18 ago 2008

Zohan: Licencia para peinar (Dennis Dugan, 2008)


El reverso todopoderoso del Superagente 86 se llama Zohan. No es un tonto al que le salen bien las cosas por casualidad. Nada que ver con un Rompetechos o un Mr. Bean, es el mejor agente del Mossad, heroico, efectivo e implacable encamador. El retrato del mito paso por paso. Sólo que se ha cansado de vivir en la cumbre y lo que él quiere de verdad es ser peluquero, estilista, masajista capilar. Dennis Dugan, respaldado por primera vez desde Un papá genial por un guión en condiciones (Judd Apatow y Sandler se lo tejen), expone desquiciadamente la rivalidad árabe-israelí en las calles de la Gran Manzana. Consecuente con el resto de la filmografía sandleriana (P.T. Anderson y Binder a un lado), el realizador se maneja en un tono de comedia en la que no resulta problemático desafiar lo cabal, lo real o, siquiera, lo posible.

Zohan colinda con el dibujo animado, es un superman de andar por casa, con sus pulsiones y sus taras, pero humano, y como tal, se enamora (lo que es ya marca de la casa en el perfil de la estrella romántica más contracorriente de Hollywood). El romance le servirá al protagonista para fijarse en lo contrahecho de una sociedad devoradora que se odia por costumbre. Acertada la selección de los secundarios, con Schneider, como siempre, sobresaliente, dentro de un cuento moralizante que no llega a chirriar porque Apatow es capaz de dar ese salto de calidad que hace que su comedia chusca se acabe asemejando más a ¡Qué bello es vivir! que a American pie.

No hay comentarios: