17 ago 2008

Kung Fu Panda (Mark Osborne & John Stevenson, 2008)


Este nuevo divertimento para niños y adultos me espantó un poquito cuando intenté hacer una lectura más elevada que la referida a su perfección técnica y a su... perfección técnica. Cuando la cinematografía cibernética alcanzó cotas increíbles a partir de Shrek, todos los que han tenido acceso a esa tecnología han sido capaces de gestar joyas visuales similares, pero parece que cualquier guión, cualquier texto es bueno para Dreamworks. Reconozco que pensé lo mismo de Pixar cuando estrenó la insoportablemente larga y aburrida Cars, pero los de Lasseter han demostrado con creces que aquello fue un resbalón admisible dentro de un océano de magnificencia. Me da miedo la lectura que los más pequeños puedan hacer de esta apología de la limpieza étnica. Si muchos denunciaron a 300 de ser una aberración fascista, que no se queden hipnotizados con los colorines, que el mensaje de Osborne y Stevenson es, en cierto modo, aterrador. El gordo, feo e inútil merece el destierro a priori, aunque, si demuestra que puede ser un gran triunfador, merece todo el respeto. Se adora la belleza formal y si no la belleza de talento. Peligrosísimo mensaje en un mundo lleno de gente convencional.

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