15 feb 2010

De la sangre de los Coen al ketchup de Yimou

Zhang Yimou.

BERLÍN.— No tiene mucho que ganar Zhang Yimou compitiendo en la Berlinale. Su 'Sorgo rojo' se impuso en 1988 y el Oso de Oro no es propenso a ser abrazado por segunda vez. Se expone. Podría decirse que gana más el festival teniéndole que él pasando frío aquí. Su vuelta al cine tras el parón de cuatro años que supuso coreografiar aquel Pekín impresionante y olímpico tiene forma de remake de 'Sangre fácil'. Con 'A woman, a gun and a noodle shop' revisita el debut de los hermanos Coen, obra fundacional de una filmografía regia que asentó sus bases tragicómicas hace más de un cuarto de siglo.

Percibidos los judíos como dos genios fluctuantes entre la risa y la violencia desgarrada, su cosecha conoce dos extremos muy subrayados: la homenajeada y 'El gran Lebowski', hipérbole desmesurada de lo que ellos entienden por humor. Pues bien, para que nos entendamos, 'A woman, a gun and a noodle shop', se situaría en el centro de ambos extremos.

Porque la sequedad que desprendía el duelo entre M. Emmet Walsh y Frances McDormand en 1984 es suavizada aquí con chistes manga, con torpes y/o amanerados personajes y con un tono general en el que algunos han apreciado caricatura. La sangre fácil en esta ocasión es igual de fácil, pero sabe más a ketchup.

Zhang explicó tras la proyección que el original le encantó en los 80, a pesar de no entender los diálogos por verla sin subtítulos en chino, y que fue la fuerza de sus imágenes la que le inspiró. Por ello, para rendir tributo a dicha potencia visual, se ha decidido a narrar un thriller casi mudo a partir del meridiano, lo cual facilitará, seguro, la concepción de un eventual re-remake a aquellos que no hablen chino y que hoy se hayan emocionado a su vez con la belleza de las montañas rojizas de Gansu (en el noroeste del país), los adefesios de trajes con chorreras que visten los protagonistas o una sucesión de fotografías impresionantes que ya son marca de la casa.

No ha gustado demasiado a la crítica más ortodoxa, que califica al filme como menor teniendo en cuenta antecedentes más graves y épicos como 'La casa de las dagas voladoras' o 'Hero'. Tampoco es el Zhang íntimo y sutil de 'Ni uno menos'. Es otra cosa. "He corrido un gran riesgo, ya que mi público está acostumbrado a ver películas más serias, pero cada vez busco hacer algo distinto, probar y sorprender". ¿Zhang Yimou 2.0?

Explica su incuestionable vacío temático y marca el punto final argumentando que quería experimentar con el estilo, partir de una trama "simple". Blood simple reloaded. "A los Coen les ha gustado", dice, y, si ellos no le tosen, ¿quiénes somos el resto de los mortales?

No hay comentarios: