23 sept 2007

San Sebastián (Día 4)

La vida privada de Martin Frost (Paul Auster, 2007 - Sección Oficial Fuera de Concurso)


El día comenzó entre fuerte y flojo por culpa de Paul Auster. Fuerte porque se presentaba su cuarta película tras las cámaras (segunda en solitario) y porque luego tocaba rueda de prensa. Flojo porque lo que prometía la peli no se cumplió. Se desmorona lamentablamente a partir de la mitad y sólo consigue remontarla el Soprano Michael Imperioli.

Es triste porque el reparto (ridículamente escueto: David Thewlis, Irène Jacob, Imperioli y Sophie Auster) raya a gran altura, o al menos los tres primeros, pero la ingravidez de la propuesta, el enclenclismo con el que están resueltas las escenas que suceden al primer conflicto dan la sensación de que Auster sigue verde en todo lo que no sea parir obras maestras literarias año tras año.

No sabe tomar decisiones. Tiene vicios de autor impostado; imágenes evocadoras que no vienen al caso. Ansias de convertir su película, su poema filmado en una pieza de arte y ensayo. Da pena pensar lo que otro realizador más cualificado podría haber hecho con este buen material. Pero es difícil toser al Rey de Nueva York, al Señor de Brooklyn. Aún así no podemos decir que no íbamos avisados: la producción era hispano-franco-portuguesa. No era buen augurio.

Con todo y con ello hay que admitir ciertos méritos a una película que en los tramos en que coquetea con la comedia sofisticada es muy agradable de ver. Rodada en 35 días con escaso presupuesto, nulas localizaciones y ¡4 actores (0 extras)! tiene su aquel. Lo que más me fastidia: que Auster vaya de Hitchcok, en la primera escena sale en un par de fotos. ¡No eres Hitchcok, eres Auster! Ya eres un genio, no te hace falta más.



Free Rainer (Hans Weingartner, 2007 - Sección Oficial)



Alemana. Comercial. Apestosa en su primera media hora, con guiños a Snatch y a Dobermann, acelerada. Luego remonta. Y me va gustando. No me convence pero me acaba dejando un sabor dulce. La actriz me parece estupenda, otro de esos fichajes europeos exportables, como tantas francesas, como Franka Potente.

El director de Los edukadores propone un intento de acabar con la telebasura de manera organizada. La idea es peregrina e ingenua, pero divertida y fresca. Algunos chistes como los del patinete o los de los titulares de los periódicos son francamente graciosos. Simpática dentro de su delirio. Si no vas más allá. Si lo piensas grave, si lo piensas rato, da tanto miedo el remedio como la enfermedad. Como V de vendetta, como El club de la lucha. Reclaim your brain no merecía estar en Sección Oficial, pero casi ninguna lo merece, y, para las 12 de la mañana, está bien que de vez en cuando los pakistaníes no acaparen la programación.


La gran estafa (Lasse Hallström, 2006 - Zabaltegui)



Si te acreditas, no pagas por ver las pelis. En caso contrario si habría sido la gran estafa. Richard Gere da vida a un vivo escritor. Y con vivo me refiero a timador. No me gustó este cruce entre El aviador y Atrápame si puedes. Porque sale Gere, porque ninguno de los demás actores excepto Alfred Molina me convencen y porque en una peli de este palo siempre hay que meter a Paul Giamatti como amigo Pepito Grillo. Lasse Hallstrom sigue sin convencerme después de 17 años (no valoro nada suyo desde Gilbert Grape). Laaaaaaaaaaarga. Mal fotografiada. Pelucón de Gere insalvable. Ese hombre perdió su carisma tras Pretty woman, ¿es que nadie se ha dado cuenta? Sólo se salva en parte en las escenas en las que improvisa sus grandes mentiras, acarician la fibra aunque sea epidérmicamente. Ah, y no me gusta que Julie Delpy salga tan poco. Si tienes a Julie Delpy, ponla todo el rato.


Aritmética emocional (Paolo Barzman, 2007 - Sección Oficial)


Aritmética emocional o Cómo tirar por el water el mejor reparto del festival. Susan Sarandon, Gabriel Byrne, Christopher Plummer y Max von Sydow. Si tuviera el día tonto, o gracioso, diría que la película tiene su mérito por haber conseguido que estos buenos actores parezcan idiotas. Idiotas por no darse cuanta de que el guión que aceptaron interpretar es plano, reiterativo e ingenuo. Y se agota en el minuto 0. No es una hipérbole, es que no hay guión en absoluto. No hay trama, no hay punto de giro, no hay intriga. Más bien una idea, y no muy buena. Flashbacks ridículos. No hay ningún personaje que sea motor de ninguna acción en ningún momento. No es ningún farol. Es la verdad pura y dura. No exagero si digo que es de los peores guiones que recuerdo. Primeros silbidos del festival. Aquí quien sea se cuela en Sección Oficial.

Un consejo para los productores: este director novel debería ser cedido, aunque fuera un año, al Valladolid, por ejemplo, antes de que le den otra oportunidad con actores de 1ª División.

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