29 may 2009

El milagro de Henry Poole (Mark Pellington, 2008)


Por culpa de una maldición china no soy capaz de preservar toda la inocencia que a veces es necesaria para afrontar una película sin prejuicios. (Exceso de nombres apelotonados en mi cabeza). Así, cuando leo "Mark Pellington" en los títulos de crédito iniciales, comienzo a buscar incoherencias con la elección de Luke Wilson como cabeza de reparto. El hermano hipermandibulado del payaso Owen lo mismo se pone tontuelo que grave. Debo decir que no soy gran fan suyo excepto cuando se encomienda a Wes Anderson ('Los Tenenbaums'). Pellington, director de la muy turbia 'Arlington Road', me da la pista de que no estoy ante una comedia, ni siquiera ante una comedia cínica.

Henry Poole es la actualización del Ben Sanderson de 'Leaving Las Vegas' en formato pusilánime. Bebe vodka con la cadencia de un hombre adherido a un embudo e ingiere cantidades políticamente incorrectas de rosquillas y pizza de pepperoni (un sabor que, por h o por b, peta más en USA que aquí) pero no tiene un objetivo en mente. El histórico personaje creado por el último Nicolas Cage entonado tenía el suicidio como firme meta. Poole, por su parte, simplemente se deja llevar (tiene una enfermedad terminal) con una única seña de identidad característica: un mal genio sin gota de sarcasmo 'housiano'. Demasiado poco mérito para que atendamos con interés a un desarrollo que se estanca en cuanto empiezan a aparecer todos los secundarios cargantemente amables.

Una mancha en la fachada del chalet del protagonista sugiere un milagro. Es entonces cuando la religión y las buenas intenciones de los entrometidos vecinos se emplastan sin vuelta atrás dando lugar a un discurso rancio que quizá en el papel quiso ser una denuncia contra la exaltación de la fe pero que a efectos prácticos queda en una mera sucesión de escenas desorientadas.

Valoración: 4/10

  • Para ver el tráiler, pincha aquí

No hay comentarios: