sin grandes nombres en el reparto, le costó muchísimo encontrar financiación: "Es una película que decidimos rodar a pesar de no tener distribución y ése es un riesgo que, después de mi experiencia, nunca volvería a repetir". No tiene reparos en confesar los problemas que tuvo para encajarla en las pantallas españolas, circunstancia que quedó totalmente subrayada por el hecho de que de las películas que compitieron por los Goya (tenía tres nominaciones: Mejor Actriz Revelación —Farah Hamed—, Guión Original y Canción) el pasado día 1, es la única que todavía no se ha estrenado comercialmente.

Hasta que Maestranza Films no decidió apostar por ella no había indicios de que la fuéramos a ver nunca. A pesar de ello no fue tan difícil 'encajarla' en distintos festivales internacionales. Aún quedan Nantes, Guadalajara y Sidney, pero ya la han visto en Toronto, Tánger, Dubai, Goteborg, El Cairo (Premio a la Mejor Película) y Valladolid, donde se hizo con el Gran Premio del Jurado el pasado noviembre.

Otros como ella

Por más que la rama radicalmente social (lo de Fernando León es harina de otro costal menos descarnado) de Gutiérrez la tocan pocos, no está sola en su labor. Precisamente en Valladolid, y precisamente un año antes de acudir ella, otro 'Don Quijote', Gerardo Olivares, se llevó la Espiga de Oro que acreditaba a '14 kilómetros' como mejor película del certamen; premio que adornó con los de mejor música y mejor fotografía. La película del cordobés se fija sobre todo en la travesía por tierra a lo largo de Mali, Níger, Argelia y Marruecos, más que en el pretendido desembarco europeo, de Buba Kanou, Violeta Sunny Sunny y Mukela Kanou.

Ni el hecho de ser la primera película española en 54 años de Seminci que se llevó el máximo galardón ni haberse impuesto también en la arena mexicana del Festival de Guadalajara le sirvió para rebasar los 38.000 espectadores (213.000 euros). Cine para minorías que se hace eco de historias donde mueren mayorías. ¿Se acordará algún director de los 22 de Teguise, aunque su peli no la quiera distribuir ni ver (casi) nadie?

La única peli de peso en los Goya que no se ha estrenado va de pateras


No todo el cine va de alfombras rojas, ahora muy de moda. Hay quienes, como la directora española Chus Gutiérrez, intentan utilizar el arte como plataforma de denuncia y manual de conducta humana. Su última película 'Retorno a Hansala', nominada a tres Goyas, se estrenará con mucho esfuerzo (es la única de las 'grandes' que aún no ha visto la luz) el próximo 27 de marzo y trata de la tragedia de 11 marroquíes que perdieron su vida al intentar cruzar el Estrecho de Gibraltar. Por ello es una voz autorizada para hablarnos del triste suceso que acaeció el pasado domingo en Teguise (Lanzarote), donde ayer se encontró al último de los 22 cadáveres magrebíes (16 o 17 menores) que buscaban un futuro mejor a bordo de una patera .

—¿Qué te parece que el lunes todos los periódicos digitales centraran sus portadas en el asesinato de Marta del Castillo en vez de en los inmigrantes muertos de Costa Teguise?

No tengo muy buena impresion de la prensa últimamente. Hay una perversa inclinacion hacia el espectáculo y eso nos hace daño a todos. Saca los peores instintos de nuestras conciencias, los más rastreros y poco evolucionados. Creo que es absolutamente terrorífico lo que está pasando con los asesinatos de mujeres en nuestro país y, dentro de que las dos noticias me parecen dramáticas y dolorosas, evidentemente una tiene más espectáculo que la otra.

—¿Cómo vives desde tu posición de persona concienciada el desastre del domingo? ¿Qué es lo que puede hacer la administración pública?

Me produce una enorme tristeza. Creo que todo esto genera un dolor inmenso; no sólo entre los familiares de las víctimas, también en nosotros como país fronterizo. Al fin y al cabo, el que se monta en una patera va en busca de un sueño que tiene mucho que ver con nuestros propios sueños, una vida mejor. Tenemos un continente entero muriendo de necesidades vitales y espirituales y de guerras, dueño de una vida sin esperanza. El problema no se solucionará hasta que todos esos países tengan un futuro. He tenido la oportunidad de hablar con muchos 'cayuqueros' y todos, sabiendo que pueden morir, volverían a hacerlo. No hay frontera que detenga la falta de esperanza ni de sueños.

—Háblanos un poco del germen de 'Retorno a Hansala' y de qué podemos esperar de ella.

—La historia de 'Retorno' nace de una noticia del periódico. Desde que la leí en 2001 no pude quitarme la idea de la cabeza y yo soy una gran cabezota. He tardado muchos años en llevarla a cabo pero creo que era una historia que debía ser contada. Se centra en un viaje al corazón de las montañas del Atlas en busca de los orígenes de un hombre que ha muerto en una patera.

—¿Cómo es que todavía no ha llegado a las pantallas comerciales?

—Se estrenará el 27 de marzo. Hemos tardado un poco, pero al fin verá la luz. Es una película que decidimos rodar a pesar de no tener distribución y ése es un riesgo que, después de mi experiencia, nunca volvería a repetir.
—Si no me equivoco, es la única peli de cierto peso en los goya (nominada a la Mejor Actriz Revelación —Farah Hamed—, Guión Original y Canción) que todavía no hemos tenido oportinidad de ver...
Hemos estado en los festivales de Toronto, Valladolid, Tánger, El Cairo, Dubai, Goteborg y ahora iremos a Nantes, Guadalajara, Sidney... En fin, que la ha visto medio mundo menos nuestro público. Ahora ya está a punto de llegar a nuestras pantallas y espero que la gente la pueda disfrutar.

—¿Cómo fue la acogida en Valladolid al margen del Premio Especial del Jurado?

Mi experiencia en las múltiples proyecciones a las que he asistido en diferentes partes del mundo ha sido muy buena. Creo que la película consigue conectar emocionalmente con el espectador, descubrirle un mundo que desconoce y acercarse a una realidad que forma parte de todos. "Que tire la primera piedra el que no tenga emigrantes en su árbol genealógico".

—'Alma gitana', 'Poniente', '¡Hay motivo!', 'En el mundo a cada rato'... No tienes una carrera precisamente comercial, pero está llena de compromiso. ¿Entiendes tu labor como un instrumento de movilización social?

Sinceramente, no me planteo mi carrera en esos términos. Las historias que elijo tienen más que ver con mi carácter y con las cosas que me interesan personalmente. Una película puede llevarte unos tres años y necesito que lo que hago sea también un proceso de trabajo interesante para mí, que no me haga perder el pulso. Creo que mi cine es muy comercial porque cuento historias que a todos nos interesan, que te permiten observar la realidad desde un punto de vista más emocional.

—¿Has podido proyectar la peli para que la vieran sus protagonistas?

La experiencia de rodar en Hansala ha sido la mejor de mi vida. Parte de la aldea vino a una proyección que hicimos en Tánger y claro, imagínate la ilusión de ver en la pantalla la historia de toda una aldea. Sus protagonistas estaban ahí y se sentían representados, mostrados con dignidad. 'Retorno a Hansala' habla de la dignidad de los inmigrantes.

17 feb 2009

'El Potro de Vallecas' recuerda su semana con Mickey Rourke

Dicen que ha resucitado, que vuelve para quedarse, que es grande y que nunca dejó de serlo. Pocas notas discordantes con respecto al hombre elefante más desfigurado de Hollywood. El sueño americano consiste en lograr la gloria partiendo de la nada y en la resurrección de las aves fénix. Todas, condiciones que cumple el actor de moda, Mickey Rourke, dueño de una vida tan extravagante que llegó a compartir ring con nuestro Poli Díaz, 'El Potro de Vallecas', en el 92.

Tardamos cinco días en poder tenerle al otro lado del hilo telefónico. Las clases de boxeo que imparte en San Sebastián de los Reyes y su desplazamiento a Valencia el pasado fin de semana para ser objeto de un homenaje hacen de Poli Díaz, ocho veces campeón de Europa de los ligeros, un tipo de lo más ocupado pese a no seguir en activo.

Él, que conoció de primera mano al protagonista de esta semana —este viernes se estrena 'The wrestler' y el jueves soitu.es te invita a un preestreno—, nos cuenta cómo es en la distancia corta, a qué saben sus golpes.

—¿Cómo fue que llegaste a pelear con un actor de Hollywood?

—En realidad no llegué a pelear. Fue una exhibición.

—¿Entonces, no cruzasteis guantes?

—No, no, lo que hicimos fue subir juntos al escenario pero no nos peleamos. A él le pusieron con unos chavales más o menos como él. Ganó, pero fue muy igualado. Nosotros fuimos solamente a un restaurante.

—¿Y cómo es él en la distancia corta?

—Es una persona maravillosa, muy majete, un fenómeno y, además, superlimpio.

—¿Por qué lo de superlimpio?

—Lo digo porque él llegó a Oviedo con un montón de maletas. En la tele un calvo dijo que era un guarro pero la verdad es que tenía toda la ropa limpia. Lo que pasa es que, como le maquillaban, a veces se le manchaba el cuello de la camisa.

—¿Sabes que Mickey Rourke fue primero actor, luego boxeador y ahora intenta que le tomen de nuevo en serio como actor. ¿Tú, cómo le veías de boxeador?

—Él estaba para entretenerse y mantenerse. Hay otros que hacen fútbol y tenis y él se metió al boxeo.

Se hacía llamar 'El Marielito'

—¿Pero entonces no peleó nunca por nada serio? ¿Todo eran exhibiciones?

—Creo que sí. Me parece que hizo algún combate 'transcontinental' pero no estoy seguro.

—Dicen que participasteis en una pelea en una discoteca de Oviedo.

—No hubo ninguna. Bueno, hubo una pequeñita bronca, un "me digas, no me digas". Pero eso fue la prensa, aunque bueno, hay que entenderla. Ellos también se equivocan, como todos.

—Tyson, Urtain, Carlos Monzón, Mickey Rourke, tú mismo... ¿Qué es lo que tiene el boxeo para fabricar tantos ídolos que caen?

—Yo quiero hablar de lo bueno, no de lo malo. Yo tuve mi época hace 24 años, nada más. Ahora estoy bien. Doy clases de boxeo en San Sebastián de los Reyes. En internet tengo el anuncio y me pueden ver. Ponlo, ¿eh?

—No te preocupes, que lo pongo. ¿Y tienes muchos alumnos?

—Doy clases de 15 alumnos porque quiero que aprendan bien. Podría tener mil y ponerles a correr pero prefiero que lo hagan bien.

—Tengo entendido que también fuiste jardinero contratado en el Ayuntamiento de Navacerrada.

—Sí, sí, y he estado en más sitios. También en una empresa en la que éramos 90 trabajadores. Quiero procurar estar bien con todo el mundo. Vivir y dejar vivir.

—¿Entonces, te van bien las cosas?

—Sí, estoy muy contento. Ya no soy como antes. Ahora tengo 49 años y ya sé lo que hay que hacer. Antes me decían que me sentara en un sofá y me sentaba en el cabecero, pero esas cosas ya no las hago. El pasado viernes me dieron un homenaje en Valencia y me llamaron después para decirme que me había portado muy bien.

—Volviendo a Mickey Rourke, tienes otro parentesco con él, porque Santiago Segura te dio un papel en 'Torrente'. ¿Cómo fue la experiencia?

—Santiago es muy buena gente, de puta madre, maravilloso. Además la peli recaudó muchísimo dinero. Eso está bien. Me gusta trabajar y que el jefe gane mucho porque eso significa que estará contento.

—Tú también tienes una vida de película. ¿No te han propuesto nunca filmar tu historia?

—A lo mejor se hace.

—¿No puedes ser un poco más concreto?

—No, tú pon sólo que a lo mejor se hace.

16 feb 2009

Carlin nos cuenta cómo lió a Eastwood y Freeman para rodar la vida de Mandela

Había llegado el momento, explicó Mandela a su invitado, de abandonar la vieja percepción del equipo de rugby de los Springboks como los enemigos y considerarlos compatriotas y amigos. Su mensaje fue: "Vamos a usar el deporte para la construcción nacional y para promover todas las ideas que conducirán a la paz y la estabilidad en nuestro país".

Mandela entrega al capitán de los Springboks la copa del mundo del 95.

Así reza el último párrafo de la página 208 de 'El factor humano', la obra de John Carlin que ha servido a Morgan Freeman para realizar su sueño de llevar al celuloide la vida de su héroe Nelson Mandela. En diciembre (si se cumplen los plazos) habrá llegado a las pantallas de todo el mundo la entrecomillada conversación entre Mandela y François Pienaar, capitán del equipo nacional de rugby de Sudáfrica del 95. Unas líneas que interpretarán el negro actor, que también produce, y Matt Damon, que en su papel de afrikáner representará décadas de 'apartheid', el ejemplo andante de todo lo que los negros rechazaban hasta que un campeonato del mundo de rugby unió a un país al borde de la guerra civil y limó asperezas y odios.

El factor Freeman

Freeman tuvo comprados los derechos de la autobiografía de Mandela durante largos años. Incluso había director adjudicado —el indio Sekhar Kapur ('Elizabeth')—, pero el proyecto no terminaba de arrancar. Ningún cabo suelto para abordar con la suficiente vitalidad los aspectos más interesantes de uno de los políticos más fascinantes del siglo XX. No fue hasta que Freeman se topó con John Carlin, otro apasionado del ex presidente premio Nobel de la Paz, que encontró el gancho emocional con el que abordar una vida de leyenda. "Las dificultades para dar con un enfoque que funcionara", según explicó Carlin a soitu.es, "fueron las culpables de que aquel primer intento acabara descartado".

Antes de que Clint Eastwood se involucrara en el tinglado y se colara algo de luz en un proyecto que parecía condenado a no llevarse nunca a cabo, se dio una circunstancia imprescindible en agosto de 2006, una "enorme y maravillosa casualidad", en palabras de Carlin. Mientras escribía un reportaje sobre la pobreza del delta del Mississippi, "la región más tercermundista de Estados Unidos", el periodista inglés coincidió con Morgan Freeman en el Madidi, restaurante de su propiedad. Comieron y divagaron. No fue hasta que el escritor soltó las palabras mágicas "tengo un libro para usted" (no estaba acabado pero llevaba realizando entrevistas con el entorno de Mandela desde 2000), que al actor le hicieron los ojos chiribitas. Esa charla fue informal y no supuso ni siquiera un trato verbal.

"Matt Damon interpretará un papel secundario que no le dará la oportunidad de ganar el Óscar; el que sí que optará es Freeman"

...Pero Freeman mordió hasta el hueso. Picado por la curiosidad, interceptó la sinopsis de la historia que el agente norteamericano de Carlin llevaba moviendo por los estudios hollywoodienses desde hacía un tiempo. Ya no sería para nadie más. Sabedor del potencial dramático del deporte como metáfora de vida, compró los derechos antes de que se publicara siquiera.

El factor Carlin

Carlin, de 52 años, enviado especial a Sudáfrica en los primeros 90 y periodista de El País, entre otras publicaciones, cuenta desde Barcelona que Mandela ya había acogido de muy buen grado su idea de escribir un libro que resumiera su legado centrando el clímax en la final de la Copa del Mundo de rugby de 1995 celebrada en Johannesburgo. "Entiendo perfectamente el libro en el que estás pensando. Tienes mi bendición de todo corazón", son palabras textuales del ex presidente extraídas del prólogo de 'El factor humano'. Si era bueno para el político, ¿por qué no iba a serlo para Freeman?

El rugby siempre había sido un símbolo del apartheid contra el que tan duramente había combatido Mandela y el hecho de que 14 de los 15 componentes de la plantilla sudafricana fueran afrikáners blancos parecía un indicio catastrófico del rechazo negro hacia sus eternos enemigos. Pero la destreza de Mandela para hacer campaña en favor del colectivo opresor hizo que un acto tan arriesgado tuviera su gloriosa apoteosis cuando los Springboks (nombre del equipo nacional) se impusieron en casa a los favoritos All Blacks neozelandeses, considerados en aquella cita como una de las mejores escuadras de todos los tiempos.

¿Conseguirá Clint un nuevo Óscar para Morgan?

Las primeras informaciones registradas en la red, datadas en 2007, hablaban de una película pequeña que correría a cargo de la productora del actor (Revelation Films). Carlin lo desmiente: "Freeman sabía que aunque él estuviera en la producción iba a necesitar a un gran estudio. Así que se lo contó a su amigo Clint Eastwood, que se involucró en el proyecto en octubre de 2007. Y, si se apunta Eastwood, se apunta Warner Bros". "La película, que nunca iba a ser pequeña, superó sin embargo las expectativas" del actor negro, apunta el escritor.

'El factor humano', que tiene su estreno previsto para diciembre de este año, está en proceso de casting de extras y se empezará a rodar en marzo en Ciudad del Cabo. De momento, tan sólo están confirmadas las presencias de Freeman y de Matt Damon, que dará vida al capitán de los Springboks, "un papel secundario que no le dará la oportunidad de ganar el Óscar pero en el que se ha metido porque le encanta la historia". "El que optará al Óscar es Freeman", dice Carlin sin sombra de prepotencia.

Carlin fue quien puso en apuros al último McLane

No es la primera vez que John Carlin flirtea con el cine. Hace ya 12 años escribió un artículo en la revista Wired que se iba a convertir en guión de una película de temática ciberterrorista que dirigiría el francés Luc Besson. Los derechos los compró Fox, que incluso llegó a bautizarla con el título provisional de 'ww3.com' (juego de palabras que involucraba a las web en la tercera guerra mundial), pero "cuando estaba todo listo, tuvo lugar el atentado de las Torres Gemelas y se volvió inapropiado". "Me pagaron todo lo que me iban a pagar y me olvidé —continúa—, pero, para mi sorpresa, cinco años después salió 'La jungla 4.0', con la que estoy encantado. Siempre sonreiré cuando vea en los títulos de crédito: 'Basada en un artículo de John Carlin'".

No es ese, sin embargo, un caso parecido al que nos ocupa y, pese a que Carlin dice no querer exagerar su "contribución al guión" de 'El factor humano' (consistió en "desayunar, comer y cenar durante una semana con un guionista de Hollywood" —Anthony Pekham— que "exprimió" todo su conocimiento sobre Mandela), sí dice sentirse muy involucrado en el proyecto, para el que ya ha mantenido "cuatro o cinco entrevistas con Morgan Freeman", además de tener visitas previstas al set de rodaje a partir del mes próximo.

A Mandela, de quien sólo tiene palabras de cariño ("Es una persona buena, sin rencor, pero un político muy astuto e inteligente"), sabe que también le ha gustado el guión. "Morgan Freeman fue a Sudáfrica para comer con él y pedirle su bendición (tal como yo había hecho) y le pareció bien", confirma. Además, el Nobel "está muy contento" de que todos los que participan en el proyecto vayan a ceder un 10% por de su minuta a las organizaciones caritativas que coordina.

Quedan, por tanto, unos nueve meses para poder comprobar con nuestro propios ojos si lo que sale de las manos de Eastwood es una nueva obra maestra; hasta entonces, podemos sumergirnos en las páginas de la historia de Carlin, publicada el mes pasado por Seix Barral, y comprobar cuán cinematográfica es la vida del hombre que fue capaz de unir a un país con un partido de rugby.