23 jun 2008

Nacho Vigalondo: "Hay mucho de despectivo sobre mi presencia en mis películas"


Nacho Vigalondo es el nuevo Santiago Segura del cine español. O al menos juega a eso. Se sabe consciente del aura simpática del personaje que ha creado desde que en 2003 nominaran a los Oscars su corto 7:35 de la mañana. Por fin ha conseguido estrenar su primer largo, Los cronocrímenes, una película de la que Tom Cruise adquirió los derechos del remake (vía Steven Zaillan, En busca de Bobby Fischer) antes de que nadie se la comprara en España.

EL HOMBRE MÁS AIRADO DE HOLLOWAY: ¿Cuál es el problema de la industria española? ¿Por qué en Estados Unidos se dan cuenta de que Los cronocrímenes merece la pena y aquí ha habido tantos problemas de distribución?

NACHO VIGALONDO: Tristemente está siendo un hecho generacional. Para mí es un escándalo que un director como Luis Berdejo, cortometrajista de éxito, debute en Estados Unidos con The new daughter; que los hermanos Pastor debuten en Estados Unidos; que Gonzalo López-Gallego haga una película como El rey de la montaña, que ésta sea la mejor distribuida del año en todo el mundo, que gane premios fuera y que aquí casi no se estrene. Está pasando algo: algunos estamos planteando una renovación de cierta forma de hacer cine y, a la vez que encontramos aprobación internacional, el país que más se nos resiste es España, que es donde nos encontramos críticas negativas. No recibimos el mismo reconocimiento que fuera y alguien tendría que explicar qué pasa.

E.H.M.A.D.H.: No todos los personajes de Los cronocrímenes son conscientes de la trama de ciencia ficción que acaece…

N.V.: La ciencia ficción nunca es el fin sino la herramienta para llegara a otros puntos. El último tercio de película ya no tiene nada de ciencia ficción. Parece una Fritz Lang o de Raoul Walsh: suspense, tres personajes, una pistola y una bala. También tiene un aire a lo Hitchcock, algo parecido a La soga. En ese sentido he sido muy franco. No me ha interesado saber cómo es el futuro. No quería naves espaciales ni efectos especiales sino llegar a un determinado punto dramático. Por eso es difícil que la gente me catalogue y ver por dónde irán ahora los tiros en mi carrera.

E.H.M.A.D.H.: De alguna manera tiene una carrera paralela a la de Juan Carlos Fresnadillo. A él le costó mucho tiempo estrenar Intacto y mucho mas 28 semanas después.

N.V.: Es cierto que tenemos semejanzas, pero también hay muchas cosas que nos hacen distintos. Él es muy perfeccionista, muy obsesivo y minucioso con lo que hace. Su método de trabajo es así. Y creo que la razón de mi tardanza es otra. Yo soy mucho más visceral e inmediato; en mi caso los problemas vienen después. Juan Carlos, con el que me une una buena amistad, tiene su ritmo, mientras que yo estoy desesperado por hacer muchas películas.

E.H.M.A.D.H.: Él hace una película aquí y después una secuela en Estados Unidos. ¿Cuál es la secuela que usted quiere dirigir en Hollywood?

N.V.: Haría encantado 28 meses más tarde. La idea de hacer una secuela me parece muy atractiva. Pero para ello debería tener potestad en el guión, querría diseñar la historia o que estuviera escrita por alguien de total confianza y solvencia.

E.H.M.A.D.H.: ¿Qué tal es usted como actor?, ¿cómo se dirige?

N.V.: Pues con un sentido crítico tremendo. Intento ser lo mas humilde y lo más autocrítico posible; y confiar mucho en los cómplices que tengo en los rodajes, que me dicen que no antes de que yo compruebe lo que he hecho en el monitor. Creo que en ese sentido, como en el de escribir y dirigir, si no hay autocrítica, no avanzas.

E.H.M.A.D.H.: ¿Se ha contratado a sí mismo como actor porque salía barato?

N.V.: Sí, soy profundamente barato, pero lo que pasas es que, de alguna manera, me gusta jugar conmigo mismo en algunas historias. De la misma manera que hay escritores que se meten en su novela o hay pintores que se hacen un autorretrato, a mí me gusta jugar conmigo mismo. Luego me doy cuenta de que es tirar piedras sobre mi tejado, que hay mucho despectivo sobre mi presencia en mis películas.

E.H.M.A.D.H.: Pero juega con la complicidad del espectador. Muchos de los que vayan a ver Los cronocrímenes lo harán porque es de Nacho Vigalondo. Y dirán: “Nacho esta en la pantalla”…

N.V.: …y esta haciendo un croquis para que la entendamos…Sí, supongo que es cierto.

E.H.M.A.D.H.: El blog cinematográfico que escribe es uno de los instrumentos de promoción más imaginativos de los últimos tiempos.

N.V.: Si, y en realidad no estoy haciendo publicidad pura, porque intento vender la peli pero a la vez procuro no ser triunfalista, exportar mis miedos, mis inseguridades. Si fuese exclusivamente promoción, estaría casi exclusivamente lanzando bondades.

E.H.M.A.D.H.: ¿Cuando acabe la carrera comercial de Los Cronocrímenes seguirá escribiendo en él?

N.V.: Sí, porque lo escribo desde hace mucho tiempo. El de El País es de 2007 pero tenía otro desde 2004. En épocas de película me cuesta mucho hablar de otra cosa pero eso es porque apenas tengo tiempo para pensar en nada más. En los periodos en los que todo se relaja, hablo de lo último que he visto en el cine o del último pensamiento que se me ha cruzado.

E.H.M.A.D.H.: Hacía antes referencia a La soga. ¿Fue una inspiración a la hora de optar por un reparto reducido?

N.V.: Lo cierto es que me fijé más en Psicosis. La vi mucho. También tiene muy pocos personajes muy concentrados, un espacio limitado y mucha relación del personaje con el espacio. Karra Elejalde guarda paralelismos con Anthony Perkins y Bárbara Goenaga con Vivien Leigh. He huido un poco de hacer un homenaje explícito o un tributo demasiado evidente, pero creo que Psicosis está muy presente siempre. En concreto me basé, no en la escena de la ducha, sino en todo lo que viene después. Para mí, en cierta manera, todo eso está recogido en el segundo acto de nuestra película.

E.H.M.A.D.H.: ¿Con cuántas copias se estrenará Los cronocrímenes?

N.V.: Lo que es interesante es que empezamos con muy pocas copias y hemos ido teniendo más peticiones. Ha habido demanda de las salas y ahora hay un montón de cines que han querido la película. Andamos en unas 70 u 80 copias, lo cual está bien, porque no creo que ésta sea una película de cientos de copias.

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