25 jun 2009

Cómo producir una película sin perder más de dos euros en el intento

Nico Alcalá está entusiasmado. Cree en el proyecto que tiene entre manos aunque parezca una quimer tan grande como viajar a la luna pilotando un zapato gigante. Y lo cierto es que contagia. Sesenta personas en cuatro países trabajan ya a sus órdenes. Además cuenta con 335 socios. ¡Ah!, falta un detalle: Nico es director de cine y tiene la intención de rodar una película titulada 'El cosmonauta', lo que pasa es que el sistema de producción-distribución actual se le hace anticuado y ha decidido romper la baraja.

La filosofía del proyecto de 'El cosmonauta'

La idea es conseguir dinero antes de otoño. 450.000 euros es el presupuesto que necesitan él y sus 'compañeros de viaje' de Riot Cinema, Carola Rodríguez y Bruno Teixidor. Pero con sólo 21 años, ninguna experiencia en el largo y los estudios de comunicación audiovisual aún por acabar, no quieren perder el tiempo "rebotando de productora en productora".

Por ello, apelan al movimiento 'crowdfunding' aplicado al terreno de lo cinematográfico, cuya universalización podemos datar en Sundance 2008 con la presentación de la web Indie Go Go, que promueve la aportación dineraria de los internautas a cambio de ser acreditados como productores de películas. Paradigma de este modo de financiación fue 'Iraq for sale' (2006), documental que en dos semanas obtuvo unas donaciones cercanas a los 350.000 dólares.

La manera en la que Riot Cinema quiere introducir esto en España es ofreciendo compensaciones tangibles a los productores, los cuales pasarán a formar parte de los creditos a partir de un montante de dos euros. "En nuestra película nadie está 'donando' nada, ni regalando dinero. Desde la mínima cantidad, dos euros, la persona que participa recibe dos pegatinas, una chapa y un certificado de productor del proyecto, además de entrar en el sorteo de uno de los trajes de cosmonauta que utilizaremos en la película. Cualquier otra cantidad que aporte cada usuario la podrá canjear en nuestra tienda por alguno de los cuidados productos que hemos preparado: camisetas de diseño, lápices, insignias soviéticas, libros muy especiales... Si lo piensas bien, el usuario está pagando por un producto al que se suma una experiencia, la de participar en una película", recalca Alcalá.

Pero lo audaz del asunto no es tanto que Nico y compañía hayan convencido a los gerifaltes del centro Gagarin para que les presten su apoyo e instalaciones para rodar en la moscovita Ciudad de las Estrellas, sino que juegan con capital ficticio. De los 450.000 euros necesarios, referidos en el segundo párrafo, sólo necesitan recaudar 160.000 antes del rodaje, pues los otros 290.000 están "capitalizados", lo que quiere decir que todo el equipo aporta su trabajo gratis y "de momento, eso no hay que gastarlo" hasta que no se vean beneficios.

El maestro de ceremonias Vigalondo

El director e impulsor de toda esta bendita locura no para de moverse buscando más y más patrocinios. Está empecinado en que ésta es la manera en la que se deben hacer las cosas y no piensa parar hasta conseguirlo: "Queremos agitar un poquito los cimientos de un cine que se ha ido anquilosando en un modelo que cada vez tiene más de caduco y antiguo". ¿Entonces no es la necesidad lo que lleva a plantearlo de este modo? "Estamos plenamente dispuestos a conseguir que esta sea la primera experiencia de muchas. Pero, en cualquier caso, ¿qué es el cine convencional? Las convenciones cambian con el tiempo. A la larga, este modelo también acabará convirtiéndose en convencional. Creo que lo importante es hacer cine cuando y como sea. Ésa es la revolución. Lo anarquista del asunto. La libertad de hacer cine en cualquier circunstancia".

Otra ventaja de entrar a formar parte del Programa K —que así se llama la comunidad de productores— es poder acceder al bruto de la cinta para su re-montaje a gusto del consumidor, pues la obra —que será difundida por internet, aunque no se cierran las puertas para su posible exhibición en las salas comerciales si es que alguien apuesta por ellos— se encontrará etiquetada bajo la licencia Creative Commons. "Nosotros no perdemos nada y la comunidad puede ganar mucho", explica Teixidor.

Al margen de la mercadotecnia, los chicos han visto que otra buena manera de atraer a interesados es organizando eventos, el primero de los cuales tendrá lugar la semana que viene en la madrileña sala de conciertos Heineken. Los próximos días 29 y 30 de junio se celebrará un minifestival en el que participarán los grupos Sidecars, Zoo, Alex Ferreira, Havalina, Remate, Antonna, Amigos Imaginarios, Cohete y que contará con la conducción de Nacho Vigalondo. Tal y como asegura el director de 'Los cronocrímenes': "Existe una manera de producir cine gratuíto que no tenga que someterse a las coartadas indies habituales". A ver si les sale.

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