18 feb 2009

La única peli de peso en los Goya que no se ha estrenado va de pateras


No todo el cine va de alfombras rojas, ahora muy de moda. Hay quienes, como la directora española Chus Gutiérrez, intentan utilizar el arte como plataforma de denuncia y manual de conducta humana. Su última película 'Retorno a Hansala', nominada a tres Goyas, se estrenará con mucho esfuerzo (es la única de las 'grandes' que aún no ha visto la luz) el próximo 27 de marzo y trata de la tragedia de 11 marroquíes que perdieron su vida al intentar cruzar el Estrecho de Gibraltar. Por ello es una voz autorizada para hablarnos del triste suceso que acaeció el pasado domingo en Teguise (Lanzarote), donde ayer se encontró al último de los 22 cadáveres magrebíes (16 o 17 menores) que buscaban un futuro mejor a bordo de una patera .

—¿Qué te parece que el lunes todos los periódicos digitales centraran sus portadas en el asesinato de Marta del Castillo en vez de en los inmigrantes muertos de Costa Teguise?

No tengo muy buena impresion de la prensa últimamente. Hay una perversa inclinacion hacia el espectáculo y eso nos hace daño a todos. Saca los peores instintos de nuestras conciencias, los más rastreros y poco evolucionados. Creo que es absolutamente terrorífico lo que está pasando con los asesinatos de mujeres en nuestro país y, dentro de que las dos noticias me parecen dramáticas y dolorosas, evidentemente una tiene más espectáculo que la otra.

—¿Cómo vives desde tu posición de persona concienciada el desastre del domingo? ¿Qué es lo que puede hacer la administración pública?

Me produce una enorme tristeza. Creo que todo esto genera un dolor inmenso; no sólo entre los familiares de las víctimas, también en nosotros como país fronterizo. Al fin y al cabo, el que se monta en una patera va en busca de un sueño que tiene mucho que ver con nuestros propios sueños, una vida mejor. Tenemos un continente entero muriendo de necesidades vitales y espirituales y de guerras, dueño de una vida sin esperanza. El problema no se solucionará hasta que todos esos países tengan un futuro. He tenido la oportunidad de hablar con muchos 'cayuqueros' y todos, sabiendo que pueden morir, volverían a hacerlo. No hay frontera que detenga la falta de esperanza ni de sueños.

—Háblanos un poco del germen de 'Retorno a Hansala' y de qué podemos esperar de ella.

—La historia de 'Retorno' nace de una noticia del periódico. Desde que la leí en 2001 no pude quitarme la idea de la cabeza y yo soy una gran cabezota. He tardado muchos años en llevarla a cabo pero creo que era una historia que debía ser contada. Se centra en un viaje al corazón de las montañas del Atlas en busca de los orígenes de un hombre que ha muerto en una patera.

—¿Cómo es que todavía no ha llegado a las pantallas comerciales?

—Se estrenará el 27 de marzo. Hemos tardado un poco, pero al fin verá la luz. Es una película que decidimos rodar a pesar de no tener distribución y ése es un riesgo que, después de mi experiencia, nunca volvería a repetir.
—Si no me equivoco, es la única peli de cierto peso en los goya (nominada a la Mejor Actriz Revelación —Farah Hamed—, Guión Original y Canción) que todavía no hemos tenido oportinidad de ver...
Hemos estado en los festivales de Toronto, Valladolid, Tánger, El Cairo, Dubai, Goteborg y ahora iremos a Nantes, Guadalajara, Sidney... En fin, que la ha visto medio mundo menos nuestro público. Ahora ya está a punto de llegar a nuestras pantallas y espero que la gente la pueda disfrutar.

—¿Cómo fue la acogida en Valladolid al margen del Premio Especial del Jurado?

Mi experiencia en las múltiples proyecciones a las que he asistido en diferentes partes del mundo ha sido muy buena. Creo que la película consigue conectar emocionalmente con el espectador, descubrirle un mundo que desconoce y acercarse a una realidad que forma parte de todos. "Que tire la primera piedra el que no tenga emigrantes en su árbol genealógico".

—'Alma gitana', 'Poniente', '¡Hay motivo!', 'En el mundo a cada rato'... No tienes una carrera precisamente comercial, pero está llena de compromiso. ¿Entiendes tu labor como un instrumento de movilización social?

Sinceramente, no me planteo mi carrera en esos términos. Las historias que elijo tienen más que ver con mi carácter y con las cosas que me interesan personalmente. Una película puede llevarte unos tres años y necesito que lo que hago sea también un proceso de trabajo interesante para mí, que no me haga perder el pulso. Creo que mi cine es muy comercial porque cuento historias que a todos nos interesan, que te permiten observar la realidad desde un punto de vista más emocional.

—¿Has podido proyectar la peli para que la vieran sus protagonistas?

La experiencia de rodar en Hansala ha sido la mejor de mi vida. Parte de la aldea vino a una proyección que hicimos en Tánger y claro, imagínate la ilusión de ver en la pantalla la historia de toda una aldea. Sus protagonistas estaban ahí y se sentían representados, mostrados con dignidad. 'Retorno a Hansala' habla de la dignidad de los inmigrantes.

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