3 dic 2008

El hombre vivo más sexy y Nicole Kidman, por ese orden


Llegan a la sala de conferencias del madrileño hotel Ritz, que está atestada, mucho más que cuando vinieran otros megafamosos bronceados de gran caché. Hugh Jackman y Nicole Kidman flanquean al director Baz Luhrmann, que ha unido sus talentos en la epopeya dramático-musical 'Australia'. ¿Y por qué digo "Hugh y Nicole" en vez de empezar, caballeroso, por ella? Pues porque, hoy por hoy, el 'Hombre Vivo Más Sexy', según la revista 'People', tiene más tirón que la ex de Tom Cruise.

Se percibe porque la mayor parte de preguntas de la rueda de prensa se las hacen a él. Luhrmann también tiene su tirón; al fin y al cabo él es el autor (dirige y coguioniza), pero Nicole se mantiene en un discreto segundo plano. Se rumorea que llega cansada y que se quiere ir pronto. Nadie se atreve a preguntarle por su vida personal, no sea que se evapore como los sueños, como el rocío.

Nicole, de nariz respingona, retocada y nívea. Nicole casi-palabra de honor. A veces enseña los dos hombros y otras, alternativamente, sólo uno de ellos. Dicen las malas lenguas que la cirugía se la han hecho para que aparezca bien en las fotos de media distancia. Cuando sonríe demasiado o pronuncia demasiado o gesticula demasiado los trazos se le acentúan, se vuelve aristada y gatuna, lejos de la veinteañera sosita pero natural como el Bio de Danone que cautivó en 'Calma total', cuando su trono americano era todavía un sueño y Cruise, un ídolo. La suya, aún así, y con pegas, es una belleza deslumbrante. Leve como suspirar, parece más delgada en persona, sobre todo si se la compara con Jackman, que tiene la anchura de dos armarios empotrados adosados.

La bella y el bello. Aquí no hay bestias. Puede que Luhrmann haya querido hacer de Drover -alter ego del actor- un duro, pero lo que le ha salido es una pareja bonita que se pasea durante casi tres horas por una de las más ambiciosas películas del año, un retrato responsable de 'La Generación Perdida' australiana, un "homenaje a todas aquellas personas que desaparecieron entre los años 30 y 70 del siglo XX, por razones de raza. A los hijos mestizos de los aborígenes los hacinaban en islas y los vendían haciéndoles creer que sus padres habían muerto", explica el director.

Ésa es la utilidad de una cinta que le ha salido rara a Luhrmann. Y entiéndase por "rara": fallida, megalómana, inconcreta, incatalogable, miscelánica y desconcertante. Después de satisfacer a crítica y público con las muy 'popis' 'Romeo+Julieta' y 'Moulin Rouge!', pocos horizontes le quedaban más al iconoclasta australiano. El aún más difícil ha consistido en hacer una comedia de las que nos tenía acostumbrados (ligera, con flashbacks, elástica…), sí, pero sumada a una epopeya musical, sazonada con brutal colonialismo y guerra mundial al canto, chimpón. Australia = Luhrmann (lo mejor y lo peor de él) + Victor Fleming ('El mago de Oz', cansinamente omnipresente) + Michael Bay (lo más manoseado de 'Pearl Harbor').

La idea de esta superproducción antipódica y autohomenajeadora era reunir en el mismo combo al más pintón director de Australia, a una gran dama y a un macho varón. Los dos primeros estaban claros desde el principio; Jackman se subió al carro cuando Russell Crowe declinó la oferta. Ésta debía ser la segunda parte de una trilogía épica que pretendía rodar Luhrmann tras 'Moulin Rouge!'. La primera pata del taburete a punto estuvo de ser ‘Alejandro Magno’, que se cayó a favor de la inmundicia que rodó Oliver Stone. La tercera seguramente no llegue debido a que 'Australia', cuenta, casi le mata. Así que duro debió de ser el rodaje, pues Jackman también se queja de que por poco estuvo a punto de no contarlo en un par ocasiones. Afirma divertido que no le importaría encasillarse como vaquero, pero que no cree que durara más de cinco años por el gran riesgo que conllevan las escenas de acción.

Alentado por una pregunta de fan y por el propio director, que hace mención a su recién estrenado cargo de hombre realmente atractivo, Hugh, coqueto, cuenta cómo en la película vistió hasta tres pantalones iguales pero con diferentes largos para que le quedaran mejor según anduviera, cabalgara o trotara. Sin demasiada modestia se jacta de que los miembros del equipo llegaron al consenso de que para estar plantado había unos que le hacían un trasero especialmente seductor. Su culo como debate de estado en Australia.

Al hilo de esto, explica cómo lo que más le había sorprendido de su galardón fue la "abusiva" llamada que recibió de George Clooney nada más saberse la noticia. Se creía que ya había entrado en el club de los tíos más 'cool', que harían hueco para él en 'Ocean's 14', pero nada más lejos de la realidad. Según explica, Clooney, dos veces entorchado, le dijo: "No sé con quién te habrás acostado para conseguirlo, pero no eres sexy y no te lo mereces".

Ya en un terreno más denso, culmina Luhrmann hablando de los seis desenlaces que barajó, los cuales iban del 'happy end' más edulcorado a la tragedia más atroz. No desvelaremos aquí cuál se podrán encontrar los espectadores a partir del día 25 en las salas, pero sí podemos anticipar que en el DVD se recogerán varios de ellos. La razón de su película la desvela justo cuando el micrófono está a punto de desvanecerse, al estilo de ’59 segundos’, que la gira por Europa será dura y rápido, como aves de temporada, hay que cambiar de escenario: "En el mundo actual, en el que no tenemos tiempo para lamentarnos de nuestro egoísmo, lo único que importa es estar con las personas a las que amamos. Así, mañana será otro día, la lluvia caerá, la hierba volverá a ser verde y la vida comenzará de nuevo".

No le ha salido, pero eso no significa que no lo haya intentado.

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