17 nov 2008

Buscando amor fuera de casa


Banderas pone la pasta, Gutiérrez el talento y los españoles no vamos a ver '3 días' ni de coña. Hace dos semanas fue exhibida en el Festival de Los Ángeles, ayer ganó el de Trieste y fue la gran vencedora de Málaga en abril. Próxima parada, los Goya.

Lo decía el actor Víctor Clavijo hace poco en una entrevista: ‘3 días’ no hizo buena taquilla (apenas 38.000 espectadores) porque, cuando se estrenó en abril, y a pesar de los cuatro premios obtenidos en el Festival de Cine de Málaga este año, tuvo que lidiar contra grandes superproducciones norteamericanas y contra el buen tiempo. Que se lo digan a Harry Potter. No vale, Víctor. Puede que sea duro hacer cine en España, pero la excusa no es el buen tiempo, la excusa es que no nos sacudimos los complejos de encima y la gente piensa que se hace el mismo cine una y otra vez. Lo social.

Hay veces en que lo adecuado es irse, emigrar y buscar pastos más verdes. Para ello, o te labras una reputación en el mundo del videoclip o haces algo raro, raro. Cero por ciento compromiso (maniobra de evasión) y te conviertes en profeta fuera de tu tierra. Es lo que le pasa al director cordobés F. Javier Gutiérrez, padre del cordero: su película no la vio casi nadie aquí… pero él no para de dar vueltas por el mundo con su última bobina bajo el brazo, atendiendo a invitaciones festivaleras de todo tipo. Sin ir más lejos, el domingo se hizo con el Premio a la Mejor Película (‘Golden Asteroid’) en el Festival de Cine Fantástico de Trieste.

Su 'willyfoggiana' experiencia comenzó el pasado mes de febrero en Berlín. Después Málaga (el cielo) y tambores de Óscar y Premios de Europa que finalmente no llegaron. Quedan los Goyas y una nominación al mejor director novel casi asegurada si atendemos a las críticas que obtuvo la semana pasada en el Festival de Los Angeles (AFI):

  • "Una de las más originales películas de género en años. Impactante y brillantemente ejecutada. Te sacudirá" (Lane Kneedler, AFI Fest)
  • "3 días' tiene un cambio tonal tan pronunciado que remite a una mano como la de, por ejemplo, Guillermo del Toro" (Luke Y. Thompson, L.A. WEEKLY).
"La verdad es que la respuesta por parte de público y prensa ha sido increíble en Los Ángeles, la mejor de todos los sitios donde hemos estado hasta el momento. Días antes de su 'premiere' en el festival, la prensa ya se hacía eco de '3 días' y la destacaba en su apretada lista de 'best bets' (mejores apuestas) del programa de este año", confiesa a soitu.es, ilusionado.

Tras la proyección en el Mann's Chinese Theatre de Hollywood Boulevard el pasado miércoles 5, el boca a boca situó a '3 días' en los puestos más altos del ranking de popularidad de iMDB de cuantas concurrían, por encima incluso de títulos como ‘Che’, ‘Doubt’ (con Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman), ‘Defiance’ (con Daniel Craig). Así, "ascendió desde la posición 30.000 hasta la 404 en la semana de su estreno en el festival, lo que supone una subida del 4139%, cifras que al otro lado del charco se tienen bastante en cuenta", cuenta Gutiérrez.

El ahijado artístico de Antonio Banderas aún no puede decirnos nada de proyectos futuros concretos, pero sí que baraja "unos cuantos tanto en Estados Unidos como en Europa". Sabe que aún no es momento de dejar la promoción de su ópera prima; los 'autores' no nacen y mueren con el 'box office', sino que han de viajar, hablar con prensa y vender sus inventos en diferentes mercados, pero eso no parece resultarle difícil a este ex relaciones públicas de discoteca: se conoce a la fauna. Aboga por el cambio, por quitarle el apellido de útil al cine patrio. Amante del thriller psicológico y de la ciencia ficción, su pieza parece una especie en peligro de extinción dentro de un ramillete que se caracteriza por ser rico en talento y pobre en amparo.

Desde el pasado 29 de octubre se puede encontrar '3 días' en los videoclubs. ¿Lo que ofrece? El mundo está a punto de ser arrasado por un asteroide gigante y los distintos habitantes de una sureña aldea española se preparan para el fatal desenlace. Hedonismo o indiferencia parecen las alternativas más viables. Negra es la óptica del director, que deja poco aire para que la esperanza respire y asfixia a sus protagonistas con penurias multiplicadas a cada minuto de metraje que pasa. La factura visual imprimida por el fotógrafo Miguel Ángel Mora, que quema cada fotograma como si se fuera a acabar el mundo, transmite el mismo desasosiego que un día de insolación en la playa. ¿Y, el final? Digamos que no es el que filmarían en el 'remake'.

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