28 dic 2009

Juan Diego (Actor del Año GQ)


Directores de la talla de Berlanga, Fernán Gómez, Saura, Garci, Uribe o Bigas Luna han requerido sus servicios durante cuatro décadas sembradas de papeles memorables. Ahora vive acomodado en la televisión dando vida al malhumorado comisario Lorenzo, el jefe de Paco.

Acudo algo asustado a mi encuentro con Juan Diego (Bormujos, Sevilla, 1942), más por la aprensión que me causa el airado comisario Lorenzo —el último alter ego que lleva interpretando desde hace casi cinco años en ‘Los hombres de Paco’— que por una sensación objetiva. Llega acompañado del escritor Juan José Millás y fabulo, mientras se despiden, sobre lo ‘glamourosa’ y repleta que debe de andar su agenda. Rodaje de la serie tempranito por la mañana, comida con el Premio Planeta 2007 y café a las 16.00 para cumplimentar la entrevista que le acredita como Mejor Actor del Año para la revista GQ. Me lo imagino haciendo puenting después de que nos separemos. Pero de momento, seguimos en un rinconcito del centro.

El actor pide agua con gas mientras una señora algo tímida solicita estrechar su mano a dos mesas de distancia. Le agasaja con piropos. Le habla de los tiempos de ‘Estudio 1’ y él sonríe complacido. Se cogen las manos y ella le pide cumplir un deseo: recitarle el Don Juan. Los roles se intercambian y, por un momento, el intérprete se convierte en espectador cazatalentos. Antes de escribir un solo entrecomillado de la entrevista, Juan Diego ya ha hecho un regalo de Navidad anticipado a ‘una fan de toda la vida’.

¿Es normalmente éste el trato que recibes de la gente?

Pues la verdad es que no suelen ser tan efusivos. Además a mí no me abordan de la misma manera que a los otros compañeros de la serie (Paco Tous, Hugo Silva y Pepón Nieto). Conmigo la gente tiene un trato distinto. Quizá porque ya me conocen hace mucho tiempo y ya traigo más trayectoria. La gente que se me acerca lo suele hacer para hablar de películas ‘raras’ que se vieron poco pero que fueron a festivales. Cosas de Saura antiguas y cosas así.

¿Y cómo afecta a la vida normal que te observen todo el rato?

Me influye en cuanto a que soy yo el que no puede observar tranquilo a los demás. A mí ahora me gustaría estar haciendo como que leo el periódico y mirar qué hacen todos alrededor. Pero no puedo, como no puedo ir en transporte público. De cualquier modo, mi ego no está en el reconocimiento. Mi ego va en que gane el Betis, y estamos en Segunda.

Entre alguno de esos trabajos ‘raros’ de los que antes has hablado, ¿se encuentra tu mejor interpretación?

El que venga siempre es el mejor trabajo. No, en serio, yo no puedo decir cuál es mi mejor interpretación porque no dependen sólo de mí, sino también del compañero, de la réplica, de cómo te monten, etc. Por lo tanto, no tengo ningún trabajo rotundo. Siempre estoy esperando ese trabajo rotundo que se puede dar en teatro un día concreto. Creo que soy infinitamente mejor actor de teatro. Soy un genio… porque no me veo.

Entonces, ¿no ves tus películas?

Sí, sí, tengo que hacerlo… aunque si viera dos o tres veces seguidas una película mía, dejaría de trabajar. Todos mis papeles han sido muy angustiosos, no se dejan ver tranquilos. En la proyección me siento con las piernas cruzadas y de perfil pensando “Puta mierda”.

¿Es Juan Diego entonces un actor de teatro que a veces hace cine y tele?

Soy un actor que conoce los tres medios y que aplica la técnica necesaria en función de aquel en el que me encuentro. Cada personaje requiere una técnica de búsqueda que hay que acompañar de lo orgánico, del realismo que está pidiendo. Además es muy importante encontrar cada vez la manera de seguir divirtiéndote, de jugar.

Crítico como te muestras con el proceso global que a veces no cristaliza como quisieras, ¿no te has sentido tentado a dirigir?

No tengo nada que contar, soy un ser bastante. Sólo una vez me encargué de una obra de teatro en Mérida porque el director se metió a opositar. Los compañeros eran buenísimos actores, así que decidí buscar un mutis para cada uno; y tanto me centré en ellos, que una semana antes del estreno caí en la cuenta de que aún no me sabía mi papel. Acabamos haciendo 21 mutis y en el mío me aplaudieron porque me equivoqué.

¿Algún papel que hayas rechazado y luego te arrepintieras de hacerlo?

Cuando rechazas una cosa, ya no hay más. La rechazas casi siempre por motivos ideológicos.

La ideología ha marcado en ocasiones tu vida pública. ¿Tienen las figuras de la cultura una responsabilidad social?

Creo que la responsabilidad es personal. No quiero hablar de colectivo de artistas, que ya se encargan de demonizarlo bastante; yo te hablo de ciudadanos, y creo que como ciudadano esta muy bien poner tu voz a los que no la tienen.

¿Alguna vez has querido dar el salto a la política?

No, nunca. Sólo me he metido alguna vez porque estoy en medio de una sociedad muy injusta que me duele, aunque hago lo posible para que me siga doliendo con la misma intensidad. Se ha establecido un orden perverso enmarcado por la crisis, por los señores de las finanzas y por un mercado lo regula todo.

¿Es la comedia buena medicina contra la crisis?

Está bien que haya cosas divertidas como ‘Los hombres de Paco’, pero eso no debe tapar las comedias mínimas que nos hacen vernos reflejados. La tele es siniestra y no cumple la función de educar a las personas que debería. Es una continua sobredosis de información y nada más.

¿Satisfecho de tu posición de ‘peso pesado’ de la industria?

La ‘posición’ es algo coyuntural porque hace cinco años estuve parado un año y medio, así que no soy ningún peso pesado. Luego vino la serie y desde entonces he hecho 13 películas. Ahora estoy preparado para que dentro de dos o tres años haya otro parón. No sabes cuándo te van a llamar ni cuándo te van a despedir.

Pero con ‘posición’ me refiero a que no te harán castings. Todo el mundo sabe lo que puedes dar…

Es que si me hicieran castings no me cogerían, me pondría muy nervioso (risas). Conozco a compañeros que van a uno y a otro y se encuentran en la rutina de que para trabajar hay que pasar por ellos. Antes, sin embargo, decían: “Tú, trabajas”. Y trabajabas, como cuando se cogía a la gente en la plaza del pueblo.

¿Era más romántico ser actor antes?

Bueno, antes teníamos esa cosa de la bohemia, había tiempo para todo. Tuve una época hace ya bastantes años en que me juntaba con (Juan) Echanove e Imanol (Arias) (casi nunca había chicas porque eran altas horas de la mañana), y que cuando llegábamos a una casa, le dábamos a uno un libro abierto por cualquier página y le decíamos: “Toma, lee”. Así nos dedicábamos a buscar el ritmo del verso, si era o lírico o épico, a estudiar la personalidad del autor y a reflejarla en la tonalidad... pero ya no hay tiempo de eso.

(GQ España, diciembre 2009)

1 comentario:

ordago13 dijo...

Muy buen blog sobre cine...
Me ha gustado abstante, me hago seguidor.

Tengo un par de programas de radio sobre cine que podrían encajar en tu blog...
las canciones de james bond
Canciones que han ganado el oscar

Tarantino Conection