21 ago 2008

Street dance (Step up 2: The streets) (Jon M. Chu, 2008)


Divertidísima catadura moral la de este correcalles dancístico, que retrata a los blancos pijos como a una especie en peligro de extinción al modo de los españoles que sufrían los embates moros en tiempos lejanos. Aquéllos que sacudimos espasmódicamente nuestra vitualla y cigarro –caso de que estemos abonados a tan infecto vicio– somos capaces de percibir con asombro, admiración y envidia lo que supone el tener un dominio armónico de brazos y piernas, siendo capaz de moverlos de manera acompasada para crear un cierto efecto de brillantez en los actos de cortejo socialmente aceptados como estándares. Hay gente que conoce a sus consortes en las bibliotecas –o eso he oído– pero de momento, los bares y tascas siguen siendo, a mi entender, los lugares donde se gestan más amores perdurables.

Street dance, que es dueña de un título inglés que sustituye a otro título inglés (me encantaría pasar levemente por la guillotina a quien evita confusiones lingüísticas confundiendo lingüísticamente), es una narración tan correcta como vulgar que no alberga ni una remota molécula de originalidad en ninguno de sus fotogramas. Pueden llegar a sorprender las coreografías, sí, pero apenas un grado por encima de Mira quién baila, esa gloria nacional.

No hay comentarios: