22 ago 2010

El re-nuevo (no olvidéis a Macushla) Karate Kid, para TODOS


Nada más ver 'Karate Kid' (2010), le tuiteo a Rodrigo Cortés (director de @Buried_pelicula y un tipo ingenioso a lo @Vigalongo) que no me habría importado que en lugar de a Ryan Reynolds hubiera metido en el ataúd al hijo de Will Smith y se le hubiera olvidado dentro. 

Aún así, 'Karate Kid', no me enfada ni me disgusta. Jackie Chan, sin llegar a estar serio o intenso, molesta menos que de costumbre porque no tampoco de gracioso, se esquivan casi todas las cumbres de la primera entrega esforzándose Harald Zwart por crear una nueva mitología y el clímax es previsible pero aún así correcto.


Pero lo que me fascina por encima de cualquier otro mérito es su ambiciosísma vocación de llegar a absolutamente todos los targets:

-Chinos, con la localización geográfica de la trama (en China) (con la Gran Muralla como un personaje más) y gracias a Jackie Chan.
-Negros, con la familia protagonista. Encabezada por el muy hostiable Jaden y su madre desquiciada y posesiva.
-Caucásicos, con el título título reeditado y las reminiscencias pasadas ochenteras que conlleva. La semilla fue una de las películas más blancas de su década.
-Adultos de treinta años en adelante por el mismo motivo que la línea inmediatamente anterior y muy jóvenes, por la nula violencia y el protorromance establecido entre la pareja protagonista. Con 12 años se aprecian los primeros picores pero ni sombra de deseo turbio. No como cuando Elizabeth Shue, icono sexual irrechazable en plena efervescencia.

Karate Kid, como la Coca-Cola argentina, para todos.

Jaden Smith, el hostiador hostiable.

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