8 jun 2008

TV: Studio 60


Este es el artículo que yo siempre quise haber escrito sobre la mejor serie en años. No le faltan puntos. No le faltan comas. Es lo que es. Está todo lo que es y es todo lo que está. Yo lo habría escrito quizá con más víscera, con más odio, con más reverencia aún. De hecho, algún día de estos me pondré a ello. Pero, entretanto, me parece bien que llegue hasta vosotros así, sin tamizar. A algunos de los que alguna vez os habéis acercado por aquí no os conozco ni nunca podremos mantener una conversación, pero quiero que os vaya bien. Os recomiendo que veáis esta serie si es que alguna vez os ha entrado el gusanillo por engancharos a alguna. Si os conozco, no os doy más la chapa, porque seguro que ya os lo he dicho en directo. Con todos vosotros, el artículo que publicó el 30 de Agosto de 2007 en la penúltima de El País el sabio Juan Cueto.

"Hoy emite Canal + el último capítulo de Studio 60 y no habrá segunda temporada por decisión de los directivos de la cadena NBC, que ya han desmontado los costosos decorados de Hollywood. El motivo de este cierre ya lo venían anunciando los personajes de ficción en sus últimos capítulos memorables, cuando los autores del show, Matt y Danny, guionista y productor ejecutivo, habían decidido por higiene no volver a hablar de audiencias con la presidenta de la cadena (Amanda Peet) ni con su consejero delegado.

El estreno español de la nueva serie del maestro Aaron Sorkin (El ala oeste de la Casa Blanca) no sólo repitió los malos resultados norteamericanos, sino que además acumuló todos los desastres que puede concitar una serie al margen del maldito medidor de audiencias: nadie la elogió ni la destacó, no hubo aquí el menor rumor mediático a su alrededor, ni siquiera fue citada por la crítica (de papel) y sólo algunos blogs teléfilos de raza friki la trataron con respeto. Hoy, digo, veremos el punto final, pero apuesto a que dentro de muy poco empezaremos a hablar maravillas y con nostalgia de Studio 60, como ya ocurrió en Estados Unidos desde que la liquidaron, y sobre todo desde sus cuatro últimos episodios, que fueron antológicos.

El problema que tiene la tele, pero que ya no tiene el cine gracias al poder cinéfilo, es que el único criterio para decir si una serie es buena o mala, histórica o del montón, visible o invisible, es esa versión pervertida de la dictadura del box office que se llama audímetro. Ya nadie en su sano juicio valora la calidad de las películas exclusivamente por los resultados de taquilla, cifras que sólo interesan a productores, distribuidores y exhibidores, pero en los juicios sobre la televisión hemos abdicado de nuestros gustos y criterios personales, que nunca suman, y nos hemos entregado sin resistencia a la tiranía del audímetro. Esta noche se emitirá el capítulo final de la mejor serie de las temporadas últimas y que ha sido percibida como la peor serie del año".


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