26 sept 2007

San Sebastián (Día 7)

Excelente día que me pone de maravilloso humor. Pero no es porque la organización nos haya guardado sorpresas en la Sección Oficial, es que, astuto, he decido evitarla de pleno en favor de "lo que me da la gana", que es la Sección Paralela, Zabaltegui. Y me divierto todo el día. Juan, mi compañero ceutí de festival, y yo nos disgregamos porque él no está dispuesto a que la anarquía inunde su vida. Él está aquí para hacer un trabajo y no va a claudicar fácilmente. Él, por su lado, sufriendo (me dice después de reencontrarnos que se quiso inmolar viendo la uruguaya Matar a todos y Honeydripper, del fronterizo John Sayles) y yo, por el mío, abandonándome hedonista y plácidamente en mi butaca a disfrutar de cuatro pelis que os recomiendo desde ya. Son estas:


Talk to me (Kasi Lemmons, 2007 - Zabaltegui)


Una encuesta realizada por no sé quién a no sé quién hace no sé cuántos años (pero muchos), decía que Don Cheadle era uno de los 100 mejores actores de la HISTORIA. Me pareció una ponderación desmesurada (también llamada hipérbole) en el momento en el que la leí. Recuerdo que los que la leyeron a su vez, de entre los que tenían tan pocas cosas que hacer como para conocer a Don Cheadle antes de las pelis de Ocean y de Hotel Rwanda, también se sorprendieron y suspiraron con desdén. La verdad es que 100 son muy pocos actores para más de 100 años de farra, lo que hay que admitir es que es un fuera de serie.

Talk to me, basada en hechos reales, nos cuenta cómo un 'ex convicto' (así se autodenominaba siempre el interesado), de nombre 'Petey' Green, ascendió desde los infiernos hasta la más rabiosa fama gracias a su talento innato para cabalgar las ondas radiofónicas. Tenía inmensa facilidad este líder de masas para llegar a la gente. Les hablaba con llaneza. Verbalizaba los sueños y anhelos de los afroamericanos en los 70. Y denunciaba la injusticia. Todo ello desde la WOL, una modesta cadena local de Washington, y contando con la ayuda de su inseparable escudero-manager (interpretado por el destacable Chiwetel Ejiofor, que pasa por ser el protagonista de Negocios ocultos y Melinda & Melinda así como la persona con el nombre más gracioso y divertido de pronunciar que yo conozca).

Talk to me es ágil y está bien contada. No se recrea en los momentos duros. No abusa del melodrama alcohólico que refieren recientes biopics negros como Ray o Dreamgirls, y eso que el tal 'Petey' era un pieza de cuidado. La directora Kasi Lemmons equilibra comedia (gran comedia) con escenas de intensa amargura con el pulso de una veterana, de modo que nos encontramos con hilarantes escenas de monólogos stand-up que se ven sucedidas por otras que muestran la gravedad del periodo histórico recogido.

Ahora finiquito con el broche sentencioso que me suele encantar: Talk to me es uno de los mejores biopics que he visto desde Man on the moon.


La escafandra y la mariposa (Julian Schnabel, 2007 - Zabaltegui)


Dice el engreído Schnabel en la rueda de prensa que no quiere que se compare su película con Mar adentro porque la de Amenábar es "aburrida". Eso es lo que tiene que decir un tío al que le hen dejado meter dos de sus cintas en Zabaltegui (la otra es Berlin) de la película más condecorada del cine español.

A ver si nos entendemos, que a mí Mar adentro me parece un paquete, pero si Amenábar me dice que me invita a un sandwich de nocilla, no voy a su casa y me cago en su alfombra. ¿Por qué? Porque tengo educación. Por eso.

De todos modos tengo que apreciar ciertos méritos a La escafandra y la mariposa. No me enternece ni nada pero, pese a sus ciertos bajones, está dirigida de manera muy interesante (Premio en Cannes en ese particular), desde el punto de vista subjetvo de un periodista infartado que sólo puede mover un párpado y habla con él. Quiero decir que utiliza el párpado como boca, no que diga "Hola" a su propio párpado. Quiero ser claro a ese respecto.

Hay moderneces en el montaje ciertamente pretenciosas pero estamos en un festival y, desde el momento en que lo aceptas, ese es un mal muy, muy menor.

Me gusta porque estoy alegre y cuanto más la degluto más me gusta, pero como Schnabel me parece un (...) (no lo digo porque a un tío le han cerrado su web por decir no sé que apelativos cariñosos de Ramoncín, que me he enterado), pues igual no soy del todo objetivo y me resisto a decir que es la mejor película de paralíticos que se ha hecho. No voy a darle ese gusto a Julian. Aún así, vedla, no es ninguna pérdida de tiempo.


La torre de Suso (Tom Fernández, 2007 - Zabaltegui)


Me encanta. Me salva el festival. Sé que es poco erudito defender una comedia española pero me alegra la tarde, y la vida, por un rato. Me río a coro con otras 1000 gargantas sin parar en el Kursaal 2 durante más de hora y media y les damos al equipo la ovación más cerrada que yo he visto por estos lares.

Javier Cámara, Gonzalo de Castro; la inconmensurable, fea pero guapa, alta y rubia, aún siendo morena, Malena Alterio; Fanny Gautier, Emilio Gutiérrez Caba y otros más desconocidos pero igual de buenos recogen el testigo de El otro lado de la cama. Serán el fenómeno comercial de la temporada. Tiempo al tiempo. Id a verla si estáis tristes y también si estáis contentos. Y no vayáis solos, que hay que compartir. Y decídselo también a la gente con la que no queréis ir al cine pero que os cae bien o queréis caerles bien. Decidlo en el trabajo, en la pescadería y en el autolavado.

Darling (Joahn Kling, 2007 - Zabaltegui)


Veo Darling en un cine pequeño y enjuto. Medio vacío. Es sueca y buena. No siempre lo sueco es bueno pero suele coincidir. Listos estos suecos, con sus ideas frías, sus conductas frías y su vocalización delfínica. La gélida puesta en escena ayuda a entender la superficialidad de las relaciones del estrato burgués acomodado que retrata. Como American psycho a la nórdica pero sin desmembramientos.

La joven protagonista Michelle Meadows, mucho más guapa pero mucho más fea que Malena Alterio, no sonríe en toda la película. Me recuerda a Buster Keaton. Cuando pienso eso durante la proyección me doy cuenta de que esas asociaciones de ideas seguro que no se le ocurren a Sánchez Dragó y a otra gente lista.

La joven tiene mucha pasta hasta que deja de tenerla. Entonces tiene que empezar a trabajar en un McDonald´s, donde conoce a un hombre de 60 años que la trata con un cariño desconocido para ella. Se establece una relación entre ellos que recuerda a Shopgirl (Anand Tucker, 2005), Lost in translation o The girl in the café (David Yates, 2005), pero en un ambiente de lo más sueco. Si el director Johan Kling hubiera metido tijera su última escena llegara a la altura de la penúltima, estaría a la altura de las tres anteriormente mencionadas. Me gustaría que la distribuyeran en España, pero no creo que caiga esa breva.

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