El cine como espejo social siempre se ha hecho eco de gracias y desgracias. Y algunas veces hasta nos ha dado soluciones. Tener el agua al cuello y necesitar pasta a la desesperada ha sido eje central de no pocas películas, y, aunque las medidas adoptadas por los protagonistas han sido diversas, la picardía siempre ha sido el común denominador. Que estás en un mal momento porque te acabas de quedar sin curro: roba un banco. No lo decimos nosotros, es la mamá pantalla, que a veces es un poco quinqui planteando soluciones. He aquí una lista de consejos según sea tu talento:
Cinco de los 11 de Ocean. Si te vas al paro... ¡roba un banco!
Para los que tienen las manos tunantes:
Roba un banco (o un casino, o muchos). Pero hay que ver qué guapos que son los ladrones del cine. ¿'Saben aquel que diu' que una pandilla de glamourosos cacos se reúne para buscar dinerito contrarreloj no sea que la mafia local les corte hasta el último de sus dedos? Es lo que viene proponiendo Guy Ritchie desde que empezó. Las tres pelis de su trilogía gangsteril sugieren que lo mejor que puedes hacer cuando te veas apurado es montar una timba de cartas ('Lock & Stock'), amañar un combate de boxeo ('Snatch') o timar a los enemigos de tus enemigos ('RocknRolla').
En otra trilogía amiga, la de Danny Ocean y sus compinches, el truco está en jugar la baza del timador timado. La que más claramente lo muestra de las tres es la más flojita, 'Ocean's twelve', en la que Andy García, burlado explicitamente en la primera parte, de repente se convierte en alguien muy temible con potestad para poner plazos de entrega.
También había cierto glamour en 'Granujas de medio pelo': el intelectual corría a cargo de Woody Allen y el físico, de Hugh Grant. No se les ocurría otra cosa a los animalitos que atracar un banco alquilando una tienda de galletas en el local de al lado desde el que hacer un agujero para llevarse la caja de caudales. No fue el Allen más inspirado; no, señor. Nada que ver con 'Toma el dinero y corre', que también iba de un tunante torpe pero mucho más gracioso.
El timo de la estampita. Más alopécica y terrenal es la apuesta argentina de 'Nueve reinas', que descubrió de puertas para fuera que la canallesca postcorralito tenía las caras de Ricardo Darín y del manso Gastón Pauls. Tan importante era no desviar la atención con sedosas melenas o largas piernas que incluso el 'remake' norteamericano que conoció la pieza, 'Criminal', fue construido alrededor del regordete John C. Reilly y del chaparrito Diego Luna.
En España son tiempos de thriller descarnado y violento —'25 kilates' llega esta semana a las pantallas— a la hora de recuperar mucha pasta en poco tiempo, pero hubo tiempos en los que todo era más amable, distendido y naif. Los Tony Leblanc y Concha Velasco de 'Los tramposos' derivaron en los Esteso, Ozores y Pajares de 'Los liantes'. No os echéis las manos a la cabeza, que hay público para todo.
Para los que tienen talento:
Que no os despiste Drew Barrymore, el único que sabe lo que se hace es Eric Bana ('Lucky you')
Aquí se conjugan dos factores: ser pícaro y el plus de un don natural. Preferiblemente algo vistoso para los demás: llámese deporte o exhibiciones cantarinas o intelectuales. Si lo tuyo son los juegos de manos y de villanos, es decir, si no hay quien te gane al tute habanero o a la brisca, sigue el ejemplo de Mel 'Maverick' Gibson y de su compañera Jodie Foster, que en los 90 se mudaron al oeste para comprobar quién contaba mejor las cartas.
Más contemporáneos son Eric Bana y Drew Barrymore —aunque ella sólo como ángel de la guarda— en 'Lucky you', un muy repescable y desapercibido thriller del director de 'L.A. Confidential'. Otra: '21 Blackjack', bastante calentita todavía, en la que Kevin Spacey hacía de profesor de mates metido a revientacasinos con la ayuda de sus más empollones pupilos. Y para completar el póker de ases, no nos olvidemos de 'Rounders', en la que Matt Damon y Edward Norton, aún muy debutantes, se metían en un lío tras otro para acababar contra las cuerdas a manos de un John Malkovich que no paraba de devorar Oreos.
¿Que lo tuyo es el billar?, pues recuerda cómo se ganaban la vida Ojos Azules Newman ('El buscavidas' y 'El color del dinero') y su ahijado Tom Cruise (éste sólo en la secuela). Hubo también una versión femenina en la que salía la ex modelo y ex chica Bond Famke Janssen. Se tituló 'Turn the River' y hay que ejercer otro tipo de pillerías cibernéticas para verla.
Si eres patizambo o torpecito y los juegos de habilidad o los deportes no son lo tuyo, quizá hayas pasado bastante tiempo cultivando la voz. Para ti, entonces, Mandy Moore es todo un referente. Su falta de escrúpulos y unas cuerdas vocales bastante aclaradas la ponen en el umbral de la fama en 'American Dreamz', una parodia de OT que enseñó el lado más cabroncete de Hugh Grant. Es curioso que este hombre, cuanto más se corta el pelo, más malo se vuelve.
No es tan meritorio, pero podéis utilizar el talento ajeno para vuestro propio beneficio, si no, que se lo digan a Tom Cruise, que intentaba sacar partido a los talentos autistas de su hermanastro en 'Rain Man'. Dustin Hoffman iba de parras pero se enteraba de más de lo que parecía.
Para los competitivos:
Este punto no hay que ser un lince para sacarlo. La peli más importante de lo que llevamos de año gracias a sus ocho Óscares es 'Slumdog Millionaire'. Lo sabéis ya, pero va de un pequeño raterillo que encuentra fortuna de la noche a la mañana. Cuenta el conocimiento, así que ya podéis ir leyendo enciclopedias. Y si ése es el espejo cinematográfico y 'anticool' de nuestro '50x15', parémonos en los Quiz Shows, como el de Robert Redford, como el de 'Magnolia' o como el de 'Starter for 10', la comedia romántica adolescente que descubrió a James McAvoy ('Expiación') y a Rebecca Hall ('Vicky Cristina Barcelona') y que todavía no hemos podido ver aquí.
En los concursos se prima la sabiduría, y para eso hay que empollar. Ojito con no esforzaros nada quedándoos a verlas venir, no sea que os pase como a Earl Hickey, al que el karma no le deja disfrutar plenamente de su boleto ganador de la lotería y le exige precios que a veces le cuesta pagar.
Zack y Miri, amigos y residentes en New Jersey, toman nota para ser grandes actores porno
A Earl le tenemos reciente de la tele, pero si nos retrotraemos unos añitos, podemos comprobar también cómo la lotería les cambiaba la vida a John Travolta y Lisa Kudrow por un lado ('Combinación ganadora') y a Nicolas Cage y a Bridget Fonda por otro ('Te puede pasar a ti'). La primera es un catálogo de pillerías a evitar. La segunda, un cuento de hadas contemporáneo y muy romántico. Si sois generosos, la generosidad os es devuelta. Aquí es donde viene la coletilla de: "Bah, otra con moraleja".
Para los de moral distraída:
No es que despelotarse en público sea un deshonor —y más si te cuidas y no te pasas el día desafiando a la báscula—, pero puede darte algo de vergüenza que tus paisanos vean más carnes tuyas de las estrictamente necesarias. Si no, mirad qué apuros pasaban Robert Carlyle, Tom Wilkinson y compañía cuando les dejaban en la calle y no tenían más remedio que hacerse 'boys' en la divertida 'Full Monty'.
En el mismo caso se encuentran Seth Rogen y Elizabeth Banks en 'Zack and Miri make a porno' (tranquilos, ya queda menos para que se estrene en España). Amigos de toda la vida, compañeros de piso y residentes en Nueva Jersey deciden meterse a actores porno amateur porque no les llega para pagar el alquiler. Es la vuelta de Kevin Smith a la comedia blandita porque, a pesar de la temática, su resultado se acerca más a 'Jersey girl' que a 'Clerks'. Y yo me pregunto: ¿habrán pagado derechos de autor a los que parieron 'Torremolinos 73'?
Para los emprendedores:
Los hay de la vieja escuela y algo fondoncetes, como Colm Meaney, que prefieren tirar por las soluciones convencionales. 'La caravana', de Stephen Frears, es un claro exponente del cine social que en los 90 cultivaron él, Loach y, hasta cierto punto, el ya citado Danny Boyle. En el caso que nos ocupa, Bimbo es despedido de la panadería en la que trabaja y se le ocurre que un puesto de venta ambulante puede ser el remedio a todos sus problemas. Paradójicamente, el éxito de la empresa se le atraganta. Cuidado con ser malos ganadores.
Para los suertudos:
Adam Sandler (con Winona Ryder en la imagen) se encuentra con una herencia exagerada en 'Mr. Deeds'
Este punto es de propina y os afecta (o afectará) a muy pocos de vosotros. Se da cuando tenéis un tío o mecenas juguetón que se encariña con vosotros y os quiere obsequiar con todos sus inesperados millones u os encontráis con una fortuna por error que os resistís a dejar pasar. Ocurría en 'Mr. Deeds', en 'Millonario al instante', en 'El gran despilfarro' o en 'Entre pillos anda el juego'.
Otra cara de la misma moneda es que seáis unos expedicionarios en busca de reliquias como el Nicolas Cage de 'La búsqueda' y su secuela clónica, pero para eso os tiene que sobrar mucho el tiempo y tener un montón de arneses, picos y palas en el garaje de papá. Ya sabéis, si sois mayores para sacarlos, sed mayores para colocarlos después.
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