La escena final de John Rambo viene 30 minutos antes de la cuenta. La cuarta parte de esta decadente saga es como esos menús degustación de nouvelle cuisine que no sacian y te dejan un regusto de ¿esto es todo?La anecdótica historia que resucita al héroe encarnado por Stallone 20 años después tiene una premisa pequeña, casi insignificante y un desarrollo plano carente de emoción. La total vocación de serie B con que cuenta Rambo 4 viene firmada en los títulos de crédito como una declaración de intenciones. Nadie tose al italoamericano lobotoxmizado. Se rumoreaba que Matthew Fox trendría un papel en este cocktail de tiros y flechazos de impacto gore. Pero tendrían que haber escrito un par de líneas con algo que no fueran onomatopeyas sincopadas de diálogo para que se moviera de Hawaii entre capítulo y capítulo de Lost.No me quiero poner airado, pero es que hay tantas cosas por leer que se te queda cara de tonto cuando te asomas a una tomadura de pelo semejante. Stallone ya ha conseguido su perseguido objetivo de elevar a los dos brutos que le dieron fama y pasta a la categoría de santones new age. Prueba superada. Descansen en paz.
1 comentario:
Ni bajándomela de la mula, ni que la regalaran todos los periódicos del país, vamos ;-)
24 de febrero de 2008 14:38
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