Con su pelo crespo y sus gafas de pasta, el tipo, de 42 años, no aparenta más de 35, ¿será que los Corn Flakes son el secreto de la vida eterna? Se mueve con la gracilidad de un Buenafuente hiperquinético sobre el escenario en el que va a presentar a 400 personas lo que ha parido, su renovada visión de una franquicia en acusado declive. Cuatro escenas que resumen la filosofía de su planteamiento. Cuatro segmentos que revelan que si pop eran Kirk y Spock, él ha dado la vuelta de tuerca hacia el superpop. Ha rebajado frikismo al asunto y lo ha convertido en una de colorines, sin escatimar en escenarios ni en exteriores, una de las taras más acusadas de la serie fundacional.
Cuando Paramount vio lo que proponía J.J., se decidió a inyectar millones de dólares como si se fuera a acabar el mundo y 'crisis' fuera un concepto etéreo. El mismo desarrollo de personajes que hizo de él un gurú de la comunicación (véanse ‘Felicity’, 'Alias' y un muy remodelado y mejorado Cruise encarnando a Ethan Hunt) es lo que le faltaba a un producto donde la nobleza y el aplomo cotizaban al alza pero no así tanto las flaquezas, muy subrayadas ahora éstas en el papel del joven James T. Kirk. ¿Ah, no se lo había dicho? Es que con 'Star Trek' han decidido, como antes hicieran los productores de 'Batman' (Warner) o '007' (Sony), retrotraerse a los inicios escarmentados por la experiencia de 'Superman Returns'. Cuando algo está destruido, mejor resetear (demoler) y edificar con cimiento fresco.
A pesar de su simpatía natural y del pirotécnico 'regalo' que ofrece Abrams a la emocionada concurrencia, flirtea con morder a la mano que le da de comer. Su locuaz discurso es algo antisistema y confiesa que nunca fue fan de la saga, que no le gustaba aunque antes no era muy capaz de saber por qué. "Mi favorita era 'Star Wars'", dice con genio y descaro ante el presidente internacional de Paramount, presente en el acto. Una vez sentado en la silla del director se ha percatado de que la razón era su incapacidad de conectar con unos personajes muy ajenos a él. Y por ello les ha cargado de aristas. Y de violencia verbal (esto es, sarcasmo), lucha y hombría. Arrobas de testosterona donde antes sólo había cerebro.
O al menos eso nos dicen los 25 minutos donde averiguamos que Kirk (el pseudodesconocido Chris Pine) es un conglomerado muscular de primera categoría que se marchitará con el paso de los años (si dentro de un tiempo vemos la saga de manera cronológica como ya se puede hacer con la desvirtuada 'Star Wars', nos daremos cuenta de que el contraste visual es mucho más acusado) y de que Mr. Spock (Leonard Nimoy en el original, que protagoniza cameo) tiene las trazas de Zachary Quinto, el malvado Sylar de la serie 'Héroes'. Para más detalles acerca del reparto, recomendamos el siguiente vídeo elaborado para Zona Trek TV (la fecha de estreno a la que hace referencia se ha pospuesto hasta mayo de 2009).
Hay un punto que quiere dejar claro Abrams antes de irse a la sala de montaje de nuevo a USA, y es que este nuevo comienzo quiere atraer "a los que no eran fans de Star Trek". ¿Y los millones que sí lo eran, Mr. Abrams?, ¿qué pasa con ellos? "Bueno, mi deseo es que guste a todos", sale del paso con la boca pequeña.
En cuanto al futuro, ¿habrá continuidad o será un proyecto aislado? No hay que ser muy listo, Hollywood no suele poner huevos de oro de uno en uno y éste parece muy dorado y muy grande. Que Abrams dirija una eventual segunda parte es ya más complicado. Él es más de venir, ver y vencer, echar a rodar proyectos, mirar atrás con regusto dulce y embarcarse en el nuevo fenómeno que vendrá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario