30 jun 2009

Te las estás cobrando todas juntas, Maribel

No todo el mundo lo sabe pero cuando llevas un traje a una gran gala (a la de los Goya, a la de los Óscar...), las actrices suelen vestir de prestado. Los periodistas les preguntan en la alfombra roja por el modisto que han elegido y sólo por nombrarle se ganan el derecho a ir más guapas que un San Luis. Al día siguiente devuelven el modelo a la tienda y todos tan contentos. Se conoce como simbiosis. Sin embargo, si la actriz quiere quedarse con la prenda, desembolsa y se hace una transacción normal, como la de cualquier hija de vecino. Aún así, cuando Maribel tuvo que posar con los vencedores de los Goya 2008 en la tradicional foto de familia, tanto le dio sentarse en el suelo sobre su Alberta Ferretti color antracita. Estaba pletórica y no pensaba quedarse fuera de la instantánea por andarse con miramientos. 'Siete mesas de billar francés' fue su "a la quinta va la vencida". Hoy, casi un año y medio más tarde, ha sido designada flamante Premio Nacional de Cinematografía. En ocasiones, las alegrías llegan todas juntas.

Maribel presentando 'Tetro' la semana pasada en Alicante

2008 fue un año en el que comenzaron a cobrar sentido 22 años de profesión, una que comenzó a los 15 y que la ha tenido bajo los focos independientemente de que los proyectos que le llegaban estuvieran o no a su altura. Descubierta por Vicente Aranda en 1985 en la TV-movie 'La huella del crimen: El crimen del Capitán Sánchez' pasó inmediatamente a sacar partido de sus curvas en 'El orden cómico', en la que interpretaba a una prostituta.

Después vendrían Trueba ('El año de las luces'), Eloy de la Iglesia ('La estanquera de Vallecas'), Martínez-Lázaro ('El juego más divertido') o Mario Camus ('La femme et le pantin'). Fueron años de despegue, de destetes, de mujer florero. Lolita, sí, prometedora, guapa y de carácter. Más bonita que actriz seria, se la pasaban recomendada los unos a los otros. Y fue Aranda, de nuevo, el que la situó definitivamente en el mapa de la interpretación. Tórridas fueron sus escenas con Jorge Sanz en 'Amantes', pero, a los 21, Maribel ya era una realidad que no necesitaba ser descubierta por nadie más. Los castings se hicieron cada vez más innecesarios. Lo que querías de ella, lo ibas a tener: frescura, furia, sensualidad y carne. Comedia ('Salsa rosa') o drama oscarizado ('Belle Epoque'), tanto daba, Maribel multiusos. En esta última, en la que repitió con Fernando Trueba, se cruzó con Penélope Cruz, más tardía, más internacional y de un registro similar. Ella, con no menos potencial, dijo siempre que no se le había perdido nada en el extranjero, que Hollywood no la seducía. Siempre intentó esquivar los cantos de sirena de 'la Meca del Cine' y se hizo imprescindible por aquí. Si era un personaje con morro, desparpajo y furia española, o era de la Abril o suyo, dependiendo de la edad requerida.

Tres veces fue nominada a los Goya en los 90 ('Amantes', 'La celestina' y La buena estrella'). Tres desgarros y sus correspondientes despelotes. Y después, casi una década para el olvido llena de papeles alimenticios con algunos grandes en horas bajas (Gonzalo Suárez, Martínez-Lazaro, Saura) y algunos pequeños con suerte (Lesmes, Herrero) que la tenían porque su estrella empezaba a languidecer. Pareció un grito desesperado su estupenda y otoñal participación en 'Y tu mamá también'. Rayana en el exhibicionismo, proponía, sin embargo, el himno generacional de un México que pujaba por hacerse grande en el concierto internacional. Hollywood no, pero Alfonso Cuarón bien mereció el desembarco en el continente americano.

'Siete mesas de billar francés' (2007) le supuso su tan esquivado Goya

Y bien que recogió frutos más tarde. No sería inmediato, pero Guillermo del Toro se apuntó su nombre para 'El laberinto del fauno' (2006), una película sobre nuestra guerra que vinieron a contarnos desde fuera y que, valores cinematográficos al margen, computa como artífice de una de las mayores resurrecciones que se recuerdan. La Verdú no estaba enterrada pero vagaba en un mar sin fondo, dejándose llevar de proyecto a proyecto sin rumbo fijo. Cuarta nominación al Goya y cuarto desengaño, pero nadie la veía ya como el florero de los comienzos. Su Ariel (Goya mexicano) en ultramar la catapultó inmediatamente a la categoría de gran dama y ya nunca volvió a bajar de la noria de la gloria.

Con el corazón partido entre su España y Latinoamérica ya no tiene miedo de tomar aviones. Han sido casi veinte años de cosecha para estos últimos tres de vendimia constante. Desde 'el fauno' le han llovido el Goya de 'Siete mesas de billar francés' —que valió un vestido arrugado—, la Medalla de Oro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, un Fotogramas de Plata, su tercera nominación consecutiva al Goya por 'Los girasoles ciegos' el pasado febrero, una cabeza de cartel con Coppola ('Tetro') y el premio Nacional de Cinematografía con el que sucede a Javier Bardem, Alberto Iglesias, Joaquín Jordá, Manuel Gutiérrez Aragón, Javier Aguirresarobe, Mercedes Sampietro, José Luis Borau, José Luis Guerín, José Nieto González (por limitarnos sólo a los vencedores de la presente década).

El motivo esgrimido por el Ministerio de Cultura para concederle tal honor, a través de un jurado compuesto por Javier Bardem, Álex de la Iglesia y Joaquín Oristrell, entre otros, ha sido su "excelente trayectoria profesional y su apasionado compromiso con el cine español e iberoamericano, brillantemente reflejado en su trabajo del año 2008". O lo que es lo mismo: 30.000 euros que se lleva, clin-clin.

Tiene un Óscar, un Goya y el respeto de todos. Le ha costado toda una vida lograrlo, pero por fin Maribel se ha cobrado todas juntas.

Oda a Noah Wyle

El protagonista de 'Urgencias' no era George Clooney, ni siquiera Anthony Edwards. Al protagonista de 'Urgencias' todos le conocen como Carter, pero se llama Noah Wyle, y es uno de los actores televisivos más solventes que existen. Su perfil es medio-bajo, como el de Vicente del Bosque. Es guapo sin forzar y todo un 'pagafantas'. En sus primeros años como estudiante en el County General no era extraño verle vagar por los pasillos errando diagnósticos e implicándose emocionalmente con los pacientes más de lo debido. Un día el doctor Greene le dijo: "No eres médico hasta que no se te muere tu primer paciente" y él asintió lacrimoso. Pero Carter no quería ser médico, sino persona, el perfecto ser humano. Y lo fue. Y por eso él fue 'Urgencias'.

Wyle en el rodaje del último capítulo de 'Urgencias'

Wyle, modélico maniquí sin taras físicas, de amplia sonrisa, con barba o sin barba, con el cabello algo largo o apurado cuando las entradas comenzaron a visitarle.

Tras once años abandonó el fonendo en 2004 y pegó un salto al cine que no terminó de funcionar. Si intermitentes y secundarias habían sido sus incursiones en la gran pantalla hasta entonces ('Algunos hombres buenos', 'Rebeldes del swing', antes de 'Urgencias'; 'Piratas de Silicon Valley' —donde interpretó a Steve Jobs—, 'Fail Safe', 'Donnie Darko', 'La flor del mal' o 'Nunca más', durante 'Urgencias'), la cosa no mejoró sustancialmente cuando se dedicó (casi) en exclusiva al celuloide; por lo que siempre mantuvo un pie en la serie, participando una media de cuatro episodios por temporada hasta que un plano final retratando su espalda camino del quirófano en el capítulo titulado '...And in the end' coronó el carpetazo final a 15 estupendas temporadas el pasado 2 de abril.

Recordando con Ellen DeGeneres sus mejores momentos en 'Urgencias'

Llegará septiembre y por primera vez en tres lustros no habrá una nueva promoción de médicos para atender a los casos más urgentes de Chicago. La mejor serie de todos los tiempos para muchos (su nombre se baraja junto al de 'The Wire', 'Los Soprano', 'Doctor en Alaska' o 'El Ala Oeste de la Casa Blanca'), ideada por Michael Crichton y Steven Spielberg, sólo tiene hueco ya en los libros de historia y Carter en los altares de los serieadictos más ortodoxos. Pero no hay que temer por su futuro a pesar de que nadie haya visto en él a una estrella taquillera. Spielberg no olvida al benjamín de su exitosa experiencia televisiva. Sólo trabajaron juntos en 1994, cuando el Rey Midas decidió que lo que iba a ser una película dirigida por él funcionaría mejor como serie para la NBC (luego se apartó y cedió el testigo a John Wells). Y por eso, pensando en Wyle como fetiche, le quiere al mando de la serie que ahora prepara: 'Untitled Alien Invasion Project' (sin título definitivo aún).

En ella, si todo llega a buen puerto, debería interpretar al líder de un grupo de ciudadanos que ha sobrevivido a un mortífero ataque alienígena, según avanzó Entertainment Weekly la pasada semana. El proyecto, que se rodaría con guión de Robert Rodat (nominado al Óscar por 'Salvar al soldado Ryan') y producción de Justin Falvey y Darryl Frank (encargados de la rama televisiva de Dreamworks), se centraría en la lucha por no perder la humanidad de quienes llevan seis meses aguantando los embates de los incómodos 'visitantes'.

El el MacWorld 99 imitó a Steve Jobs tras haberle interpretado en 'Piratas de Silicon Valley'

Su cariz apocalíptico hace temer a priori por su supervivencia en la parrilla a largo plazo en un escenario de audiencias, el norteamericano, en el que 'Jericho' vio interrumpida su emisión el año pasado y en el que tanto 'Héroes' como 'Perdidos' sufren una lenta pero constante depresión en su número de fans. A pesar de la temática de culto que se prevé, el que TNT —que emite por cable— sea propietaria de los derechos de explotación debe jugar a su favor. La cadena, emisora de éxitos como 'The Closer' o 'Saving Grace', cuenta con la garantía de que la última experiencia televisiva de Spielberg, 'United States of Tara', ha sido un éxito de crítica y con que Wyle es especialmente querido por su audiencia concreta por dar vida al bibliotecario de la saga de TV-movies 'The Librarian', cuya tercera entrega, 'The Curse of the Judas Chalice', se emitió el pasado diciembre.

Sin suerte en las 'grandes ligas'

Quien cobrara el sueldo más cuantioso de la televisión allá por 2004 no pena por su hipoteca. Tras sus alborotados romances noventeros con Samantha Mathis, Jennifer Aniston o Sherry Stringfield, vive casado con una maquilladora y tiene dos hijos sanos y vegetarianos que no tendrán problemas para ir a la universidad por muchos dólares que tenga que gastarse papi. Quizá no sea justo, o serio —puede que ni siquiera resulte cabal— lamentarse por el relativo fracaso (el de su salto a las grandes ligas) del actor perfecto. En una ocasión llegó a decir "Estoy pensando en llamar a mi primera hija Emmy para poder decir que así tengo uno".

El bibliotecario Flynn Carsen, su segunda creación más famosa

No extraña tras ser nominado cinco veces seguidas (del 95 al 99) en la categoría de mejor actor secundario, candidatura que duplicó con su puja por el Globo de Oro en 97, 98 y 99. La suerte siempre la merecieron otros: el muy anciano, venerable y wilderiano Ray Walston por 'Picket Fences' (95 y 96), el étnico Héctor Elizondo por 'Chicago Hope' (1997), el verborreico y veterano Gordon Clapp por 'Policías de Nueva York' (1998) y el orondo Michael Badalucco por 'El abogado' (1999).

Ni rastro de recompensa para el hombre normal, el actor de estatura media, gestualidad moderada, voz acompasada y ninguna carismática cojera o verbo afilado y corrosivo. El 'doctor' que hablaba con calma a los pacientes, que les tomaba de la mano cuando estaban a punto de emigrar a un lugar mejor y que hizo montones de horas extra en una serie tan grande que se lo comió, emprende una nueva empresa en la que dará vida de nuevo al tipo normal de una manera tan perfecta que nadie se dará cuenta de que está interpretando.

26 jun 2009

¿Qué significan 10 nominadas a la mejor película en los Óscar?

La teoría del eterno retorno nos hace fijarnos otra vez en 1944, cuando Hollywood era dorado a más no poder y 'Casablanca' no computaba como clásico todavía, sino como fenómeno de moda. El inicio de la gran amistad más memorable del cine fue el final de los Óscar que contemplaban a diez películas a la hora de conceder la más importante de las estatuillas. 65 años después, Hollywood recula. Las razones: dinero, dinero, dinero...

Sí, hombre, porque 'audiencia' manda y lo cierto es que no sobra. Después de darle cientos de oportunidades a los cómicos (desde David Letterman hasta Steve Martin pasando por Chris Rock) como conductores de la gala en las últimas temporadas, el pasado febrero se optó por tirar de hormonas y fichar al hombre más guapo de la Tierra, monsieur Lobezno. El peludo australiano dio la talla (y el cante en el buen sentido). Su arte multidisciplinar elevó el ridículo número de espectadores yanquis de 2008 (año que obtuvo la cifra más baja desde 1973) hasta los 36 millones, pero es que la Academia se había puesto los 40 millones como meta. Había que hacer más cambios, así que se dijeron: "¿Por qué, en vez de nominar tanto coñazo de drama que no ve nadie, no nos abrimos al gusto de la gente?"

Da la sensación de que taquilla y calidad han de estar reñidas siempre. Si no, no se explica que, de las cinco finalistas al Óscar a la Mejor Película de la última edición ('Slumdog Millionaire', 'El curioso caso de Benjamin Button', 'Mi nombre es Harvey Milk', 'El lector' y 'El desafío: Frost contra Nixon'), ninguna fuera uno de los 15 mejores arranques de 2008 ('Slumdog' fue 16ª; 'Benjamin Button', 20ª; y las tres restantes no se encuentran entre las 80 primeras)*.

Fuera de las candidatas de honor tuvieron que quedarse 'El caballero oscuro' (1ª mejor apertura y película más recaudadora de 2008), 'Iron Man' (2ª) o 'Wall·E' (5ª), estupendamente valoradas por la crítica pero sin la carga de gravedad que parece que los académicos exigen como requisito de prestigio. Ya lo hablamos en su día, pero la comedia no es bien recibida entre lo más condecorable. Así, grandes cintas como 'Happy, un cuento sobre la felicidad', 'Escondidos en Brujas' o 'Quemar después de leer' tuvieron que contentarse con migajas en las nominaciones menores, cosa que no habría ocurrido de haberse abierto el abanico ante el que ahora nos encontramos.

Poco riesgo histórico

Tenemos que remontarnos hasta 2003 para encontrar que la película más taquillera del año ('El señor de los anillos: El retorno del rey') fuera candidata al premio a la Mejor Película. Otro dato más escalofriante aún: de las 50 cintas que han optado al principal Óscar en la última década, sólo cuatro ('Chicago', 'Entre copas', 'Pequeña Miss Sunshine' y 'Juno') eran comedias. 8% de risas contra 92% de lágrimas. Era hora del cambio.

'Casablanca', justa vencedora en 1943, fue la última en imponerse a nueve competidoras

No siempre más es peor. Desterrando el hecho de que los premios son algo frívolo, comercial y poco importante en la vida diaria de los espectadores no implicados emocionalmente con la gala, la tesitura de abrir la candidatura no tiene por qué significar colar morralla en la selección. Muchos son los años en los que perlas indies no tienen la repercusión debida por el hecho de no haberse exhibido de acuerdo a sus méritos objetivos. Así, los Óscar podrían ser el escaparate perfecto para ofrecer una visión de lo que las pequeñas productoras intentan colar en el box office por la puerta trasera sin llevar la descarada etiqueta de oscarizable escrita en la frente.

Un argumento más en favor de la apertura recién aceptada es la lista que anualmente anuncia el AFI (American Film Institute), en la que se hace eco de los 10 (sí, 10) mejores productos de cada cosecha. Dicha publicación, que suele ser bastante valiente e irreprochable, ha destacado en los últimos años a grandes olvidadas por la Academia como 'Iron Man', 'El Caballero Oscuro', 'Gran Torino' y 'The Wrestler' (2008); 'Antes que el diablo sepa que has muerto', 'Lío embarazoso', 'Ratatouille' y 'La escafandra y la mariposa' (2007); 'Borat', 'El diablo viste de Prada' y 'Happy Feet' (2006)... todas con justo hueco entre lo más granado del año.

A partir de 2010, Hollywood se abre. Parecen buenas noticias.


*No se puede tener en cuenta la taquilla total puesto que los datos ordinales de 2009 no se cierran hasta diciembre

Supercañeras (O. Parker & B. Thompson, 2007)


Es comedia porque Rupert Everett sale haciendo de rico y despiadado padre de la protagonista y de su propia hermana, directora del disparatado colegio femenino St. Trinians. De cualquier otro modo no sabría que se me exigen como espectador cierto número de carcajadas antes de los títulos de crédito. Una niña mona que no ha roto un plato es internada contra su voluntad en un colegio donde reina la anarquía y el descontrol. Las adolescentes, todas 'supercool' y divididas por castas y especialidades, demuestran no ser tan 'bitches' según avanza el metraje, con lo que la adhesión de la nueva al desmadejado libro de estilo de la institución se hace necesaria. Nada nuevo en el horizonte, como podéis comprobar.

Es paradójico, sin embargo, observar cómo en este bizarro escaparate desfilan nombres de la talla de Colin Firth, Toby Jones, Russell Brand, Stephen Fry o Gemma Arterton; que dirige el clásico Oliver Parker (adaptador de Wilde y de Shakespeare) y que, a tenor de los buenos resultados taquilleros y de culto que ha cosechado en las Islas Británicas, ya se habla de secuela. Difícil definir el público objetivo al que se puede recomendar este delirio heterodoxo, quizá a los amantes de las rarezas y a los que tienen un olfato para la flema British muy, pero que muy, afilado.
Valoración: 4/10
  • Para ver el tráiler, pincha aquí

LOL (Lisa Azuelos, 2008)


Dice la directora Lisa Azuelos que 'LOL' (diminutivo de Lola, nombre de la protagonista de su nueva cinta) es también un acrónimo internauta (Laughing Out Loud) que evoca una carcajada y cuyo conocimiento marca la barrera entre estar en la onda y ser un carroza. Es una barrera que ella ha querido difuminar, y a buen seguro que lo ha conseguido, porque lleva ya más de cuatro millones de espectadores por toda Europa. La razón es que 'LOL' funciona estupendamente como comedia adolescente (su parodia del cine acné norteamericano del primer minuto es sencillamente memorable) y como fresco de contrastes generacionales, eso sí entre padres porretas e hijos hiperagilipollados y dominados por la dictadura del messenger hasta tal punto que las ventanas emergentes de la pantalla de su PC parecen uno más de sus biorritmos.

No se puede atacar a un producto consciente de su identidad tocapelotas porque cuando intentas denunciar alguna de sus taras narrativas, resulta que Azuelos ya se ha reído ante de sí misma, empezando por un cameo en el que hace de psicóloga autista que resta más de lo que suma. No deja títere con cabeza tras el paso de su cínico rodillo, y es curioso observar cómo sirviéndose de Sophie Marceau, una de las 'drama queens' más renombradas de la Francia, consigue un producto tan desengrasante y vital como éste. Que nadie se espante por su abominablemente adolescente cartel, es cine inteligente con muchos y variados niveles de complejidad humorística que no necesita acudir a los atajos de la escatología para dibujar la sonrisa de mayor diámetro que quepa en una cara de espectador cualquiera.

Valoración: 8/10

  • Para ver el tráiler, pincha aquí

Transformers 2: La venganza de los caídos (Michael Bay, 2009)


Vamos a ver: Michael Bay no es John Ford, ni seguramente quiera serlo; y no está adaptando a Shakespeare; la suya es otra liga, y en ella suele ser máximo anotador. La secuela de 'Transformers' no es arte y ensayo, de hecho, quizá sea lo más descerebrado que se puede echar uno al coleto, pero no estafa a nadie. No tiene ínfulas de grandeza ni afán de trascendencia. No pretende derribar fronteras narrativas y mucho menos perdurar, porque pronto vendrán 'Tranformers 3', y luego 'Transformers 4', y 'Transformers 5', y así sucesivamente hasta que Lorenzo di Bonaventura, productor del armatoste y de la inminente 'G.I.Joe', se aburra de estos muñequitos y elija otros muñequitos distintos en los que invertir celuloide y nuevos cientos de millones de dólares crujientes.

Más coches y más grandes, más 'sentido del humor' (el que los guionistas Orci, Kurtzman y Kruger han tenido tiempo de encajar entre explosión y explosión), más metraje (dos horas y media, así que muy recomendable adquirir una coca-cola con la entrada, no sea que nos quedemos traspuestos y nos perdamos alguna de las inimitables hostias bíblicas del sarao) y... ¡ups!... menos chicha. Si no fuera por ese pero (Megan Fox tiene menos planos guarretes que en la primera parte), bien podríamos colgarle la misma etiqueta que llevó la adaptación al cine de la serie 'South Park': "Bigger, longer and uncut".

Y 'Transformers 6', y 'Transformers 7', y 'Transformers 8'...

Valoración: 4/10

  • Para ver el tráiler, pincha aquí

25 jun 2009

Cómo producir una película sin perder más de dos euros en el intento

Nico Alcalá está entusiasmado. Cree en el proyecto que tiene entre manos aunque parezca una quimer tan grande como viajar a la luna pilotando un zapato gigante. Y lo cierto es que contagia. Sesenta personas en cuatro países trabajan ya a sus órdenes. Además cuenta con 335 socios. ¡Ah!, falta un detalle: Nico es director de cine y tiene la intención de rodar una película titulada 'El cosmonauta', lo que pasa es que el sistema de producción-distribución actual se le hace anticuado y ha decidido romper la baraja.

La filosofía del proyecto de 'El cosmonauta'

La idea es conseguir dinero antes de otoño. 450.000 euros es el presupuesto que necesitan él y sus 'compañeros de viaje' de Riot Cinema, Carola Rodríguez y Bruno Teixidor. Pero con sólo 21 años, ninguna experiencia en el largo y los estudios de comunicación audiovisual aún por acabar, no quieren perder el tiempo "rebotando de productora en productora".

Por ello, apelan al movimiento 'crowdfunding' aplicado al terreno de lo cinematográfico, cuya universalización podemos datar en Sundance 2008 con la presentación de la web Indie Go Go, que promueve la aportación dineraria de los internautas a cambio de ser acreditados como productores de películas. Paradigma de este modo de financiación fue 'Iraq for sale' (2006), documental que en dos semanas obtuvo unas donaciones cercanas a los 350.000 dólares.

La manera en la que Riot Cinema quiere introducir esto en España es ofreciendo compensaciones tangibles a los productores, los cuales pasarán a formar parte de los creditos a partir de un montante de dos euros. "En nuestra película nadie está 'donando' nada, ni regalando dinero. Desde la mínima cantidad, dos euros, la persona que participa recibe dos pegatinas, una chapa y un certificado de productor del proyecto, además de entrar en el sorteo de uno de los trajes de cosmonauta que utilizaremos en la película. Cualquier otra cantidad que aporte cada usuario la podrá canjear en nuestra tienda por alguno de los cuidados productos que hemos preparado: camisetas de diseño, lápices, insignias soviéticas, libros muy especiales... Si lo piensas bien, el usuario está pagando por un producto al que se suma una experiencia, la de participar en una película", recalca Alcalá.

Pero lo audaz del asunto no es tanto que Nico y compañía hayan convencido a los gerifaltes del centro Gagarin para que les presten su apoyo e instalaciones para rodar en la moscovita Ciudad de las Estrellas, sino que juegan con capital ficticio. De los 450.000 euros necesarios, referidos en el segundo párrafo, sólo necesitan recaudar 160.000 antes del rodaje, pues los otros 290.000 están "capitalizados", lo que quiere decir que todo el equipo aporta su trabajo gratis y "de momento, eso no hay que gastarlo" hasta que no se vean beneficios.

El maestro de ceremonias Vigalondo

El director e impulsor de toda esta bendita locura no para de moverse buscando más y más patrocinios. Está empecinado en que ésta es la manera en la que se deben hacer las cosas y no piensa parar hasta conseguirlo: "Queremos agitar un poquito los cimientos de un cine que se ha ido anquilosando en un modelo que cada vez tiene más de caduco y antiguo". ¿Entonces no es la necesidad lo que lleva a plantearlo de este modo? "Estamos plenamente dispuestos a conseguir que esta sea la primera experiencia de muchas. Pero, en cualquier caso, ¿qué es el cine convencional? Las convenciones cambian con el tiempo. A la larga, este modelo también acabará convirtiéndose en convencional. Creo que lo importante es hacer cine cuando y como sea. Ésa es la revolución. Lo anarquista del asunto. La libertad de hacer cine en cualquier circunstancia".

Otra ventaja de entrar a formar parte del Programa K —que así se llama la comunidad de productores— es poder acceder al bruto de la cinta para su re-montaje a gusto del consumidor, pues la obra —que será difundida por internet, aunque no se cierran las puertas para su posible exhibición en las salas comerciales si es que alguien apuesta por ellos— se encontrará etiquetada bajo la licencia Creative Commons. "Nosotros no perdemos nada y la comunidad puede ganar mucho", explica Teixidor.

Al margen de la mercadotecnia, los chicos han visto que otra buena manera de atraer a interesados es organizando eventos, el primero de los cuales tendrá lugar la semana que viene en la madrileña sala de conciertos Heineken. Los próximos días 29 y 30 de junio se celebrará un minifestival en el que participarán los grupos Sidecars, Zoo, Alex Ferreira, Havalina, Remate, Antonna, Amigos Imaginarios, Cohete y que contará con la conducción de Nacho Vigalondo. Tal y como asegura el director de 'Los cronocrímenes': "Existe una manera de producir cine gratuíto que no tenga que someterse a las coartadas indies habituales". A ver si les sale.

24 jun 2009

El Duque está... estudiando

Miguel Ángel Silvestre, cansado de tanta loa a su hercúleo y formidable aspecto, decidió borrarse de la ecuación. Fue en enero, cuando El Duque murió. 'Sin tetas no hay paraíso', que le convirtió en un gigante, le había quitado todo lo demás. A saber: intimidad, anonimato y tranquilidad. Desde entonces anda mudo. Ni rastro de él en cine o tele y es en días como hoy, que sale de su búnker, cuando nos encontramos a un hombre al que engulló la fama y que no sabemos si volverá a emerger profesionalmente.

El Duque, ese alérgico a los medios

No concede entrevistas. Eso va por delante. La presentación de 'A contraluz', título global bajo el que se han presentado esta mañana los tres cortos —'Contracuerpo' (2005), 'Alumbramiento' (2007) y 'The End' (2009)— de Eduardo Chapero-Jackson, le ha devuelto a la acción, pero poco. Nada de fotos en solitario, en contra de la ortodoxia de los posados periodísticos. Ésa ha sido su segunda condición, la cual ha soliviantado a todos los cámaras congregados. "Si no posas en solitario, borramos las tarjetas ahora mismo", han llegado a amenazarle. Su timidez-humildad-aprensión le han granjeado más de un abucheo. "Vas por mal camino, bonito", la una. "Este tío, cuando se caiga, se va a dar una hostia", el otro. Al final ha claudicado.

La participación de Silvestre en 'A contraluz' se limita al cameo de un minuto que protagoniza en 'The End', el más reciente de los trabajos de Chapero. Media hora para contar en inglés, y en clave de western, una parábola acerca de un mundo futuro en el que el agua se cotiza al precio de la gasolina y cualquier ciudadano tiene derecho a portar armas. Crepuscular. Una gorra bien calzada y una barba de dos días coronada por un bigote tamaño extragrande le hacen irreconocible, de modo que si no te cuentan que él interpreta al gasolinero, no le reconoces. Por eso su presencia, en rigor, debería haber sido testimonial esta mañana; pero Silvestre, el Duque —nunca persona y personaje estuvieron tan pegados— es noticia hasta compranado el pan. Tanto da que no tomara decisiones creativas durante el rodaje o que su personaje no ayude en nada al desarrollo de la acción: 'The End' es "su corto" en vez de "el corto de Chapero".

Tráiler de 'A contraluz'

Pero él, y esto es justo decirlo, no ha querido apropiarse de la atención. Pelotas fuera cuando le preguntaban si su interpretación en inglés se debía a que está intentando irse de España porque se ha aburrido de estar aquí. Patapum 'pa'rriba' cuando se le ha cuestionado acerca de si está preparado para fracasar en su próximo proyecto. No le hace gracia, se nota, si le dicen que por qué tarda tanto en decidirse y si preferiría que El Duque no hubiera muerto. Tiene una salida para todo. Es su comodín: "Estoy estudiando, leyendo nuevos proyectos, llenándome de cosas nuevas y cargando las pilas [...]. Ahora mismo me dejo llevar y estoy abierto a lo que venga. No tengo interés en irme a ningún sitio porque en España se está muy bien, con grandes historias para contar y grandes directores. [...] Ya tengo claro mi siguiente proyecto (que no ha desvelado pero que dicen le unirá de nuevo a Telecinco) y no tengo ningún miedo a fracasar porque eso sólo te bloquea".

Pocos titulares, pues, han salido de la boca del nuevo Bardem, como algunos ya le llaman con malicia a sus espaldas por su alergia a los medios. Su feroz distanciamiento de la prensa es casi más noticia que el hecho de que Chapero-Jackson se lance a la carrera comercial de las grandes salas (en los UGC de Madrid, Valladolid, Valencia y Cádiz a partir de este viernes).

Toda una 'celebrity' para promocionar un producto minoritario que acaba produciendo el efecto inverso al deseado. ¿Y cómo ve eso el director? "Nosotros hemos buscado ser coherentes con Miguel Ángel y por eso no ha concedido entrevistas individuales ni iba a hacerse (en principio) fotos solo. No queríamos explotarle. Se ha prestado a apoyar la iniciativa porque le parecía muy bonita, pero la atención que recibe es desproporcionada con respecto a su participación real en las historias, que es muy especial pero reducida. Y los medios funcionan como funcionan: a veces es bonito y otras... cuestionable.".

El tiro promocional que sale por la culata. El monstruo que se come a su creador. ¿Hace bien Silvestre en patrocinar de manera etérea o sólo empaña? Tú decides.

23 jun 2009

Natalie Portman ya no peta

¿Cuando fue la última vez que pudiste enamorarte de Natalie Portman sin necesidad de saber quién era antes? Siendo generosos, hace cinco años, con 'Algo en común'. ¿Será su trayectoria underground o su tufillo intelectual los que no la dejan avanzar? ¿O que el pacto que hizo con el diablo a los 11 años ha prescrito ya? Por H o por B, lo único cierto es que Natalie ya no peta.

joeltelling (Flickr)

A Natalie le han perdido el respeto

No os echéis las manos a la cabeza los de los pósters y carpetas forradas, sé que la argumentación es ardua pero no por ello deja de tener su punto. Algunos me llamarán loco, o insensible, o frívolo, pero me he desenamorado de ella para siempre. Palabra. Y no creáis que era de fijarme en Cicciolinas o mujeres exuberantes cuando Natalie petaba barbaridad a mediados de los 90. Fue una epifanía. Fue.

Tuvo un bautismo de fuego ambiguo. Su pose de macarra chunga lolítica en aquel thriller magistral que se llamó 'León. El profesional' dio lugar a una tribu de incondicionales, pero fue un error de cálculo tremendo sacarla en camiseta interior con los pechos todavía por definir. Yo no era mucho mayor que ella y aún así percibí algo bastante enfermizo en colgarse por una muchachita cuyo único mérito era ser fría como el acero y extender un cheque sin fondos de belleza futura. Futura.

O sea, que soy de los de segunda promoción, de los que se quedó atascado con ella en 'Beautiful Girls', una cumbre cinematográfica para explicar el descacharramiento generacional de la gente con "treinta y..." que casi nadie la vio en cine. Recuerdo haber leído en el periódico un reclamo coronando su carátula promocional: "Una película que vale lo que su soberbio guión", reseña surgida de la pluma de un periodista clarividente en San Sebastián 96.

Esa fue la mejor versión posible de Portman. Portman quinceañera. Portman con toda la ropa puesta, con gorro de lana incluso, que en el invierno de autos en el que el taciturno Willie Conway regresaba a casa para reencontrarse con sus colegas de instituto hacía un frío que pelaba. Uma Thurman (Andera) era el presente, la supertía buena por excelencia que revolucionaba los más turbios sueños de la banda de borrachos con complejo de Peter Pan sobre los que pivotaba la acción. Marty, la inversión, la que desataba sueños imposibles en Willie:

Imagínate lo que sería tener esa cosa increíble, una persona con todo ese potencial, con todo ese futuro. Esa chica va a ser algo asombroso. Es graciosa, inteligente, preciosa. Ya sé que tiene 13 años, Mo, pero yo podría esperar. No se trata de algo sexual. Podría esperar porque dentro de 10 años ella tendrá 23 y yo, 39, y no habrá problema. Hay veces que me siento como ese personaje de 'Lolita', como si fuera un hombre sucio, retorcido, jorobado, apestoso y putrefacto. No sé colega, solo sé que me gustaría decirle con toda sinceridad: "Llévame contigo cuando te vayas".

Le había enamorado diciendo: "Tengo 13 años pero soy un alma vieja". Después, cuando el sentido común le entraba en la cabeza al protagonista y optaba por seguir con su agradable, coetánea y neoyorquina novia de siempre, el romance platónico tornaba (según palabras de ella) en un "Romeo y Julieta en versión disléxica" (esta elocuencia adolescente impropia fue el espermatozoide que engendró a 'Juno': Diablo Cody no inventó nada, amigos), siendo la frágil ninfa la que salía escaldada. Y era entonces cuando el abrazo que te salía darle no encerraba ningún regusto de sucio hedor pajillero, barrigudo y jubilado.

Pero después vino el apagón. La 'lolita' cerda ('León', 'Heat') y la 'lolita' intelectual ('Beautiful Girls', 'Todos dicen I Love You', 'Algo en común') confluyeron en la stripper de 'Closer', tremendo coñazo anticinematográfico (Mike Nichols se limitó a filmar teatro sin tempo) que empañó el juicio colectivo engatusando a ritmo de Damien Rice. Natalie enseñando cacha con su cuerpo plano de cintura para arriba y bien surtido en los cuartos traseros —estrategia repetida en el corto 'Hotel Chevalier' (Wes Anderson, 2007)—. Dando vueltas alrededor de una barra experimentó una metamorfosis antinatural de cisne a pato. Todo el potencial apuntado por Willie C. se quedó por el camino mientras ella recogía dólares del suelo de su plataforma como un ídolo caído.

'Beautiful Girls', la vez que más petó Natalie

Las portadas de revistas la seguían ayudando entretanto a convertirse en canon de belleza retratando su pecaminoso rostro pero evitando los planos abiertos. El hecho de ser una mujer con cuerpo de niña la convertía en un sex symbol tirado en la cuneta, lejos de las más adultas Scarlett Johansson, Christina Ricci o Jennifer Connelly, que si adquirieron el relleno que de ellas se esperaba.

Desde entonces, y al margen del éxito de taquilla de 'Star Wars', se mueve de un escenario a otro como un pollo sin cabeza intentando buscar su sombra. Sé que este párrafo que pronto acaba puede dejar a mucho 'warsie' cabreado, pero si me permitís un último y subjetivo estoque, darle puntos a Natalie por su papel de Amidala es como enamorarse de Carrie Fisher en la primera trilogía: espeluznante y siniestro.

Ya no siento nada por ella. Es como la chica que te dio el primer beso a la que guardas cariño pero evitas saludar cuando te la cruzas en la pescadería empujando el carro de la compra y con un cigarro fijado en la comisura (como su papel en 'My Blueberry Nights' la temporada pasada). Por eso, cuando me entero de que pronto la veremos en el remake de la nórdica (y notable) 'Hermanos', zorreando a dos bandas con Tobey Maguire y Jake Gyllenhaal, y en 'Black Swan', lo próximo de Darren Aronofsky, un thriller sobrenatural en el que interpreta a una bailarina que ve fantasmas, no siento nada. Ya no puedo volver a la noche de borrachera de Willie y especular con lo que podría ser, porque ya es.

La adolescente ha crecido y algunas de las promesas que extendía se han convertido en torpe prosa. Por eso, prefiero recordarla en todo su esplendor adolescente y con todo ese talento por desarrollar. Y es por mi futuro dorado incumplido que digo que Natalie ya no peta.

La Natalie más ON

La Natalie más OFF

21 jun 2009

El decálogo de Álex

Álex de la Iglesia ya manda en la Academia de Cine. Su candidatura única a la presidencia en sustitución de la Ministra de Cultura Ángeles González-Sinde se ha hecho efectiva por incomparecencia de cualquier otro contendiente. A pesar de que un solo voto habría bastado para ser merecedor del cargo, el resultado de la Asamblea le ha dado el sí con 204 papeletas a favor, 0 en contra y 43 abstenciones. La razón de haber realizado este escrutinio de forma pública —sin ser obligatorio— tiene un fin: "Honestidad", máxima que quiere que impere durante el mandato que compartirá con los vicepresidentes Icíar Bollaín y Emilio Pina.

El director de producción Emilio Pina y los realizadores Álex de la Iglesia e Icíar Bollaín son el triunvirato que ya presida la Academia de Cine

En la rueda de prensa de presentación ofrecida esta tarde a los medios ha arrojado las bases de la política "continuista" con respecto a la labor iniciada por González-Sinde —para quien no ha tenido más que halagos— que pretende llevar a cabo. Éste es su decálogo de intenciones:

  1. Ser todos los que estamos y estar todos los que somos. "Conseguiremos que toda la gente que hace cine esté con nosotros, y los que se han ido, que vuelvan. Uno de mis más grandes deseos y una de las razones por las que estoy aquí es que Almodóvar y Garci vuelvan a la Academia, y voy a utilizar todas mis malas artes para que eso ocurra. Ellos pueden hacer lo que quieran, pero voy a presionarlos mucho psicológica y afectivamente".
  2. Acercarse al público. "Estaremos más cerca de la gente y les explicaremos cómo funciona la Academia. Trabajaremos para intentar satisfacer las necesidades del público y que éste conozca nuestro trabajo. Si una película no se ve, no existe".
  3. Reivindicar lo positivo. Icíar Bollaín: "En los últimos seis años ha habido seis Óscares y sin embargo eso queda empañado con respecto a otras cosas negativas porque no hemos conseguido conectar con la gente. Así que intentaremos que llegue todo. Lo malo, pero también lo bueno". Álex de la Iglesia: "Queremos dar una imagen de optimismo, entusiasmo e ilusión, explicar que el cine que hacemos está muy bien reconocido fuera y puede estarlo también dentro. Explicaremos a la gente que puede tener razones para estar orgulloso de lo que hacemos".
  4. Fomentar una mayor presencia de mujeres en lo audiovisual. Icíar Bollaín: "Ahora mismo hay un 7% de directoras en España. Y, si se suman las mujeres directoras, productoras y guionistas, no se llega al 20%. Desde la Academia intentaremos fomentar la paridad de cargos en los comités que concedan las ayudas, en las asesorías y en el Ministerio de Cultura".
  5. Instaurar una asignatura de Cine en los colegios. "Corremos el riesgo de que las próximas generaciones sólo consuman cine en DVD o internet, por lo que intentaremos convencer a las personas con decisión para que haya una asignatura de Cine en el colegio. El cine es probablemente el mejor medio para conocer el mundo. Además de ello, se podría enseñar Historia del Cine, técnica cinematográfica, cine español..."
  6. Acercar Madrid y Barcelona. Álex de la Iglesia: "Hoy se ha aprobado en la Asamblea una disposición transitoria por la que se nos permite tener una tercera vicepresidencia encargada de las Comunidades Autónomas que, por distancia, están más alejadas de la Academia. Concretamente en Barcelona hay una cantidad importantísima de miembros muy activos". Icíar Bolláin: "Para que esa presencia quede reflejada, designaremos lo antes posible a una persona que coordine a la gente de allí sin desatender lo que ocurra en su zona. Hemos crecido, tenemos más miembros y necesitamos un equipo más grande".
  7. Apoyar para sacar adelante la Ley de Cine. "Las directrices del proyecto de Orden Ministerial para la Ley del Cine nos parecen magníficas. Ignasi Guardans, en el poco tiempo que lleva al frente del ICAA (Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales de España), está haciendo un gran trabajo que nos va a beneficiar a todos. Ha empezado muy bien y va continuar mejor. De las medidas que ha impulsado, me parece muy importante que se contabilicen las descargas legales para otorgar las ayudas".
  8. Retrasar la gala de los Goya. "El acercarnos al público entronca directamente con acercarnos a los exhibidores y distribuidores, con lo que intentaremos que a partir de la próxima gala (2010) se distancie el anuncio de las nominaciones y de los premiados al menos dos o tres semanas más. De ese modo no se verá beneficiada comercialmente por las candidaturas sólo la película más nominada, sino todas".
  9. ¿Subtitular todo el cine extranjero? "Es una batalla complicada con un montón de gente implicada. En otros países se subtitula todo lo que llega de fuera y eso beneficia a su industria autóctona, pero también hay que considerar a dobladores, distribuidores... Sería un avance que convendría tener en cuenta a largo plazo; de ese modo nos equipararíamos con la mayoría de países y tendríamos un juego limpio".
  10. Conseguir la portavocía unívoca del Cine. "Buscamos aunar las voces de toda la profesión, de todas las asociaciones. La Academia se identifica mucho con las especialidades votadas en los Goya, por lo que históricamente se ha centrado en las personas que pueden optar a los premios, dejando algo de lado a distribuidores y exhibidores. Lo que tenemos que hacer es ampliar las miras y representar a toda la Industria. De ese modo, podremos decir de manera clara y unívoca lo que opina 'la gente del cine' con respecto a algo que se ha dicho o se ha hecho".

19 jun 2009

El cumpleaños de Laila (Rashid Masharawi, 2008)


¿Liviana? Quizá, juzgad vosotros cuando la veáis, pero vedla (por favor) si no sois de esos a los que les molestan los subtítulos sobreimpresos en la pantalla (porque no encontraréis ni rastro de este estreno en el centro comercial de vuestra zona). 'El cumpleaños de Laila', de la directora palestina Rashid Masarawi, recrea la jornada laboral de un recto taxista, antes juez, el día del cumpleaños de su hija pequeña. Cada pasajero es un gag y cada carrera, un cúmulo de divertidos despropósitos.

El conflicto con los israelíes no es tratado más que de rebote, pero sirve de mucho para destapar la verdadera esencia de un personaje admirable que se va convirtiendo con la sucesión de las horas en un descendiente lejano del Michael Douglas de 'Un día de furia'. Para muchos fue una de las frivolidades del pasado festival de San Sebastián por su aparente poco peso, pero el cine, en ocasiones, sólo pretende contar fábulas, y ésta, como tal, es sólida como el cemento.

Valoración: 8/10

  • Para ver el tráiler, pincha aquí

Obsesionada (Steve Shill, 2009)


Existe un cine negro que nada tiene que ver con oscuras tramas policiacas. Es uno que se centra en temáticas raciales propias de los afroamericanos, un público con enorme peso específico en el box office yanqui. Ellos se lo guisan y se lo comen. Tienen su propio star system y no necesitan la ayuda de otro público para encaramarse a los puestos más altos de las recaudaciones. La gente de color va mucho al cine, ya lo avisaba Pau (Brunet).

¿Es 'Obsesionada' una cinta ''negra"? Pues "depende", como diría Pau (Donés), porque sí que cuenta con materia prima extraída del star system negro —con Beyoncé e Idris Elba a la cabeza— además de financiación de la cantante y del ex baloncestista 'Magic' Johnson, pero ya. Hay peros a la hora de adherir lo nuevo de Steve Shill a la etiqueta en cuestión porque, para empezar, Elba no es afroamericano, sino angloafricano, y poco importa que su negro culo sea el que corre peligro en este thriller con reminiscencias de 'Atracción fatal' aunque con desarrollo mucho más cándido y propio de telefilme que la cinta de Lyne. No hay reivindicación racial por ningún sitio en ese aspecto. Además, el 'acalorado' (en teoría, no esperéis ver ni un triste pezón en este "thriller erótico") trío lo completa la chica más blanca de América, Ali Larter, la pesada que siempre parece que abandonará 'Héroes' y sin embargo vuelve vez tras vez. No es acicate suficiente, es tan guapa que parece fea.

Valoración: 4/10

  • Para ver el tráiler, pincha aquí

Corazón de tinta (Iain Softley, 2009)


Hay quienes verán el cartel por la calle y, resacosos de aquellos 15 minutos de lucidez friki que se sacó de la manga Brendan Fraser hace ya más de una década con 'George de la jungla', picarán en el anzuelo. A mí me resulta un actor incómodo. Su gesto no es armónico. Vale para estar quieto de perfil y poner cara de hacer una multiplicación complicada, como Joey el de 'Friends', pero no para correr, divertir o reír. Cuando ríe —como un amigo feo que yo tenía que, pese a los consejos de todos, nunca se quedaba serio en las fotos— la cara se le distorsiona como un churretón de rimmel tras acalorada ruptura sentimental. Brendan Fraser, fichado para ser figurín aquí, fracasa porque la comedia es un género que no se adapta a su fisonomía.

Lo que hoy nos trae este Nicolas Cage de segunda es una bienintencionada aventura infantil (inspirada por la novela de Cornelia Funke) que reivindica el amor a la literatura. Su hija (la de Fraser, no la de Cage ni la de Funke), rubita y marisabidilla como sólo saben serlo las lectoras de más de mil y un libros de muy corta edad, intenta insuflar a su torpe padre la valentía que necesita desde que mamá desapareciera en extrañas circunstancias hace muchos años. Pese a la frontal animadversión y urticaria que nublan mi juicio con la injustamente millonaria cabeza de cartel, reconozco la agradable presencia de los notables Andy Serkis, Helen Mirren y Jim Broadbent —y ese ensueño en forma de cameo a cargo de una Jennifer Connelly sin frase— en una película amable que debería encontrar cómodo aposento en un 'target' que no es el mío.

Valoración: 6/10

  • Para ver el tráiler, pincha aquí

17 jun 2009

La autora de 'Persépolis' no quiere que le cuenten más películas sobre Irán

La obra de la autora Marjane Satrapi no se entiende sino estudiando detenidamente su biografía. Descendiente de la dinastía Qajar, siempre estuvo en contra de la radicalización religiosa derivada de la revolución del 79 y que terminó con la formación de la República Islámica que ahora es Irán. Dolida como estaba su familia por el recorte de libertades, decidieron enviarla a estudiar a Austria para que pudiera completar una educación plural. Y así se convirtió en una de las máximas referencias del país como activista intelectual contra el radicalismo teocrático. Su censurada autobiografía 'Persépolis', tanto en formato cómic como cinematográfico, recoge todo ello.

Marjane Satrapi, a la izquierda, y Molsen Makhmalbaf denunciaron ayer en Bruselas las irregularidades de los comicios iraníes

Por tanto, a nadie sorprendió que ayer se personara en el Parlamento Europeo —invitada por el diputado 'verde' Daniel Cohn-Bendit— para clamar contra la actual crisis iraní cargada de fotos de las revueltas de Teherán y documentos supuestamente procedentes de su Ministerio de Interior que apuntaban a la victoria del reformista Mir Hosein Musavi en vez de a la del proclamado vencedor Mahmud Ahmadineyad. Las cifras que expuso concretaban que "el número de votos para Musavi fueron 19.075.723, para Mehdi Karubi, 13.387.104, y para Ahmadineyad, 5.698.000, lo cual representa el 12% de las papeletas, no el 62%" que se dio como cifra oficial.

Ante el relativo silencio de Obama, cuya apuesta por uno u otro candidato corre el riesgo de situarle en una comprometida situación diplomática durante los tres años y medio que aún le restan de mandato, al menos resulta prometedor que alguien haga ruido de fondo en el Parlamento. La revuelta popular es evidente —con al menos siete muertos contabilizados hasta la fecha—, pero no parece que vaya a servir de mucho y por ello, Satrapi, desesperada, no ha dudado en izar la bandera de la denuncia:

Lo que ha pasado en Irán no es un fraude, es un golpe de Estado. Reconocer la legitimidad de Ahmadineyad significaría no reconocer la legitimidad del pueblo iraní. Es necesario que apoyen el movimiento democrático del pueblo que quiere vivir en paz, ser capaz de soñar y definir su lugar como una gran nación en el seno de la comunidad internacional [...] Los iraníes no queremos armas nucleares, sino paz y democracia.

Una familia concienciada... desde Afganistán

La artista, que pronunció su ponencia en inglés, acudió acompañada de otro de los mayores apasionados de la relajación del régimen, el director Mohsen Makhmalbaf —que ofreció la versión en persa de las palabras de Satrapi—, padre (y productor) de las realizadoras Hana y Samira, multipremiadas por sus películas en contra de la violencia que se vive en la zona.

Conforman los tres Makhmalbaf una estirpe de cineastas valientes adheridos al cine New Wave iraní, pues así se llamó el movimiento artístico surgido en 1969 cuya prioridad era abrir la cultura de su país al resto del mundo. Samira, la mayor, galardonada en San Sebastián 2008 por la película 'El caballo de dos piernas', es una joven cultivada y educada fuera de sus fronteras tal como lo fue Satrapi (quien reside actualmente en Francia). Nacida hace 29 años, estudió Psicología y Derecho desde los 20 en la londinense universidad de Roehampton. Hana, más precoz, debutó en la dirección a los 15 años con el documental 'Joy of Madness' y se consagró a los 18, en 2007, con 'Buda explotó por vergüenza', potentísima metáfora de la brutalidad inculcada a los más pequeños de la zona desde su nacimiento. La nacionalidad afgana de la cinta responde a la residencia establecida por toda la familia desde hace ya varios años, lo que no quita para que ejerzan de adalides del cambio en cada una de sus presencias internacionales.

Fotograma de 'Persépolis', la película autobiográfica de Satrapi.

Otras luchadoras iraníes

Pero no son las hijas de Mohsen las únicas artistas que luchan por la flexibilización del régimen de Ahmadineyad. En el artículo titulado 'Una mujer para defender a otra mujer en un país de luchadoras', ya os ofrecimos una muestra del paulatino levantamiento de algunas mujeres que no temen al régimen. Recordamos que la premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi tomó a finales del pasado abril la determinación de defender la causa de la periodista iranoestadounidense Roxana Saberi, acusada de ser espía para Occidente, condenada a ocho años de cárcel y liberada finalmente hace poco menos de un mes. Depuesta Ebadi de su cargo de jueza cuando la instauración de la República Islámica impidió que las féminas ostentaran tales cargos, su nombre suena desde entonces como sinónimo de la lucha por los derechos humanos.

Del mismo modo que Satrapi vive en el exilio francés, otra reputada artista, Monir Shahroudy Farmanfarmaian, virtuosa de la creación de montajes conformados a partir de espejos, vive en Nueva York después de que el ayatolá Jomeini confiscara el grueso de su producción en los 70. Ahora, la crítica internacional está rendida a sus pies. El suyo es el caso de quien para no ser despojada de lo suyo tuvo que salir del país, igual que le ocurrió a la cantante pop Googoosh, vetada desde el 79. Ella, no obstante, pudo quitarse su espinita dando un concierto en Emiratos Árabes en 2005 (a 150 kilómetros de la costa sur de Irán) en el que se llegaron a pagar 1.300 dólares por una entrada

El cine 'New Wave' busca el cambio

Son situaciones que los cineastas de la citada 'New Wave' han querido combatir desde hace ya cuatro décadas. El primero de los directores en dar el pistoletazo fue Dariush Mehrjui, quien con su película titulada 'The cow' (1969) reflexionó lúcidamente sobre las condiciones de pobreza y atraso de Irán. Muy crítico con el sistema que gobernaba Jomeini, se hizo sin embargo con su respeto. El heredero y prolongación natural de Mehrjui es hoy en día Abbas Kiarostami. De momento el director de 'El sabor de las cerezas', que situó en el mapa del planeta cinematográfico a su país con la Palma de Oro en Cannes 97, no se ha pronunciado acerca de la controvertida reelección de Ahmadineyad , pues parece centrado en la promoción festivalera de 'Shirin', su última obra, un canto a la libertad femenina, pero sólo dentro de la pantalla. Quién sabe si con su apoyo, la enérgica Satrapi y el patriarca Mohsen Makhmalbaf podrían hacer acaso un poco más de ruido.


Para entender mejor el panorama gracias al cine:

De cómo Tyrese pasa de promocionar 'Transformers' para contarnos su copla

Soy fan de Tyrese Gibson. Me parece un actor del montón. Apenas un maniquí. Y salir donde sale, lo cierto es que no ayuda. En pelis de coches, pelis de explosiones, pelis de robots que se convierten en coches y explotan, ese tipo de cosas. Yo prefiero un buen Kiarostami que a Michael Bay; si no, te miran mal los del gremio, pero lo reconozco, soy fan de Tyrese, me ha ganado por la mano.

Ramón Rodríguez, Josh Duhammel y Tyrese Gibson en Madrid

Para empezar porque se pasea por Madrid todo chulo sabiéndose expedicionario de segunda fila dentro de una comitiva promocional de 'Transformers 2' en la que no han viajado ni Shia LeBeouf, ni Megan Fox, ni el director Michael Bay, que, según McG, "es el director que más larga la tiene". Tal afirmación, que supongo pretende emular el humor yanqui de los ghettos raperos, se refiere a que hace las pelis más grandes.

Ramón Rodríguez ('The Wire'), Josh Duhamel ('Las Vegas') y Tyrese conforman el menú dando, uno detrás de otro, entrevistas en sillas calientes, cada cual para explicarnos lo que puede del próximo bombazo de Hollywood (se estrena el día 24). Son profesionales, pero la verdad es que nadie les aprieta las clavijas con cuestiones sobre física cuántica. Preguntas como "¿Cuánto dinero esperas que haga esta secuela?" ("Lo mismo que la otra ya sería bueno", dice Rodríguez) o "¿Habrá tercera parte?" ("Sí", responde Duhamel contra consejo de sus altas esferas) sobrevuelan la habitación del lujoso hotel donde todos sucesivamente paladean una carísima agua embotellada. Pero Tyrese va a su bola. Es un rebelde de camisa abierta y móvil en mano con el que no tiene pudor en juguetear cada vez que la traductora ejerce de traductora. Ha entrado bailando porque prefiere centrar el cuestionario en él mismo que en su personaje, un soldado que sale unos cinco minutos y dice no más de diez frases. "¡Cuidado!", "¡Peligro!" y otras ocho del estilo.

No establece contacto visual con los periodistas más que el estrictamente imprescindible, pero cuando lo hace, agasaja. Sabe que preferimos a otros. Yo sigo siendo más de Megan, pero es que todavía no me he hecho superfan del prota de 'A todo gas 2', remiendo interpretativo de Vin Diesel cuando éste aún se creía demasiado bueno para estancarse en ruidosas sagas automovilísticas (luego la pela llamó). Lo que me gusta de esta banda es que no cree haber salvado el mundo. Saben que no les ha fichado Kiarostami. Lo ha explicado Josh hace un ratito: "Mi personaje no es profundo, es una peli de robots". Redunda Tyrese: "No pretendía mejores líneas. Sabía lo que firmaba y hago lo que tengo que hacer". Los 700 millones que hizo la primera parte en todo el mundo hacen que no tengan que vender esta segunda entrega como la peli que curará el cáncer o acabará con el calentamiento global. Ahí sí que demuestran tenerla todos muy larga. Van de sobrados y yo, claro, me hago fan inmediato de su sana prepotencia.

Tyrese contiene su bomba como si no fuera el momento de sacarla aún a pasear. Es sólo cuando se le sugiere su calidad de artista global (modelo, rapero, actor y productor) cuando piensa: "Habéis mordido mi anzuelo, periodistillas, ahora es cuando me toca hablar de mi libro, que es lo que yo quería".

Y pone cara de interesante, de "Me alegro de que me hagas esta pregunta porque precisamente el día 5 de agosto se publica 'Mayhem', mi nuevo cómic". Y es ahí cuando percibes que el bailarín de dientes blancos y sonrisa profidéntica no va a volver a hablar de 'Transformers' en los siete minutos y 40 segundos que le quedan de entrevista. Y como a los pirados de los cómics les apetecerá saber algo más, pues muerdo su dulce anzuelo un poco más. "¿Y de que va el cómic, señor Gibson? ¿Sólo lo escribe o también lo dibuja? ¿Cuál será la tirada inicial? ¿Se traducirá al español?". Ya sabéis, esas cosas.

Tyrese, rapero antes que fraile, no tiene por qué parar de hablar de ello. Atesora el mismo afán promocional con su nuevo tebeo que los recién casados que acaban de llegar de Punta Cana y no piensan en otra cosa que enseñarte sus miles de millones de fotos clónicas. Así que desenfunda su discurso precocinado de padre amoroso mientras nos pasa de soslayo su móvil —con el que no mandaba mensajes, sino que se limitaba a proyectar la portada del cómic que podéis ver arriba a la izquierda—. ¡Sólo toqueteaba su teléfono para que le preguntáramos qué era lo que hacía! Soy requetefán.

Acabo de terminar de escribir la tercera historia de 'Mayhem' (seguramente habrá cuatro a razón de 32 páginas cada una), pero no lo dibujo yo sino Tone Rodriguez. Mayhem es una especie de Robin Hood moderno que reparte el dinero que roba entre los pobres. Tiene establecido su cuartel general en el sótano de una iglesia y su enemigo mortal es Big X, con quien mantiene un vínculo especial que al principio desconoce y que sorprenderá a mucha gente. Y claro que se traducirá al español, ¡se traducirá a todos los idiomas, 'man'!

Por lo que cuenta, hay montones de casas de cómics que no paran de marcar su teléfono. Casas que, sorprendidas por el rendimiento de preventas (10.000 ejemplares en dos semanas), le dicen: "¡Tyrese, what the hell is going on!" [sic]. Nos lo confiesa mientras guarda orgulloso el enorme móvil en el bolsillo de su pantalón, ya puesto en pie. Ha soltado su rollo y se va con la música a otra parte, y yo no me haría eco de lo larga que dice tenerla si no tuviera taaaanto morro y no me hubiera hecho taaaaan superfan suyo.