La teoría del eterno retorno nos hace fijarnos otra vez en 1944, cuando Hollywood era dorado a más no poder y 'Casablanca' no computaba como clásico todavía, sino como fenómeno de moda. El inicio de la gran amistad más memorable del cine fue el final de los Óscar que contemplaban a diez películas a la hora de conceder la más importante de las estatuillas. 65 años después, Hollywood recula. Las razones: dinero, dinero, dinero...
Sí, hombre, porque 'audiencia' manda y lo cierto es que no sobra. Después de darle cientos de oportunidades a los cómicos (desde David Letterman hasta Steve Martin pasando por Chris Rock) como conductores de la gala en las últimas temporadas, el pasado febrero se optó por tirar de hormonas y fichar al hombre más guapo de la Tierra, monsieur Lobezno. El peludo australiano dio la talla (y el cante en el buen sentido). Su arte multidisciplinar elevó el ridículo número de espectadores yanquis de 2008 (año que obtuvo la cifra más baja desde 1973) hasta los 36 millones, pero es que la Academia se había puesto los 40 millones como meta. Había que hacer más cambios, así que se dijeron: "¿Por qué, en vez de nominar tanto coñazo de drama que no ve nadie, no nos abrimos al gusto de la gente?"
Da la sensación de que taquilla y calidad han de estar reñidas siempre. Si no, no se explica que, de las cinco finalistas al Óscar a la Mejor Película de la última edición ('Slumdog Millionaire', 'El curioso caso de Benjamin Button', 'Mi nombre es Harvey Milk', 'El lector' y 'El desafío: Frost contra Nixon'), ninguna fuera uno de los 15 mejores arranques de 2008 ('Slumdog' fue 16ª; 'Benjamin Button', 20ª; y las tres restantes no se encuentran entre las 80 primeras)*.
Fuera de las candidatas de honor tuvieron que quedarse 'El caballero oscuro' (1ª mejor apertura y película más recaudadora de 2008), 'Iron Man' (2ª) o 'Wall·E' (5ª), estupendamente valoradas por la crítica pero sin la carga de gravedad que parece que los académicos exigen como requisito de prestigio. Ya lo hablamos en su día, pero la comedia no es bien recibida entre lo más condecorable. Así, grandes cintas como 'Happy, un cuento sobre la felicidad', 'Escondidos en Brujas' o 'Quemar después de leer' tuvieron que contentarse con migajas en las nominaciones menores, cosa que no habría ocurrido de haberse abierto el abanico ante el que ahora nos encontramos.
Poco riesgo histórico
Tenemos que remontarnos hasta 2003 para encontrar que la película más taquillera del año ('El señor de los anillos: El retorno del rey') fuera candidata al premio a la Mejor Película. Otro dato más escalofriante aún: de las 50 cintas que han optado al principal Óscar en la última década, sólo cuatro ('Chicago', 'Entre copas', 'Pequeña Miss Sunshine' y 'Juno') eran comedias. 8% de risas contra 92% de lágrimas. Era hora del cambio.
'Casablanca', justa vencedora en 1943, fue la última en imponerse a nueve competidoras
No siempre más es peor. Desterrando el hecho de que los premios son algo frívolo, comercial y poco importante en la vida diaria de los espectadores no implicados emocionalmente con la gala, la tesitura de abrir la candidatura no tiene por qué significar colar morralla en la selección. Muchos son los años en los que perlas indies no tienen la repercusión debida por el hecho de no haberse exhibido de acuerdo a sus méritos objetivos. Así, los Óscar podrían ser el escaparate perfecto para ofrecer una visión de lo que las pequeñas productoras intentan colar en el box office por la puerta trasera sin llevar la descarada etiqueta de oscarizable escrita en la frente.
Un argumento más en favor de la apertura recién aceptada es la lista que anualmente anuncia el AFI (American Film Institute), en la que se hace eco de los 10 (sí, 10) mejores productos de cada cosecha. Dicha publicación, que suele ser bastante valiente e irreprochable, ha destacado en los últimos años a grandes olvidadas por la Academia como 'Iron Man', 'El Caballero Oscuro', 'Gran Torino' y 'The Wrestler' (2008); 'Antes que el diablo sepa que has muerto', 'Lío embarazoso', 'Ratatouille' y 'La escafandra y la mariposa' (2007); 'Borat', 'El diablo viste de Prada' y 'Happy Feet' (2006)... todas con justo hueco entre lo más granado del año.
A partir de 2010, Hollywood se abre. Parecen buenas noticias.
*No se puede tener en cuenta la taquilla total puesto que los datos ordinales de 2009 no se cierran hasta diciembre
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