Mi ligue en apuros (Randal Kleiser, 2005)

Hay veces que la obligación te pone en aprietos. "¿Puedes quedar a tomar un café?" "No, lo siento, tengo el pase de Mi ligue en apuros". Y se te ríen, claro. Pero no se puede escribir sólo de lo que te gusta y sólo para gente a la que le gusta el cine iraní de denso mensaje, aunque lo que suelen hacer los iraníes es dejar la cámara fija en un páramo y esperar a que la película se haga sola, si me permiten la confidencia. Me digo que si es el director de Grease el que está detrás de la poco prometedora cinta, quizá no esté todo perdido. Pero miro la lista de contras y en ella computa un dato poco que aterra: se estrenó en Estados Unidos hace 20 meses ya. ¿Qué es lo que le pasa? ¿Por qué ha estado tanto tiempo en cuarentena? ¿Provocará hiperglucemias?

...pues la verdad es que sí. Es la historia de la chica mona que saldría con cualquiera excepto con el joven panoli que ha elegido para que sea su mejor amigo y, por supuesto, es tan dulce que él se prenda. A ello ayuda que su amigo no sea un panoli normal, sino uno de talla superlativa.

Evidentemente tiene algo esa Amanda Bynes. No sé si alguna cualidad de las que atesora se refiere a la interpretación, pero tiene algo así como ángel. Quizá la cámara sólo la quiera para hacer de vecinita, y me juego mi sueldo a que no ganará nunca un Oscar, aunque es mucho más agradable que sea ella la que te haga perderte un café en vez de otra igual de mala pero sin brillo en los ojos.