Faltan exactamente cinco meses para que podamos disfrutar de 'Agora', lo último de Amenábar, lo primero desde su Óscar de 2005. Su escueto tráiler es un telegrama que apenas apunta lo que veremos. ¿Eso es bueno o malo?
Miles de formas de hacer un tráiler para miles de películas distintas. Cada una exige un tipo de reclamo exclusivo y no todos funcionan. En ocasiones el triunfo o fracaso de una cinta se encuentra en su manera de 'vender la moto'.
Hay superproducciones cuyos fans demandan goteos de información paulatinos para poder llevar el día a día hasta la fecha del estreno y eso da lugar a que la plataforma youtube y las distintas webs oficiales se hagan eco de micropíldoras, en ocasiones incluso amateurs. En la actualidad existen varios casos dignos de estudio.
'Agora': El arte de sugerir
Empezamos por 'Agora', cuyo primer tráiler —en la productora nos aseguran que habrá más con el paso de los meses— no contiene diálogos y sí planos contemplativos durante el primer minuto, que pasan a ser más sincopados a partir de ahí, para, en el segundo 70 y hasta el final, dar paso a un coro operístico. ¿Qué podemos entresacar académicamente de ese planteamiento de montaje?
Le pedimos ayuda a Juanjo Caballero, profesor de Teoría de Montaje de la ESCAC: "El tráiler tiene por objeto contextualizar la obra (Alejandría, s. IV, d.C.), mostrando que se trata de un 'blockbuster' épico con un gran despliegue de medios. La historia de la revuelta que se da en la ciudad tan sólo queda sugerida por otro intertítulo a partir del que se desata una estructura de montaje mucho más corto y frenético que nos traslada la promesa de la acción trepidante que se nos asegura contiene la película. La desaceleración coincide con la aparición del golpe de efecto que nos viene servido por el rótulo con el nombre del director: Alejandro Amenábar".
El hispano-chileno confía en su tirón taquillero y deja cabos sueltos que el tiempo y los clips complementarios rellenarán. No ha montado el tráiler pero sí sabemos que ha estado muy encima de él. Según Caballero, su apuesta es la de prescindir de la historia, dando una información escueta y renunciando a la presentación de cualquier personaje o siquiera a la utilización de una voz en off que nos guíe, porque lo único que quiere que sepamos —por el momento— es que es una cinta 'grande' y de época, lo que evidencia la promesa de nueva pirueta creativa del realizador.
'The Wrestler': Cuando no te reservan ni una sola sorpresa
Hay quienes, más humildes, necesitan desmenuzar el contenido confiando en que alguno de los vértices dramáticos mostrados pique la curiosidad de los espectadores indecisos. Tal era el esquema del clip de 'The Wrestler', que dejaba muy poco a la imaginación haciendo un preciso boceto del comienzo, el nudo y el desenlace.
Para Caballero, en este caso concreto, se optó por fijar el reclamo en la convergencia ente intérprete (Mickey Rourke) y el personaje (el luchador de wrestling al que da vida). "Se nos presentan la práctica totalidad de los ingredientes dramáticos de la película porque los reclamos son Rourke, su carisma como encarnación por antonomasia del 'loser' y las emociones de ese contacto emotivo que se nos promete con el personaje del luchador-actor en decadencia. Por tanto, no hay nada sorprendente en que buena parte de la duración del tráiler esté cubierta por rótulos extraídos de las críticas surgidas en torno a la película, donde se destacan esos aspectos, y que el hecho de que la obra esté dirigida por un cineasta consagrado como es Aronofsky, se limite al recordatorio de un mero intertítulo que aparece al inicio".
'Watchmen': Tan bueno que es inmejorable
Ahora, ni para ti ni para mí. Para cerrar el trío de casos de estudio, hay uno que de algún modo viene a ser la suma de los dos anteriores, la relativamente desastrosa 'Watchmen', de la que muchos esperaban mucho y —con la perspectiva que da un mes desde su estreno— no ha colmado las expectativas más optimistas. De ella podemos decir que tiene un modelo de tráiler seductor (todos los que ha tenido lo son), pero, centrándonos en el primero y más popular (con seis millones de visitas en los últimos ocho meses), diremos que conjuga una banda sonora altamente emotiva —con los Smashing Pumpkins de 'Batman & Robin' tuneados para la ocasión— con una presentación de personajes ejemplar.
Los fragmentos de acción, expuestos a modo de collage desordenado, no dan muchas pistas del hilo narrativo pero no hay, como en el caso de 'Agora', excesivo celo a la hora de ocultar sus mejores cartas: la carne desborda el asador a pesar de que oigamos apenas dos frases (una del Dr. Manhattan y otra de Rorschach). Caballero opina que los publicistas de Warner y Paramount han tratado de explotar con 'Watchmen' "el prestigio del cómic que adapta en un vehículo promocional que debe funcionar a un doble nivel: el del público en general —más o menos profano en materia de cómics— y el aficionado. Se nos informa tan sólo de lo que en sustancia habla la obra (super-héroes, venganza, holocausto) para, con estética 'Mátrix', mostrar una radiografía de aquello que en la película se aproxima a las tres horas".
Obras de arte en formato minúsculo
¿Cuál es el mejor modelo? A gusto del consumidor. Lo que es indudable es que un buen tráiler puede atraer espectadores la primera semana, pero el boca oído es mucho más efectivo por el hecho de que no todos los públicos están tan acostumbrados a dejarse seducir por las estrategias de marketing como por lo que nos ha dicho el compañero en la oficina.
De cualquier manera, es indudable es que a nadie le amarga un dulce y que hay obras de arte en formato mini que hacen que merezca la pena llegar con tiempo al cine. Quizá no sirvan de reclamo masivo, pero muchas veces son más sabrosas que la película a la que anticipan. Este es nuestro Top Ten:
- 'La princesa prometida' (Rob Reiner, 1987): Un maravilloso cuento que sí se vio ratificado por la estupenda película.
- 'Forrest Gump' (Robert Zemeckis, 1994): Una de esas historias más grandes que la vida.
- 'El proyecto de la Bruja de Blair' (Daniel Myrick & Eduardo Sánchez, 1999): La gran baza de este experimento tan mareante fue su exitosísima campaña de marketing viral internauta que la hizo pasar como documental verdadero las primeras fechas.
- 'El ladrón de orquídeas' (Spike Jonze, 2002): El "Under Pressure" de Queen en un crescendo imparable.
- 'Con amor Liza' (Todd Louiso, 2002): Altamente emotivo. ¡Philip Seymour Hoffman se declara amante de todo lo teledirigido! (lo que sea que signifique eso).
- '300' (Zack Snyder, 2006): Más farrucos que la leche.
- 'Monstruoso' (Matt Reeves, 2008): Sólo explicaba dos cosas: la fecha de estreno y que la producía J.J. Abrams (pasando incluso del título). Y un reclamo: la cabeza de la Estatua de la Libertad rodando por la calzada.
- 'RocknRolla' (Guy Ritchie, 2008): Adrenalina en estado puro.
- 'El curioso caso de Benjamin Button' (David Fincher, 2008): Mucho más entretenido que la larguísima obra de Fincher.
- 'Star Trek' (J.J. Abrams, 2009): ¿La peli más esperada de lo que queda de año?
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