19 feb 2010

Otra maldita película de Goebbels


BERLÍN.— Partía como gran apuesta nacional y, sin embargo, gélidos pitidos bandasonorizaron los títulos de crédito de 'Jew Suss (Rise and Fall)', explicación metacinematográfica del éxito y ocaso de la cinta que nosotros conocimos como 'El judío Suss' (1940) y que supuso la contrapartida antisemita de Goebbels a la cinta homónima rodada en Inglaterra seis años antes.

Y no fueron unos pitidos que surgieran del tedio temático que se vive en estos lares, del mismo modo que muchas veces nos quejamos del eterno retorno a nuestra Guerra Civil. Ni siquiera porque sea la cuarta vez que veamos al ministro de propaganda de Hitler en un papel de peso en menos de un año de los 64 que tiene registrados.

El problema principal del que adolece el director Oskar Roehler es que, contando con un presupuesto holgado, una historia relativamente desconocida y parte de lo más granado de su star system, se haya deslizado hacia un nadismo ideológico que hace pensar que se nos ha tenido que escapar algo. Que no todo podía ser eso. Que por mucho que Moritz Bleibtreu (Goebbels) juegue a ser Christoph Waltz en 'Malditos bastardos', detrás tiene que haber sustento. Y, por ello, el pito. No se puede decir que el público local jugara al chovinismo ayer.

Aunque no todo fue enfado en el Berlinale Palast, porque las dos mujeres a concurso que completaban el fresco diario escupieron sendas sugerentes propuestas. Para empezar, la argentina Natalia Smirnoff compone en 'Rompecabezas' uno de los más minimalistas, cotidianos y estimulantes retratos humanos que por aquí hemos tenido el placer de contemplar. María Onetto, una abnegada esposa y madre que, heredando el espíritu interpretativo de Darín en el último Campanella, actúa únicamente con los ojos, huele a Oso de Plata. La única alegría de vivir de la santa mujer reside en "armar" puzzles, pasatiempo que, contra la empatía de la platea, la convierte en criatura maltratada por la burla.

Idéntico sentimiento de compasión desata sin amaneramientos Zrinka Cvitesic, protagonista de 'On the path', cinta de la bosnia Jasmila Zbanic que fija su ojo en un amantísimo matrimonio lentamente desintegrado por causa del islamismo fundamentalista que él abraza con fuerza tras ser despedido del trabajo. No todos se han sentido satisfechos con su aparente tibia conclusión, pero hay una tesis y se percibe, algo de apreciar siempre dentro del ecosistema festivalero donde los autores suelen contar como mérito cuantos más interrogantes insatisfechos, mejor.

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