7 jul 2009

Cesc Gay quiere el Goya al mejor doblaje

Sabe que no existe, pero aún así Cesc Gay quiere su premio, porque, según cuenta, ha tardado más en doblar su última película, 'V.O.S.' (de estreno el próximo viernes), que en rodarla.

Cesc Gay (en el centro), director de 'V.O.S.', junto a sus actores

Con un reparto conformada por algunos de sus habituales (Vicenta Ndongo, Ágata Roca y Paul Berrondo) más Andrés Herrera, Gay se ha atrevido a trasladar a la gran pantalla la obra teatral homónima firmada por Carol López, que hace cuatro años se representó con gran éxito en Barcelona.

No significa demasiado para Gay el título de su película. Nada de códigos desconocidos, como gusta Haneke; tampoco tiene que ver con la incomunicación; para él es simplemente una apelación a al espíritu cinematográfico del texto de partida. Pocas pretensiones, pues, lo que se agradece de vez en cuando: dos parejas, una medio consolidada y otra de conveniencia en busca de un hijo, conviven en un plató que mezcla realidad y ficción constantemente como "toda esa serie de películas de 'Cine dentro del Cine' que ya conforman un género en sí mismas", explica el director. 'Kill Bill' (Q. Tarantino, 2003), 'Melinda & Melinda' (Woody Allen, 2004), 'Dogville' (Lars Von Trier, 2003), 'La noche americana' (François Truffaut, 1973) o 'Vania en la calle 42' (Louis Malle, 1994), a ellas se apela y se las homenajea. Los actores salen de su escena en busca de la realidad, y viceversa, en vasco, catalán y castellano. Un lío, sí, pero por lo menos hay subtítulos.

Eso, los que tengan la suerte de verla como originalmente se concibió, porque a Gay le han obligado a doblarla a pesar de que para él eso signifique vulnerar su sentido. "Cuando hice un bolo por Buenos Aires para presentar 'En la ciudad', me preguntó un periodista argentino que cómo rodada en Barcelona y, siendo tan coral, todos hablaban en castellano. Eso me destrozó. Con tanta gente lo normal es que unos hablaran en castellano y otros en catalán, pero no todos igual", y vio que se había equivocado. Ésa es la razón por la que su siguiente trabajo, 'Ficción', fue filmada de manera bilingüe, así como esta última (bueno, ésta, trilingüe). No es que quiera ser una reivindicación cultural de la riqueza de las lenguas de este país, sino un reflejo de lo que somos. "El que 'V.O.S.' esté rodada en tres lenguas sólo sirve para aportar realidad".

¿Por qué tanta implicación en el doblaje?

"Hay que doblar las películas, porque, según los exhibidores, al cine no se va a leer. Y molesta mucho ir a Sevilla o a A Coruña y que la película esté mal doblada, por lo que opté por encargarme del proceso yo mismo. Es un trabajo que no me ha gustado nada hacer, pero lo hemos concebido de manera muy seria, esforzándonos por mantener las partes del original que valían y regrabando las restantes con los mismos micrófonos y las mismas distancias que tuvimos en el rodaje. Todo por respeto al espectador, para que no se dé cuenta. Aún así se ha mantenido un 30% de las frases en versión original", explica.

Habla con envidia de países, como los americanos, los noreuropeos y Gran Bretaña, en los que casi todo lo que viene de fuera —excepto las cintas infantiles— se subtitula. Y sin irse tan lejos, de Portugal, donde hasta las películas de la televisión se emiten con subtítulos, lo que favorece que España sea pobre en cuanto a conocimiento de lenguas extranjeras. Pero no es sólo eso. "Yo sé mínimamente inglés, y, si no lo dominas, lo lees, así que soy el ejemplo de que no hay que saber idiomas para preferir una peli en su estado natural. Es un poco anticlímax estar pendiente de los rótulos, pero el cine tiene que ser así. De otro modo es como si le quitas el color", explica.

Y, ¿por qué doblamos?

El origen del doblaje se sitúa en los años 30, así que, contra lo que piensa la gente en general, no es un invento del franquismo: "Nació mucho antes de que acabase la Guerra Civil. Desde los comienzos del cine sonoro, Hollywood tiene la necesidad de vender su producto en Europa y se encuentra con el problema del lenguaje. Al principio el doblaje al castellano se realizaba con profesionales sudamericanos con distintos acentos, pero el invento no cuajó. Se creó entonces en Francia (donde Paramount tenía ubicada su sede europea) en 1931 un estudio para doblar películas a distintos idiomas, como el español, donde trabajaron profesionales de la radio y el teatro. A partir de 1933, se empezaron a abrir estudios de doblaje tanto en Madrid como en Barcelona. Al acabar la Guerra Civil ya existían unos 14 estudios de doblaje. La disciplina, como sucedió en otros ámbitos de la cultura, se tuvo que someter al fantasma de la censura, aunque en nuestro caso se nos sigue estigmatizando", explicó Pablo del Hoyo, presidente de Adoma (Asociación de Actores de Doblaje de Madrid) en una entrevista concedida el pasado diciembre al diario adn.es.

Al principio el doblaje al castellano del cine hollywoodiense se realizaba con profesionales sudamericanos con distintos acentos, pero el invento no cuajó

Gay piensa que pronto todo esto acabará. Que en un futuro próximo sus películas no tendrán que ser dobladas por él ni tampoco por otros, que estas cicatrices históricas pronto se olvidarán. Pero ojo, no es una opinión reivindicativa de la lengua catalana. "En Cataluña es peor. En septiembre grabé un programa que se llama 'Sala 33', que es el equivalente de 'Versión Española' en TV3, en el que presenté la proyección de 'En la ciudad', y la emitieron doblada al catalán. Es igual de incongruente y absurdo, y más si tenemos en cuenta que en Cataluña todo el mundo entiende el castellano, al contrario de lo que pasaría si se emite en Telemadrid una película en catalán".

Coherente y bilingüe se despide, algo triste, eso sí, porque todavía no exista una categoría en los Goya que pueda premiar el meticuloso doblaje que ha hecho de su 'Versión Original Subtitulada'.

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