La mayoría la conocimos haciendo de hija despistada, tonta, superficial y, sobre todo, superrubia del reflejo de Homer Simpson más humano de cuantos han existido: Al Bundy. Christina Applegate interpretaba a Kelly y, cuando echó a andar ‘Matrimonio con hijos’, en el 88 contaba con 16 años. Sus carnes bien prietas hicieron de ella un icono televisivo. Eran tiempos en los que la laca era un bien preciado y las jefas de animadoras se dejaban invitar a batidos de fresa sin poso de feminismo alguno.
Entre la primera escena de la celebrada serie y el capítulo de esta semana de 'Samantha Qué?' han pasado montones de cosas, entre ellas unos 90 muy televisivos ('Matrimonio...' estuvo en antena 10 años, todo un éxito) y algunos papeles bastante poco lucidos para el talento cómico que era capaz de desplegar nuestra prota. Sólo Roger Kumble le hizo justicia en ‘La cosa más dulce’ cuando corría 2002. Sé que una vez me declaré fan absoluto de Selma Blair, pero los chistes escatológicos de Courtney, el personaje de Christina en la peli, no tenían nada que envidiar al Top 5 de momentos estelares de ‘Sexo en Nueva York’. No en vano le escribió sus líneas Nancy Pimental, ex guionista de South Park.
Esa fue la primera resurrección de Applegate, que vivió momentos más o menos destacados cuando James Cox la incluyo en su 'Boogie nights' de garrafón, 'Wonderland'; al compartir protagonismo con Matt Dillon en 'El empleado del mes' o al unirse a la factoría de Will Ferrell en las dos partes de 'El reportero: La leyenda de Ron Burgundy'.
No era suficiente. A pesar de su increíble magnetismo estúpido de las primeras épocas, los productores de cine se resistían a verla de otro modo que no fuera como a un irresistible florero. Pero 'Friends' le prestó una nueva gran oportunidad. Amy Green era la hermana de Rachel Green, la ex de Pitt, con la que le une un parecido físico sorprendente. Un capítulo en 2002 (que le valió el Emmy a la mejor actiz invitada en comedia) y otro en 2003 bastaron para ponerla de nuevo en el mapa.
La televisión era su medio natural y así lo vio la cadena ABC, que le ofreció en 2007 el papel de Samantha Newly, una zorra de cuidado, ejecutiva indefinida de profesión, que por un accidente de tráfico se volvía amnésica perdida. La serie, que cuenta con gran audiencia explora a una Applegate más humana, vulnerable y frágil. Sus ojos, más azules que nunca, nos dicen que Kelly Bundy al final apretó en sus estudios y se hizo una chica de provecho. Dejó de juntarse con macarras que guardaban el paquete de Lucky Strike en el forro de la manga de su camiseta blanca y empezó a frecuentar pubs chic donde se hizo aficionada a los Margarita.
Es una nueva Applegate, en su cuarto chapuzón de gloria (quinto si contamos su nominación al Tony por la obra 'Sweet Charity' en 2005). Su trabajo de momento está asegurado, pero ella quiere triunfar en el cine, y talento no le falta. Lo que le falta es juicio a la hora de elegir los proyectos. 'The rocker', estrenada este fin de semana en nuestro país con el insólito título ‘Un rockero de pelotas’ parecía un intento prometedor (con Peter Cattaneo —director de 'Full Monty'— a los mandos y Rainn Wilson (Dwight Schrute en ‘The Office (US)’) como 'partenaire'), que sin embargo no pasara a los anales de la comedia romántica ni musical. No obstante, muestra una nueva faceta de Christina: la de madre, ¡a los 36! Nada raro si no fuera porque su hijo es casi un veinteañero. Rubia, de mirada, repito, azul acero, mejor que la de 'Zoolander' y atractivos gestos, casi sin darnos cuenta hemos asistido al nacimiento, crecimiento y madurez de una comedianta como la copa de dos pinos superpuestos.
El germen de Nikki Cox (que heredó tácitamente el papel de Kelly en ‘Infelices para siempre’), lúbrico objeto de deseo de los adolescente noventeros, creció y creció hasta cristalizar ella misma (cambian las tornas), este fin de semana, en joven émula de la madre de Stifler, toda una MQMF, según la definición de 'American Pie'...
... pero este artículo es dual; no sólo narra el delicioso asentamiento de una de nuestras actrices favoritas, pues este año se hizo público que Applegate padecía cáncer de pecho, por lo que decidió someterse a una doble mastectomía en julio. Consciente de que no tenía por qué haber tomado una decisión tan radical, prefirió, sin embargo, cortar por lo sano para estar bien segura de que a partir de ahora podrá tener "dos nuevos pechos preciosos" durante el resto de su vida después de una reconstrucción a la que se someterá este mismo mes.
Casualmente ya flirteó con la idea de la implantación mamaria en uno de los sketches de ‘La cosa más dulce’. Mientras se retocaba el maquillaje en una disco mega fashion y mantenía una conversación sobre chicos con Cameron Diaz, tenía lugar el siguiente diálogo paralelo:
(Tía acomplejada en la cola del tocador ve a Applegate y empieza a palparse sus propios pechos).
Christina Applegate: Son operadas.
Chica: Lo siento mucho, no quería mirar.
C.A.: Ah, no, da igual. Para eso me las puse.
Chica: Parecen naturales.
C.A.: Gracias. Si quieres puedes tocarlas.
Chica: No, no, no.
Cameron Diaz: Tócalas, le encanta.
C.A.: Si, no importa (le lleva la mano hasta su pecho). Dan el pego, ¿eh?
Chica: (Se dirige a Chica 2): Mira, tienes que venir a tocar esto.
Chica 2: (A Applegate) ¿Te importa?
C.A.: Alucina un rato…
Chica 2: Joder, esto es increíble.
Chica 3: (También tocando mientras Christina sigue hablando con Cameron de otra cosa): ¡Que fuerte!, ¡yo también quiero unas así!
Chico1: (a Chico 2, mientras espían por la cristalera de la puerta del servicio) ¿Qué te dije? Por eso las tías van siempre juntas al lavabo.
Salud, Chris.
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