Cuando se estrenó la primera película del director Noah Baumbach, The squid and the whale, a uno le embragaban dos pensamientos: que la genialidad de Life aquatic no era un mérito exclusivo de Wes Anderson (director y coguionista junto a Baumbach) y que este nuevo poeta de las relaciones familiares averiadas era un Woody Allen redivivo y borracho de Dostoievsky. Nada podía haber, por tanto, más estimulante que echarse al coleto la obra de confirmación de Baumbach, si además contaba con la dama Kidman al frente de todo esto, quien, bien dirigida, es una de las mejores cabezas de cast posibles.
Pues bien, tan alto era el nivel de exigencia de la crítica que Margot at the wedding no es ni remotamente capaz de resistir la prueba del algodón. En ella una galería de personajes odiosos, en constante proceso de redención, da una imagen errónea de la sociedad actual. Es imposible que dentro de la limitada cantidad de metros cuadrados en los que se enmarca la acción de este drama se encuentre mayor cantidad de gente equivocada, egoísta o directamente mezquina que la que diseña Baumbach. Su ficción, que tiene lugar alrededor de una boda gris de la que todo el mundo habla pero que nunca llega a celebrarse, es, más que un fresco de la sociedad, una caricatura de todo lo que funciona (y puede funcionar) mal. Y se trasciende a sí misma.
El director bebe de la esquizofilia del P.T. Anderson de Punch-drunk love y proyecta en el personaje de Jack Black a un brillante mediocre (no es paradoja, es como es) que no necesita de la burla de los demás para dejarse en evidencia a sí mismo. Es indudable que el trabajo actoral de la bella y el bestia puede llegar a salvarte del aburrimiento más absoluto, pero es difícil conectar con este proyecto simpatizante del Dogma que pone a las emociones humanas a flor de piel como la mano que se acerca demasiado al fuego y te queda la duda de si se va a llenar de ampollas por abrasión o te va a proporcionar un extraño placer sadomasoquista.
Pues bien, tan alto era el nivel de exigencia de la crítica que Margot at the wedding no es ni remotamente capaz de resistir la prueba del algodón. En ella una galería de personajes odiosos, en constante proceso de redención, da una imagen errónea de la sociedad actual. Es imposible que dentro de la limitada cantidad de metros cuadrados en los que se enmarca la acción de este drama se encuentre mayor cantidad de gente equivocada, egoísta o directamente mezquina que la que diseña Baumbach. Su ficción, que tiene lugar alrededor de una boda gris de la que todo el mundo habla pero que nunca llega a celebrarse, es, más que un fresco de la sociedad, una caricatura de todo lo que funciona (y puede funcionar) mal. Y se trasciende a sí misma.
El director bebe de la esquizofilia del P.T. Anderson de Punch-drunk love y proyecta en el personaje de Jack Black a un brillante mediocre (no es paradoja, es como es) que no necesita de la burla de los demás para dejarse en evidencia a sí mismo. Es indudable que el trabajo actoral de la bella y el bestia puede llegar a salvarte del aburrimiento más absoluto, pero es difícil conectar con este proyecto simpatizante del Dogma que pone a las emociones humanas a flor de piel como la mano que se acerca demasiado al fuego y te queda la duda de si se va a llenar de ampollas por abrasión o te va a proporcionar un extraño placer sadomasoquista.
4 comentarios:
¿Pero cómo va a ser mala? ¡Si sale Jennifer Jason Leigh! (broma)
Para las canciones, lo único que tienes que hacer es ir a www.goear.com y allí buscar la canción que quieras o, si no está, la puedes subir tú mismo. Y luego, ea, con el código se añade a la página. Fácil, fácil.
Si lo de añadir tu mail en el post es una manera de que te añada y/o te escriba, dímelo. Lo haré en cuanto tenga un par de segundos libres. Pero lo haré.
13 de febrero de 2008 0:56
Anónimo dijo...
visiten el blog de primo tarantino "es mejor que este grandísimo blog"
http://thepeepholeoftheworld.blogspot.com/
14 de febrero de 2008 22:23
Siento esto primo, pero hay que hacer propaganda
14 de febrero de 2008 22:24
Otra más que tengo pendiente.
Qué ganas tengo de que pasen estas semanas de entregar mil trabaaaaajos! Grrrrrrr...
:-)
16 de febrero de 2008 14:07
Publicar un comentario