Alberto San Juan parece un pintor despreocupado. Su camisa de volantes y su cabello largo, cano, más cano que en cualquiera de sus películas, evoca cualquier imagen menos la de un cómico. En Gente de mala calidad interpreta a Manuel, el cabecilla de una pandilla de treintañeros en permanente estado de disolución.
EL HOMBRE MÁS AIRADO DE HOLLOWAY: Cuando usted conoció la fama por primera vez con Airbag, acudió al plato de Lo + Plus acompañado de sus compañeros de reparto, los también guionistas Karra Elejalde y Fernando Guillén Cuervo. Debido a un juego escénico, no le dejaron abrir la boca en toda la entrevista. Decían que usted sólo era guapo, que no sabía hablar. ¿Ha tenido que pelear mucho contra aquella imagen de florero?
ALBERTO SAN JUAN: Recuerdo aquellas entrevistas como algo horrible. Nunca me he sentido cómodo en la promoción porque, al fin y al cabo, esa es una actividad de agente comercial, de quien quiere vender algo. De pronto se pueden producir conversaciones porque te sientas con alguien a hacer una entrevista y charlas un rato agradablemente, pero nunca me ha gustado el proceso… Y nunca he tenido la sensación de ser un “chico florero”. No creía que hubiera una imagen de mí contra la que tuviera que luchar.
E.H.M.A.D.H.: Ahora está más consolidado que ellos, les ha sobrepasado en popularidad y reconocimiento (Goya al mejor actor en 2008 por Bajo las estrellas)…
A.S.J.: He tenido la enorme suerte de que siempre, más o menos, he tenido trabajo, pero me resulta un oficio muy difícil. No sé si alguna vez llegaré a pensar que tengo dominio sobre mi oficio, pero de momento no.
E.H.M.A.D.H.: Una de las cualidades del guión de Gente de mala calidad es que teniendo todos ustedes unos papeles tan desagradables, los consiguen hacer tiernos. ¿Estaba eso en el guión?
A.S.J.: Creo que sí. Creo que la mirada de Juan (Cavestany) tiende a la comprensión y no al juicio, y él seguramente siente mucha empatía y mucha cercanía por este tipo de personajes. Esta es una película sobre la impotencia para ser uno mismo por la falta de recursos o por la forma de vivir que hemos construido donde se anima a cosas que no van con nosotros, como la rentabilidad, la productividad... Son cosas inventadas por nosotros, pero que no forman parte de nuestra naturaleza. Esta gente es de “mala calidad” desde el punto de vista social por no lograr entrar en la dinámica de la competitividad.
E.H.M.A.D.H.: No lo logran, pero es que tampoco se esfuerzan. El personaje que interpreta Javier Gutiérrez va buscando monedas por la calle porque no quiere buscar trabajo…
A.S.J.: Pero es que tampoco saben cómo hacerlo. A todos les gustaría tener una casa, una familia y un buen trabajo, pero no saben cómo conseguirlo.
E.H.M.A.D.H.: ¿No cree que exista una crítica contra la vagancia por parte de Juan Cavestany?
A.S.J.: Puede ser. No sé si es un objetivo, pero quizá implícitamente haya una crítica a la pasividad antes que a la vagancia, a no tomar una postura activa frente a lo que te pasa para seguir el camino que tú elijas.
E.H.M.A.D.H.: ¿Considera que es una pandemia lo de llegar a cierta edad y olvidarse de los orígenes… pensar quizá que cualquier tiempo pasado fue mejor? A su personaje le pasa mucho en la película, bebe mucho de los recuerdos y sin embargo no tiene nada a lo que aferrarse cuando se encuentra con toda esa gente.
A.S.J.: Creo que la relación de todas estas personas nunca ha sido profunda. Se pueden haber querido mucho y haberlo pasado muy bien, pero seguramente nunca han hablado de lo que les pasaba, porque entonces podrían seguir haciéndolo; pero es que funcionamos así, porque ¿en cuántos grupos de amigos y familias la gente se expresa de verdad con libertad y sinceridad? Expresar lo que se siente y se piensa es difícil.
E.H.M.A.D.H.: Debido al reparto, al cartel y al tráiler, el público puede considerar que se encuentra ante una comedia cuando en realidad es una película bastante agridulce. ¿Cree que el boca-oído puede ser desfavorable? ¿Pensó en ese riesgo?
A.S.J.: La verdad es que, al no ser ni productor ni director, nunca me planteo cómo va a reaccionar el público. Es verdad que quizá la película tiene un punto incómodo pero eso la hace interesante, porque incomoda. Si no hubiera nada interesante no te produciría incomodidad, sino indiferencia o aburrimiento. Supongo que si hay algo que te descoloca es porque te toca.
E.H.M.A.D.H.: En teatro se ha implicado más en el proceso creativo. ¿En cine no se ha planteado nunca dar el salto a la dirección?
A.S.J.: Tendría que ser capaz de escribir un guión que me gustara y que me sintiera capaz de dirigir, porque no soy director ni sé dirigir. En el cine, aunque el director se enfrenta a cierta soledad, está muy acompañado por el director de fotografía, por todos los jefes de equipo, por el ayudante de dirección.... Realmente es una labor de equipo.
E.H.M.A.D.H.: En otras entrevistas he leído que le gusta escribir.
A.S.J.: Para la compañía de teatro en la que trabajo he escrito algunas cosas, pero para cine no. No es porque le tenga respeto. Si se me ocurriera una historia lo suficientemente buena y me viera capaz de hacerla, sí, pero no se ha dado el caso.
E.H.M.A.D.H.: Da la sensación de que los personajes de la película beben bastante de su personalidad, de su sentido del humor. ¿Les dejó el director libertad para crear los personajes?
A.S.J.: Sí. Los personajes estaban en el guión, pero siempre hay un margen para cosas que surgen en los ensayos y en el rodaje. El conocernos (Javier Gutiérrez, Pilar Castro…) tiene la ventaja de que ya hay trabajo hecho porque nos entendemos fácilmente, pero también encierra el peligro de que algo que nosotros consideramos que es gracioso realmente sea un código personal que no tenga mayor interés.
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