Isabella reveló en una autobiografía publicada en 1997 que, cuando contaba con apenas 16 años (1968), fue víctima de una violación. "No es que me amenazaran con un cuchillo y me forzaran en la calle unos desconocidos. Mi caso ocurre mucho en países donde un "no" como respuesta es interpretado en realidad como un "sí". Cuando a un hombre le dices no en Italia y es de verdad, como yo hacía, porque para mí esa palabra representa muchas veces toda una frase, no acaban de creérselo". Hay veces que para superar ese tipo de traumas la gente se refugia en décadas de psicoterapia (con razón); esta mujer, de armas tomar, enfrentó el problema de cara y a lo largo de su carrera ha llegado a interpretar hasta en tres ocasiones a mujeres violadas. ¿Será su terapia particular?
Saltemos 18 años desde el desafortunado crimen. Dejemos a Martin Scorsese, al modelo Jon Wiedemann y a sus respectivos matrimonios con ambos y pongamos la vista en el director más alucinado de todos los tiempos: David Lynch. (Si alguien me quiere rebatir esta sentencia, que eche un ojo a 'Cabeza borradora' o a 'Carretera perdida'). Pues bien, cuando el genio surrealista la tomó en sus manos (y en sus brazos), en 'Terciopelo azul', hizo de ella una especie de bestia sexual que marcaría su carácter de nuevo. Aterrada como salió de su morbosa experiencia fílmica, Isabella pasó un buen tiempo recuperándose. "Tras las primeras proyecciones me sentía casi totalmente destruida. Me sentía algo avergonzada, porque entonces, naturalmente, no sabía que la película iba a tener tal éxito. En Italia la lanzaron como algo porno. Yo estaba avergonzada, porque fui a un colegio de monjas y las quería mucho".
Y de nuevo ha sacado fuerzas de flaqueza. Para esta belleza andrógina, la única terapia posible es la de inocularse el veneno que más daño le hace para adquirir inmunidad. Tras una primera experiencia como directora en 2006 con el corto 'Oh, la, la', de escasa repercusión (y también de escasas pretensiones), parece que Isabella ha cambiado los pasos de mamá por los de papá. Aparte del corto del que se hace eco el portal 'The Daily Beast', la ex modelo de Lancôme ha preparado toda una serie de piezas que retratan a modo de parodia las distintas costumbres apareatorias de los insectos más repugnantes [un caracol, una lombriz, una mosca]. Detrás de la iniciativa se encuentra el Sundance Channel, que la ha convertido en todo un personaje chanante de la red. A la vejez, viruleas. Di que sí, Isabella.
1 comentario:
One point in 20blogs ;)
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