4 may 2009

Los 'hombres buenos' también lloran

Este es el año en que se ha roto definitivamente la baraja. No sirve de nada hacer pronósticos. 'Volver' había sido lo más opulento de Almodóvar y confiaba en Penélope para repetir taquillazo, pero se colaron Albacete y Menkes con una tribu de yogurines y le sacaron los colores a base de 'Mentiras y gordas'. Si hasta Amaia Salamanca de la mano del debutante Fernando González Molina ('Fuga de cerebros') ha hecho más pasta. Ya no hay respeto por las vacas sagradas. Hay fórmula para el éxito y la hemos conocido. Consiste en ser más americanos. ¿Algún problema?

El equipo de 'Un buen hombre': Tristán Ulloa, Nathalie Poza, Emilio Gutiérrez Caba y el director Juan Martínez Moreno

Ellos son la excepción. Se espera a los Amenábar, Trueba y Coixet todavía, pero quién dice que Alberto Rodríguez ('7 vírgenes') no hará más dinero que ellos con 'After' cuando la estrene en otoño. Señores, nos hemos quedado sin baraja, que se ha roto.

El foro de debate es la presentación de 'Un buen hombre' (estrenada el pasado viernes) en Madrid. Se congregan su director, Juan Martínez Moreno, la productora asociada, Mariela Besuievsky, y sus actores, entre los que se encuentra Tristán Ulloa, protagonista también de 'After'.

El punto de vista del primero es el de un realizador ('Dos tipos duros') que busca la consagración con su segunda cinta. El de la segunda, el de la tipa que afloja la tela. El tercero es la herramienta. Todos tienen quejas o, más bien, reivindicaciones. Apuestan por el cine como algo no inmediato, como un medio para alcanzar la poesía. Intentan honrar el oficio de contador de historias y se lamentan de que corren peligro de extinción.

"Creo que hay pocas productoras que apuesten por historias algo más arriesgadas de lo normal. Lo mío no es Tarkovsky, eso sí que es arriesgado de pelotas. Me pasé por varias productoras y me dijeron: 'Es muy interesante, muy inteligente, pero esto no funciona'". Hasta que llegó Tornasol (productora de Gerardo Herrero y Besuievsky) y apostó por él. "Hay gente en este país que no produce guiones sino proyectos en función de lo que se está buscando ese año o de lo que funcionó en taquilla el mes pasado. Unas temporadas está de moda la comedia, otras la ciencia ficción...", ahonda Martínez Moreno.

Por lo que parece, este año está de moda el sexo. Si los directores toman nota del box-office, se animan y nos lo empiezan a ofrecer de manera masiva, podemos encontrarnos con una nueva era del destape. Si no, parece que corremos el riesgo de que nuestras películas se ahoguen en la taquilla. Sobre todo las que tienen una tesis sabrosa, al menos sobre el papel ('Un buen hombre' pretende dirimir los dilemas morales de un justo que duda si debe denunciar o no a su mejor amigo).

Besuievsky: "Hay una realidad comercial que consiste en que el dueño del cine apuesta por una peli lo justo para que salga rentable. El boca-oreja ya no tiene tiempo porque las películas pasan en un visto y no visto. Salvo que haya una afluencia masiva en taquilla el primer fin de semana para que se garantice el efecto dominó, la supervivencia es complicadísima. En los últimos 10 años se ha duplicado (o duplicado y medio) el número de estrenos semanales; se lleva el usar y tirar". Y aquí es donde sufren los pez(ine)queñines como ellos.

Cantan los tres al unísono que no es justo el rasero con el que se les mide, los rendimientos que se les piden, el número de personas a las que deben engatusar para que paguen cuando hay peces grandes como 'Lobezno' que estrenan con cinco veces más copias (450 por 90 de nuestro sujeto de estudio) y que se gastan más en promoción que ellos en producción. "No es problema de la productora", se escabulle la portavoz de Tornasol Films. "Nosotros tenemos que rentabilizarlas sólo en España (el cine de autor patrio tiene poca salida fuera, según ella) y los americanos tienen todo el mundo para explotarlas. Es como si yo hiciera un vino y sólo pudiera venderlo en el almacén de mi barrio. El sistema es muy injusto y se nos piden a todos los mismos rendimientos con unas realidades completamente distintas".

La solución: lejana. No sólo miran para sí y se lamentan de la suerte de otras apuestas paisanas coetáneas como '25 kilates', compañera en el Festival de Málaga y estrenada hace dos semanas con 25 copias en toda España (4 en Madrid). La culpa de ésta no es su falta de calidad (los contertulios en pleno la alaban) sino que "no ha tenido ningún medio de promoción". El 'dire' lo explica: "Las 'majors' americanas son productoras, distribuidoras y exhibidoras. Y aquí son dueñas de algunas salas, por lo que pueden decir: '25 kilates, la mejor película del año, pero llega 'La montaña embrujada', de Disney, y te la meto en mi sala porque es mi sala'".

Alberto Jiménez: "La culpa también es de la prensa, que dedica dos páginas gratuitas a una película a la que su propia crítica pone a parir"

Los periodistas tampoco somos unas hermanitas de la caridad. Chinita a la prensa de Alberto Jiménez, actor también de 'Un buen hombre': "Puede que nosotros no hagamos los mejores productos que podríamos, pero la culpa también es de la prensa". Y pone como ejemplo a un periódico de tirada nacional que "dedica dos páginas enteras a una película a la que su propia crítica pone a parir (en alusión no explícita a 'Fuga de cerebros') y a '25 kilates' no le dedica ni una entrevista a la actriz o al director ni un reportaje de cómo se rodó".

Sin embargo, estos don Quijotes no piensan claudicar. Seguirán con su idea romántica e insobornable de contar historias no precocinadas hasta que la paciencia y sus bolsillos aguanten. Ulloa no es partidario del tipo de cine de consumo español que estamos produciendo últimamente (su ópera prima como director, 'Pudor', lo demuestra), pero se alegra de que haya un conato de industria: "Cualquier éxito de cualquier peli española me parece un éxito del cine español y me alegro de ello. Si atiende a que los actores proceden de series que se ven mucho me parece perfecto; no hay que ver la trampa donde no la hay. No hay nada de malo en que un productor diga 'voy a poner a actores populares para llenar una sala', porque, de hecho, los americanos lo hacen y nosotros se las llenamos".

Pero no nos echemos las manos a la cabeza con el gran enemigo americano, que ve cómo 'Dragonball Evolution' se da la trompada en estos lares y dos cintas que esperábamos mucho como 'Watchmen' o 'Duplicity' no consiguieron sobrepasar el tercer puesto en el fin de semana de su debut aquí.

Y no hablemos ya del cine 'indie' pasto del circuito V.O., tan americano como el tío Sam e igual de poco visto que el que menos, que en todos los sitios cuecen habas.

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