"La película cuenta el absurdo de la violencia con fines ideológicos. Hay que buscar otro camino democrático por difícil que sea". ¿Pero qué camino es ese? Él dice que va a contestar pero no lo hace: "La violencia es absurda". Su película tibia cuenta la cotidianeidad de un etarra. Le sitúa en su entorno humano; Rosales actúa de voyeur. "Tengo muy buenos amigos en el PSOE, en el PP, en HB, en IU. Y a todos nos gusta lo mismo, las cañas, las mujeres, a quienes les gusten las mujeres, como es mi caso, y los hombres a los que les gusten los hombres. Pero parece que una persona del PP y del PSOE no se pueden sentar a comer porque no tienen nada en común". Tira de dialéctica pero no se moja.
Durante el pase para los periodistas de esta mañana ha habido desbandada masiva de público, pero no a causa de su mensaje, sino de su código, ininteligible (la película está narrada con teleobjetivo y ningún diálogo es revelado al espectador, es cine mudo). Él dice que es porque "el lenguaje del cine tiene que evolucionar. No se entiende y eso viene a reflejar lo absurdo de la violencia". Absurdo es una palabra que el director catalán ha repetido mucho. "He tenido que hacer una película en un primer momento initeligible para que no fuera de fácil adhesión ideológica".
Cuando es cuestionado por la "utilidad" de su propuesta, Rosales argumenta que las dinámicas que se están llevando a cabo "no están llevando a ningún sitio. Quiero que mi reflexión llegue a la ciudadanía y luego a los políticos". [...] Soy un profundo demócrata y pienso que la democracia no ha agotado todas sus vías". A pesar de que no tiene "la pretensión de hacer una reflexión sobre la sociedad vasca" con su arte, sí reflexiona en voz alta: "La solución definitiva al conflicto vasco no puede ser satisfactoria para todos. El problema pasa por tener en cuenta a todos los implicados".
El marco elegido por Rosales para su presentación, este festival de cine donde en 2003 Julio Médem levantó una gran polvareda con el estreno de 'La pelota vasca', de momento no vive el clima convulso que algunos auguraban. En los dos pases de prensa que de momento han tenido lugar, los pitos y pataleos han estado compensados por casi la misma cantidad de aplausos. San Sebastián está tranquila a la espera del pase de gala, esta noche a las 22.00 horas, con alfombra fucsia y toda la parafernalia. A lo mejor será entonces cuando el pulsómetro de la medida real de lo que ha significado en Donosti 'Tiro en la cabeza'.
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