2 jun 2010

Lakers-Celtics, en 'cultureta'


Dos finales en tres años y la duodécima que protagonizan desde que se cruzaran por primera vez en 1959. El duelo entre los Celtics (estandartes de la garra, la mala leche y el clasismo) y los Lakers (nuevos ricos, faranduleros y popis) se ha saldado casi siempre de manera favorable a Boston (10-2), pero no hay que subestimar a los flamantes campeones, y mucho menos si cuentan con el Kobe más parecido a Jordan de todos los tiempos y con un Gasol que no piensa dejar ninguna nave sin quemar porque ya ha anunciado que no acudirá al mundial.

De cualquier manera, Los Ángeles y Boston no sólo nos han dejado buen baloncesto históricamente, que también han hecho grandes aportaciones a la cultura. Apuntamos un posible enfrentamiento cultural partiendo de baloncestistas históricos de ambas escuadras con un reflejo convincente del mundo del arte. Balón al aire…

L.A. LAKERS

Base (Magic Johnson – Haley Joel Osment): La llegada de Magic a la NBA fue para besar el santo. Quinteto ‘rookie’ del año y MVP de las Finales con tan sólo 20 años. Parecida fue la revolución que armó el niño de ‘El sexto sentido’. Eclipsó a Bruce Willis y se llevó una merecida nominación al Oscar.

Escolta (Kobe Bryant – Will Smith): Ya sabemos que el príncipe de Bel Air crecía y vivía sin hacer mucho caso a la policía en Philadelphia, pero el tío Phil lo empadronó en Los Ángeles para alejarlo de las malas influencias y allí hizo carrera en el cine. Durante sus primeras temporadas Kobe lució un antiaerodinámico peinado afro que luego copiaría Smith en ‘Ali’ y que les haría prácticamente indistinguibles. Además, si de convertir en oro todo lo que tocan se trata, no hay espejo mejor.

Alero (Jerry West – Harrison Ford): El icono por excelencia de la NBA (tomando como base su figura se dibujó el escudo de la liga) sólo puede ser equiparado a uno de los mayores mitos vivos del cine, rostro y voz de Han Solo, Indiana Jones, Jack Ryan o el ¿replicante? Rick Deckard.

Ala Pívot (James Worthy – James Ellroy): Worthy siempre estuvo a la sombra de Magic y Kareem Abdul-Jabbar y por ello no le recordamos como el hombre franquicia que habría sido en cualquier otro equipo. Subestimado vive también el escritor James Ellroy por haber consagrado su creación a la novela negra. El heredero directo de Hammett y Carver habría sido un grande incuestionado de no considerarse cultivador de un género menor.

Pívot (Kareem Abdul Jabbar – Shaquille O’Neal): No hemos encontrado equivalente en estatura del mayor anotador de la historia de la NBA, pero nos hemos quedado a sólo dos centímetros. Shaq, perpetrador de cinco discos de rap y casi una docena de engendros fílmicos no hace arte pero lo intenta. ¿Y quién mejor que un ‘laker’ (sub)cultureta para suplantar al eterno Kareem?

Sexto hombre (Luke Walton – Colin Hanks): El hijo del histórico Bill Walton (pívot que jugó en la acera de enfrente) jamás ha llegado a la altura de papá. Con una media de cinco puntos en sus siete años de carrera todavía no ha demostrado que su ADN es el de una estirpe privilegiada, igual que el vástago de Tom Hanks.

CELTICS

Base (Bob Cousy – Frank Black): Eran otros tiempos cuando el bajito, algo panzón y alopécico Bob Cousy subía la bola ‘celtic’ en blanco y negro. Los excesos ochenteros le han dejado también un cuerpo algo desmejorado al ex solista de los Pixies, ahora reconvertido en country man en sus ratos libres. Sus letras, como los pases de Bob, siempre fueron ciencia ficción.

Escolta (Danny Ainge - Dan Brown): Ambos parecen no haber matado a una mosca en su vida. Tienen cara de yerno ideal, pero sus artimañas y desafíos a la norma les han hecho famosos. Ainge por meter el codo cuando el árbitro no miraba y Brown por mangonear a la audiencia con 150 minicapítulos acabados en clímax por novela para convertirlas en drogas.

Alero (Larry Bird – David Mamet): El jugador más blanco que jamás pisara la NBA fue un fino tirador, un estratega clarividente y, ante todo, un gran líder. El perfecto director de orquesta. Lo mismito que el dramaturgo David Mamet, el tipo al que todos acuden cuando se enquista un guión en Hollywood. Lo suyo es la literatura, pero, a veces, si no queda más remedio, se arremanga y tira del carro.

Ala Pívot (Dominique Wilkins – Matt LeBlanc): Nunca desde que saliera de los Atlanta Hawks en busca del anillo que siempre se le resistió encontró un mejor acomodo, ni siquiera en los Celtics del 94. El Joey de ‘Friends’ llegó a tener su propia serie, pero fue un fracaso enorme. Hay gente que no está llamada a la gloria.

Pívot (Bill Russell – Jack Kerouac): Russell no era el pívot que más puntos metía (el ‘laker’ Chamberlain le superaba), pero sí el que más rebotes rapiñaba y en torno al cual los verdes se llevaron 11 títulos en 13 años, convirtiéndose en la piedra angular de la leyenda bostoniana. Para interpretarle no hemos encontrado más que a un blanco enjuto pero no menos mítico: Jack Kerouac, el autor de ‘On the road’, fue el padre de todos los ‘beats’. Más ‘cool’ no se puede.

Sexto hombre (Rasheed Wallace – Eli Roth): Tampoco se parecen mucho físicamente, pero si tuviéramos que buscar un émulo del macarra y peleón Wallace para la gran pantalla, sin duda sería Eli Roth, director (‘Cabin Fever’, ‘Hostel’) ahijado de Tarantino y actor-bateador de cabezas nazis en ‘Malditos bastardos’. Eso es técnica casi seguro.

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Ver el artículo original publicado en El Mundo.

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