Si 'Fargo' supuso la consagración de los hermanos Coen como verdaderos maestros del thriller, categoría en la que serían ratificados con la más premiada, aunque menor, 'No es país para viejos' este mismo año, tan o más importante para ellos que esas dos fue la democratización y propagación de su particular sentido del humor, con el que acostumbran a obsequiarnos en el 50% de sus productos.
Los parias, los tontos que se creen muy listos y los tontos, sin más, suelen ser algunos de los preferidos sujetos de estudio en los que depositar las reflexiones de la pareja de hermanos directores mejor avenida de todos los tiempos. Después de ellos llegaron Larry y Andy Wachowski ('Matrix' y 'Speed Racer'), Albert y Allen Hughes ('Desde el infierno') o Peter y Bobby Farrelly ('Algo pasa con Mary' y 'Dos tontos muy tontos'), significando nuevas asociaciones siamesas con cuotas de éxito más o menos estimables, pero sin llegar a un estado de excelencia casi constante durante cerca de un cuarto de siglo.
En el pasado Festival de Venecia, hubo quien tildó a 'Quemar después de leer', una historia coral sobre chantajes con el mundo del espionaje de fondo, como una pequeña joya demasiado cargada de parodia, pero desde aquí levantamos una lanza y entonamos un aplauso a la vuelta a las raíces de los Coen en su faceta de azotadores de la estupidez colectiva, acompañados de verdaderas estrellas, que han dejado de lado todo su ego para conformar una galería tan patética y vergonzante como divertida.
Desde la caracterización de los personajes (George Clooney muy envejecido, con barba de cincuentón, y Brad Pitt, ridículamente rejuvenecido, con un estilismo capilar que recuerda mucho a su 'Johnny Suede', de cuando todavía no era nadie), Joel y Ethan Coen reinventan la comedia del pordioserismo humano. La mezquindad del pícaro, los chantajes y el culto al cuerpo como única fachada aprovisionadora de felicidad sirven para redondear, quizá, la más hedónica y carente de pretensiones obra de toda su trayectoria.
En el podio de las mejores criaturas 'coenianas', podemos incluir a Javier Bardem por la categoría de icono cinematográfico que le debe a Anton Chigurh, el asesino del pelo de tázón; pero él era uno más dentro de un todo sólido (lo importante era el conjunto). No ha sido hasta esta ‘Quemar después de leer’ que los Coen han reunido en un solo libreto a tanta cantidad de personajes memorables como en aquella maravilla del 98 que fue 'El gran Lebowski'.
Hablábamos de Jeff Bridges como patriarca honorífico de todo el universo Coen, como semilla de los Malkovich, Swinton, Clooney, Pitt y Simmons y McDormand, inmersos en este nuevo estreno. Ellos son grandes, pero la lista es interminable. Por ello, aprovechamos para hacer el 'top ten' de los mejores personajes de los Coen:
1. El Nota (Jeff Bridges), en 'El gran Lebowski'.
Hippy parado, porreta y gran devoto del 'Ruso blanco' (vodka con licor de café y leche), vive por y para los bolos. Él es el 'pequeño Lebowski' en un mundo en el que el 'gran Lebowski' quiere utilizarle de escudo protector frente a todos sus trapos sucios. Sus mejores líneas son las que le enfrentan a Walter, que siempre es capaz de sacarle de sus casillas.
2. Walter Sobchak (John Goodman), en 'El gran Lebowski'.
"Perdimos a muchos hombres valerosos en Vietnam", dice Walter como un resorte en casi cada uno de sus parlamentos. Es un gran amante del orden y ortodoxo cumplidor del descanso del Sabbath. La mejor escena de la película es en la que arroja las cenizas de su amigo Donny por un acantilado con el viento en contra para acabar en la barba de El Nota. Tiene otros momentos memorables, pero ese se lleva las mayores carcajadas por efecto acumulativo.
3. Marge Gunderson (Frances McDormand), en 'Fargo'.
La mujer de Joel Coen, ganadora del Oscar a la mejor actriz principal por su sheriff embarazada e ingenua, demuestra tanta incompetencia como el resto de idiotas (a ambos lados de la ley) que viven en Braineard, un pequeño pueblecito de Minnesota. El año pasado, esta creación fue colocada en el puesto número 33 en la lista de ‘Los 100 Mayores héroes y villanos según el American Film Institute’
4. Ulysses Everett McGill (George Clooney), en 'O Brother'.
Esta revisitación del odiseico Homero vino a demostrar que el soltero de oro de Hollywood no era sólo el canoso mejor plantado desde Richard Gere, sino también un excelente comediante. Su vena payasa fue de nuevo explotada por los Coen en 'Crueldad intolerable' (en un papel que hubiera firmado Cary Grant) y en la presente 'Quemar después de leer', donde da vida a Harry Pfarrer, un playboy de medio pelo.
5. Anton Chigurh (Javier Bardem), en 'No es país para viejos'.
Este papel casi mudo fue merecedor, como el de McDormand, del Oscar de la Academia, en este caso en la categoría de secundario, y situó a Bardem en la boca de todo el mundo como uno de los mejores actores del panorama actual. Su estrambótico corte de pelo y su infinita e indiscriminada maldad ya tienen un hueco garantizado en todas las enciclopedias de cine.
6. Barton Fink (John Turturro), en 'Barton Fink'.
‘Barton Fink’ es la única película en toda la historia que ha sido capaz de llevarse los premios a la mejor película, al mejor director y al mejor actor en el Festival de Cine de Cannes; fue en 1991. Gran parte de la culpa de los mismos fue de Turturro, que interpretaba a un novelista bloqueado, fichado por un gran estudio para escribir un guión cinematográfico. Igual de destacada fue la contribución del neoyorquino en 'O Brother' (uno de los presos compinches de Clooney) y en 'El gran Lebowski' (haciendo de jugador de bolos latino y pedófilo).
7. H.I. McDonnough (Nicolas Cage), en ‘Arizona Baby’.
Cuando Nicolas Cage era el orgulloso dueño de una bonita pelambrena, interpretó a un ladronzuelo que contrae matrimonio con una agente de la ley que no puede concebir hijos. Lo primero que se le ocurre al lumbreras es intentar secuestrar a uno de los quintillizos del magnate local para que su mujer quede satisfecha. Rodada con ritmo de cómic, es quizá la comedia más extrema de los Coen.
8. Tom Reagan (Gabriel Byrne), en ‘Muerte entre las flores’.
Byrne interpretó este papel porque Humphrey Bogart ya no vivía. Reagan, envuelto de lleno en una reyerta de gangsters italianos e irlandeses, intentaba tirar de ingenio para salvar el culo y llevarse a la chica. Cuando el paso de las décadas ponga las cosas en su lugar, esta película filmada en 1990 se recordará como una de las mejores de su década.
9. Chad Feldheimer (Brad Pitt), en ‘Quemar después de leer’.
Posiblemente es el chantajista más chapucero de cuantos se hayan visto en una gran pantalla. Monitor de gimnasio obsesionado con el culto al cuerpo, encuentra por casualidad un CD que contiene secretos clasificados de la CIA. Como la agencia no se aviene a pagarle, intenta vendérselo...¡a los rusos! Feldheimer supone uno de los mayores despliegues cómicos no verbales de la carrera de Pitt.
10. Profesor G.H. Dorr (Tom Hanks), en Ladykillers.
Cuando todavía parecía que Tom Hanks podía interpretar cualquier papel que se le pusiera por delante, los Coen le vieron como el perfecto sucesor de Sir Alec Guinness en su 'remake' de 'El quinteto de la muerte'. El acento 'british' y sus esperpénticos peinado y barba eran lo único respetable de la peor película del dúo.
2 comentarios:
Sigo viendo pocos círculos concéntricos por aquí. Es una pena.
Muy buen post y buen blog tienes, pásate por el mío seguro que te gustará.
Saludos desde:
http://cinemaworldycomics.blogspot.com/
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