28 feb 2010

Hornby da un giro de 180 para contarnos lo (mejor) de siempre

An education' (Lone Scherfig, 2009)

Con Nick Hornby me pasa como me pasaba con Michael Jordan, con tal de que no la cague, yo feliz de seguir presenciando su leyenda creciente. Tras dos vueltas a la NBA, el 23 ya no hacía gestas enormes, pero meter 20 puntos por partido mantenía su récord anotador histórico por encima del de Wilt Chamberlain. Así seguía siendo el más grande. Suficiente.

Para mí, Hornby ya hizo suficiente al escribir 'Alta fidelidad' hace más de una década y es cierto que si  es cierto que le he vuelto a disfrutar cada vez, siempre ha sido en menor medida que la primera. Tengo entre manos 'Juliet, naked', su última novela, cosa fina, recomendable hasta el meridiano, que es por donde voy. Pero no es 'Alta fidelidad'. Ni falta que hace. 

Lo que aprecio de él no es lo bien que escribe sino lo listo que es y lo listo que me hace sentir cuando río sus gracias. En ese aspecto soy un chico pop.

Ahora Hornby hace cine de manera seria. Me explico: guioniza de cero 'An education' (esto es, no hay novela previa). Y, a pesar de que se retrotrae a los 50, le reconozco. Al menos en los guiños que me hacía antes. Su construcción del amor romántico es absolutamente identificable en cuanto a que la idealización de la amada tiene mucho que ver con el "te quiero a pesar de las bragas de algodón que llevas puestas hoy porque soy yo el único a quien se las enseñas" que ya nos había mostrado en anteriores entregas. 

Por ello, la idea de construir a su impresionable (e impresionante) personaje femenino alrededor de una sonrisa canónica y un puñado de virtudes execelentes encarnadas por la luminosa Carey Mulligan (el mayor hallazgo de Hollywood desde Amy Adams) habla, no de consecución de metas románticas, pero casi.

No es 'Pigmalion' lo que cuenta 'An education', sino una evolución, la vuelta de tuerca en que el aprendizaje de la joven padawan cristaliza en bidireccionalidad. Tal y como la definirían los ejecutivos que negocian adquisiciones en los sótanos de Cannes, es 'La sonrisa de Mona Lisa', aunque sin la carga de moralina antimachista de la comedia de Mike Newell.

Parece que se desprende del ñoñismo de aquella propuesta para ceñirse a la esencia: cómo la juventud es un regalo precioso cuando se sabe gestionar y cómo su poder destructor es mayor que el de cualquier otra franja horaria. La pureza sin cortar arrasa.

Hay un momento en que se puede agarrar un rayo de luz con la yema de los dedos. Si lo sabes gestionar, es tuyo para siempre. Si no, el riesgo de sufrir daños permanentes es elevado.

Sé que hay Hornby detrás porque las musas de Rob se toman debida revancha a manos de Jenny. Y por esa deliciosa revuelta, en esta ocasión el autor británico se ha mantenido, como cada vez que Mike visitaba el Madison Square Garden, estadio que violaba una y otra vez a base de suspensiones imposibles.

Tráiler de 'An education'.

Valoración: 7,5/10

Estreno: 26 de febrero de 2010

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