Esta reseña no vale para nada. No es orientativa. Porque lo que a mí en concreto me parezca lo nuevo de Jaime Rosales ('La soledad'), seguramente no tendrá nada que ver con lo que ustedes piensen. Por eso no les mediatizaré. No diré que esta película es un 10 (aunque hay críticos que lo piensen). Tampoco me aventuraré a decir que es un 0 (aunque hay otros que así la valoran), porque no tengo autoridad moral para ello. Sólo subrayaré su naturaleza experimental. Eso no es mojarse, ¿no? Ochenta y cinco minutos que plasman la cotidianidad en la vida de un etarra. Filmada con teleobjetivo y diálogos que no se oyen. Como colofón, un tiro en la cabeza. Requiere esfuerzo, eso sí se lo aviso.
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