¿Sería un problema de doblaje? Puede que se debiera a las infaustas condiciones de visionado el que hasta la fecha recordara 'Madagascar' como una experiencia traumátlca. Mis permanentes reservas ante la animación estaban solidificadas y maduras como manzanas al punto a la hora de pasar de su segunda parte. Pero el deber llamó y aún no sé si fueron las bajas expectativas o el indudable frenetismo y lucidez de sus chistes iniciales los que hicieron que cambiara de opinión, catatónico ante la nueva experiencia. Siempre había sido más de Pixar que de Dreamworks -parece mentira que alguien le lleve la delantera a Spielberg en algo-, pero lo nuevo de Darnell y McGrath puede competir en ingenio con quien se ponga por delante, incluso con 'Shrek', su ya agotado buque insignia. No revisaré la primera parte de esta fábula (que se acoge como pocas a todos los preceptos de Esopo) para no desvirtuar el placer que ahora me invade al darme cuenta de que en realidad no odio a todos los dibujos animados y que mis prejuicios se desmoronan poco a poco de modo que me pueda convertir en un barómetro menos imperfecto que en el pasado. Aviso de amigo: Hagan el esfuerzo y disfrútenla en V.O.; de lo contrario se perderán el recital Sacha 'Borat' Baron Cohen, ese torrencial y magnífico pingüino jefe.
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