El punto de vista de las películas de terroristas se ha basado históricamente en la salvífica y nada ambigua labor de los agentes del bien, que suelen sacrificar sus vidas personales en pos de un bien mayor. En el thriller que nos ocupa, sorprendentemente basado en una historia original del cómico Steve Martin, el sujeto de estudio, el que sostiene sobre sus hombros la mayor parte del metraje, es el siempre interesante Don Cheadle, que juega al desconcierto hasta los instantes finales. Logra poner por momentos contra las cuerdas al espectador más maleable imprimiendo de halito vital a un arquetipo ambiguo en el que nadie nos había hecho reparar hasta la fecha con excepción de la serie televisiva '24'.
Seguimos sin entender la barbarie terrorista, no es ésa la intención de Nachmanoff, pero sí podemos decir con satisfacción que hemos contemplado algo fresco. Hallamos, no obstante, un punto negro —cuanto menos, gris— en el resultado final: Guy Pearce, correcto en su papel de agente del FBI, demuestra una vez más que su aura, a pesar de las oportunidades que le han brindado en 'L.A. Confidential', 'Memento' o 'El último gran mago', es más la de un buen actor de apoyo que la de la estrella que pudimos intuir en el pasado.
Valoración: 7/10
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