10 sept 2008

Tres mujeres y un plan (Callie Khouri, 2007)


¿Cómo no voy a pensar antes de verla que esta película es la octava maravilla de la comedia si Katie Holmes se borró de 'El caballero oscuro' para rodarla? Pero te la tragas y caes en la cuenta de lo que pasa cuando los actores se convierten en estrellas y luego en 'prima donnas' para más tarde dejar de atender a los managers con estudios en favor de maridos cienciólogos. 'Tres mujeres y un plan' no resiste análisis más allá del haiku que habla de que la codicia puede ser destructiva, tópico a pesar del cual Khouri decide resolver con una orgía de buenrollismo. Como la cosa es así de simple, me ceñiré a una pequeña sinopsis para justificar mi caché: Diane Keaton es una pija cercana a la senectud que ve cómo su marido es despedido, sin opción de recontratación, y decide mancharse las manos para no ralentizar su tren de vida. Empieza a trabajar en una reserva federal monetaria y flirtea con la idea de robar billetes que van a ser destruidos sin que nadie se entere. Como no puede sola, se junta con una madre soltera y malhumorada y con una porrera bobalicona. Se hacen amigas. Se hacen prósperas. Surgen los problemas de rigor. La película acaba como la acabaría Spielberg.

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