3 ago 2009

¿Nos quedamos sin Brad?

Dice que hasta la vista, que se pira, que qué lástima, pero adiós. Nos quedamos sin Brad Pitt. Y sin él, ¿qué vamos a hacer? ¿Quién va a dar lustre a las más reputadas alfombras rojas de occidente? ¿Será éste el último titular que escribamos sobre él en soitu.es? El guapo oficial del cine actual —en dura puja con su amigo George Clooney— declaró el domingo a la revista Contactmusic.com que ya no tiene metas, que ha conseguido todo lo que quería de su carrera cinematográfica y que ve un poco negro su futuro en el cine ahora que se está haciendo mayor.

¿Adiós, Brad?

A nosotros nos suena a cortina de humo, a mascarada para levantar el morbo y así desviar la atención de otros temas de los que seguramente tiene menos ganas de hablar, como el estado de la margarita que rige su tormentosa relación con Angelina. Recordemos que cuando se separó de la pobrecita Jennifer Aniston en 2005 dijo que abandonaba el showbusiness para dedicarse a la arquitectura. Esa historia no tenía su copyright precisamente. Daniel Day Lewis había hecho lo propio cuando se instaló en Florencia para trabajar a las órdenes de un artesano zapatero a finales de la década pasada. Y volvió.

En cualquier caso, las declaraciones de Pitt resultan ambiguas, pues matiza: "Claro que tengo sueños por cumplir en el mundo del cine. Pero primero tendré que cumplirlos y luego ya hablaremos sobre ello". Esos sueños lo emparentan con Terrence Malick, en 'The Tree of Life' (en posproducción), y con James Gray, en 'The Lost City of Z' (en preproducción). En la primera de ellas encarnará al padre de tres niños que experimentarán un crecimiento en la trama que los aleje de la inocencia. Todo ello aderezado con dinosaurios. En ella también participa Sean Penn, quien hace poco más de un mes también decidió colgar los guantes "para dedicarse a su familia". En la segunda, una que va de la búsqueda de una ciudad perdida en el Amazonas, se pondrá a las órdenes de James Gray, director fetiche de Joaquin Phoenix y último que le tuvo a sus órdenes antes de su desbandada hippie del pasado octubre. ¿Será Pitt envidioso o más bien estamos hablando de una enfermedad por contagio?

En cualquier caso, aunque se desvinculara de los 17 proyectos en los que iMDB dice que podría participar en las próximas fechas, los dos estrenos de los que os hemos hablado harían que estuviera de actualidad como mínimo hasta finales de 2010, fecha para la que ya podría haber cambiado de opinión como acostumbran sus camaradas de profesión.

Sin retrotraernos demasiado en el tiempo, nos vienen a la cabeza amenazas similares: Cate Blanchett, Orlando Bloom, Eddie Murphy, la propia Angelina o, sobre todo, Barbra Streisand, a la que, cada vez que intentamos contactar, nos resulta imposible porque siempre se encuentra realizando "su última gira". Algunos de los pocos ejemplos coherentes que sí podemos constatar son el del citado Joaquin Phoenix (de momento), el de Viggo Mortensen, que sí parece haberse desvinculado de cualquier actividad cinematográfica desde sus declaraciones al respecto el pasado abril, y el del desaparecido Paul Newman, quien, a la hora de su muerte, ya llevaba un año lejos de los rodajes.

Brad volverá (o jamás se irá). Eso es seguro. Sus declaraciones pueden deberse a cualquiera de los motivos que hemos apuntado anteriormente, a que se aburre, o a que no tiene todas consigo con respecto a las cifras de taquilla de la inminente 'Inglorious Basterds' —que fue recogida tibiamente en Cannes y está siendo remontada para no resultar un fiasco de público— y pretende lanzarla como uno de sus últimos trabajos. Toda la ayuda se antoja necesaria para que Quentin Tarantino recupere el vuelo tras el varapalo de 'Death Proof', que dejó tiritando a los hermanos Weinstein.

Esta táctica tampoco es nueva, ni mucho menos. Rememoremos la exclusiva de ¡Hola! que anunció que Adrien Brody le había regalado ¡un castillo! a Elsa Pataky (curiosamente) la misma semana en que se estrenaba 'Santos'. Esperemos que a Pitt le vaya mejor que a nuestra rubia paisana, a la que ni todos los titulares del mundo fueron capaces de ayudar para que su película no se estampara con la indiferencia.

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