16 ago 2008

Posdata: Te quiero (Richard LaGravenese, 2007) (2º pase)


Ves que LaGravenese ha juntado a Macushla (¡Ma...cushla!, ¡Ma...cushla!, ¡Ma...cushla!) con Leónidas y te esperas lo peor. Litros de sangre que ponen perdido todo el patio de butacas. Escatológico escenario. Los dos más farrucos de la década en una batalla campal heterosexual y sin cuartel. Pero no, va de que se quieren. Te das cuenta nada más ver el cartel, donde salen abrazados delante de una colonia que no se ve, pero que estoy seguro que están anunciando. Posdata: Te quiero. No engaña a nadie, no es un título arbitrario, resume el espíritu de una película epistolar, de una comedia romántica no demasiado dulce debido la heterodoxia de su planteamiento. Hay flashbacks carentes de frivolidad en esta fábula de amor perdurable. ¿Verdad que los flashbacks son esa herramienta que utilizan los directores para demostrarnos qué tan listos más que nosotros son? Aquí no incordian porque sirven para contar una historia de amor que va al revés para luego volver al comienzo y dispararse hasta el futuro.

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