Quizá no sea un arranque adecuado hablar de los 26 minutos de retraso con los que se presentan Ben Stiller y Robert Downey Jr. a la rueda de prensa de presentación de Tropic Thunder. No sorprende que Hollywood se retrase, ellos llevan el reloj en otro horario GMT. Aparecen por fin después del 'photocall' (para mí que les tenían secuestrados) para hacerse más fotos en sala. Parece que se les van a desgastar las caras. Pero no voy a tirar por ahí, porque es una metáfora y se puede tomar como manipulación.
Cachis, ¿por dónde empiezo? Las crónicas de famosos a veces tiran por el factor moda. Pero no puedo decir gran cosa sobre eso. Con mi discernimiento reducido sobre la materia, sólo alcanzo a decir que Ben va inmaculado de traje negro y camisa gris marengo y Robert lleva pantalón oscuro, chaleco informal y camiseta de manga larga en una declaración de principios de lo que será la sesión. El primero, director, da seriedad, el segundo, contrapunto. Un dúo complementario. Pero es que de ahí tampoco saco un titular espectacular. Ojalá estuviera Ana Serrano para echarme un gancho; ella sí que sabe de esto.
Diré que son obsequiosos en sonrisas, que tiran balones fuera, que responden a lo que les apetece y si no, hacen un chiste. Sí, sí, vamos bien. Los dos afeitados y maquilladitos, para que no salgan brillos, que estas fotos las va a ver mucha gente. Vamos a montar un teatro, parecen pensar. De repente empiezan a hablar sobre la película y yo todavía sin saber por dónde orientar. 'Tropic Thunder (Una guerra muy perra)' es al cine lo que Zoolander era al mundo de la moda. No deja títere con cabeza en cuanto al proceso creador y comercial de las superproducciones de Hollywood. También bombardea a los egos maníacos de la industria y a las excentricidades de las estrellas más relucientes. Pero no esperen una crítica ni una sinopsis que lo que estoy haciendo es desgranar a estos chavales tan simpáticos que ya se han reconciliado con sus feligreses. Qué aluvión de felicitaciones. Cómo dice haberse reído todo el mundo.
Abre fuego el mismo periodista de siempre. Para mí que es amigo del moderador. Le hace una pregunta que lleva respuesta incorporada, cómo nos gusta escucharnos a los periodistas. Para mí que nos pensamos que si se cree Ben Stiller que somos superlistos, nos va a contratar de guionistas para la próxima película. Tatatata... divaga. "Nos lo pasamos muy bien", acierta a responder Stiller. ¿Eso es un titular? Vamos a dejarlo pasar, a ver si dice algo mejor. "Nos reímos de nosotros mismos". [...] "Pienso que Robert es un actor maravilloso". "Piensas o lo sabes", contraataca su 'parteneire'. "No le hagáis caso, es un gilipollas" (Ahora, ahora, ¡titular!). "No, es broma" (Sniff, con lo bien que quedaba "Ben dice que Robert es..."). Bueno, seguimos.
"¿San Sebastian es un festival serio —le dicen a Ben— pero usted no va a concurso, quizá su comedia es demasiado alocada. Cree que alguna vez podría participar por el premio?" El acento de esta pregunta es latinoamericano. ¡Han venido de todos los sitios a verles! "Ir a concurso sería maravilloso, no se me ocurre ninguna razón por la que no poder competir. Creo que aunque no estemos inscritos deberíamos ganar de todas las maneras". La gente ríe porque su humor es fino y amable y sonríe. Pero salta Downey y le replica: No podríamos participar. En los carteles de todas las películas que vienen aquí sale gente muy seria. Gente que sale así (pone cara muy seria). La gente se ríe. Dos carcajadas en una sola respuesta. Vamos, vamos. La cosa está molando.
"¿Y no ha pensado, Sr. Stiller, en hacer comedia sobre la política estadounidense, ya que se mete con todos?, pregunta hábil un compañero aspirante a guionista de Stiller. Onomatopeya y cara de puñetazo en la tripa de ambos actores. Y balones fuera. Por ahí no les pilla. No han venido a hablar de política. Es algo que no dice pero que se intuye en su sonrisa relamida. Seguimos sin nada que poner en el encabezado.
"Señor Stiller, ha conseguido que Tom Cruise parezca buen actor", le dice otra sorprendida, retadora. Y entonces Stiller defiende a capa y espada a su amigo y compañero. Y no se le caen los anillos al contestar con su mejor cara de buen actor que "Tom Cruise es uno de los mejores actores que hay, todo un icono desde hace 25 años que ha sabido elegir siempre a grandes directores. Esto es bizarro, amigos, creo que se merece un titular. Está claro que le contrató por algo, pero ha venido a nuestra casa y nos lo ha dicho en la cara. Lo puedo entrecomillar porque esas han sido sus palabras. "Tom Cruise es uno de los mejores actores que hay". Lo he encontrado. ¡Eureka!
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