Los Coen en forma cómica después de haberse consagrado en los pasados Oscars con su drama más seco (si los puristas me permiten obviar 'Sangre fácil'. Esto es diversión, es otra cosa. Hedonismo fílmico desnudo de cualquier pretensión artística más que la de intentar batir records de carcajadas por minuto. Brad Pitt en estado de gracia encarna a un gilipollas de talla mayor; George Clooney, cuando trabaja para los hemanos judíos, parece feo; Frances McDormand enseña su chicha fofa y recuerda a su sheriff de 'Fargo', por lo tonta; John Malkovich, primo hermano del Walter de Goodman en 'El gran Lebowski'; Tilda Swinton, la única que no parece un payaso de saldo. Tanto tonto, tonta tanto. Poca pretensión y mucho ejercicio mandibular en una maravilla que empieza en picado (literalmente) para después no parar de subir.
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