19 sept 2008

San Sebastián (Día 2): Los niños toman San Sebastián


La infancia, poseedora, a priori, de candidez, inocencia y pureza, ha sido protagonista destacada en la segunda jornada del Festival de San Sebastián. Pero nos evitamos el "a priori" y constatamos que, a pesar de que un dibujo con árboles que sonríen es prácticamente el mejor regalo que puede recibir un padre el día de San José, la crueldad de los más pequeños puede ser la más mortífera de todas. Así lo ha retratado la realizadora iraní Samira Makhmalbaf con un guión firmado por su padre, Mohsen Makhmalbaf, autor de culto gracias a 'Kandahar' (2001).

Nos encontramos en un pequeño poblado afgano, porque en Irán, según cuenta la directora, no dejan rodar estas cosas. El niño más adinerado de la región sufre las consecuencias de una mina antipersona en forma de doble cojera, y los fondos de su acaudalado padre le permiten que contrate a uno de sus vecinos para que le lleve a caballo a todos los sitios. De ahí el título de la cinta: 'El caballo de dos patas'. La lucha de castas surge en el jardín de infancia y ya no hay que esperar a que el jefe te explote en la oficina por un sueldo ridículo, porque en todas las latitudes cuecen habas. Las imágenes vejatorias hacia el nuevo empleado, subarrendado y tratado como equino a todos los efectos, de una violencia implícita insoportable, recuerdan a cumbres del cine de ultraviolencia como 'Irreversible' o 'La naranja mecánica'. Los profesionales acreditados miran el reloj deseosos de que la angustia pare, de que los enfáticos planos del maltrato del niño caballo cesen; suspiran, bufan y a veces hasta murmuran, deseosos de que haya un error en el dossier de prensa y esta ración de descarnamiento gratuito no dure los 101 minutos prometidos y se quede en los 30 en los que se podría haber contado la historia. Salen entumecidos de la sala, indignados por la propuesta, un poco furiosos porque saben que la pedrea de los premios lo más seguro es que acabe teniendo en cuenta a esta obra de la misma manera que Hana Makhmalbaf (otra de las hijas de Mohsen) se llevó el Premio especial del Jurado en la pasada edición con la mucho más lúcida, aunque igual de coñazo, 'Buda explotó por vergüenza'.

Pero no ha sido lo único que se ha visto hoy. Ha habido más dosis de niños, aunque estos con posibilidad de redención. Bruno, de ocho años, juega a pegarse tiros con sus amigos de patio de colegio antes de dejar Berlín porque han ascendido a su padre, un militar condecorado. La premisa es dar muerte al prójimo y quedar en pie haciendo buena la ley del más fuerte, dañino mito infantil. Luego la cosa cambia, y la violencia asilvestrada que demuestra se vuelve en su contra. Angelito.

Si queda algún mortal que no haya leído todavía 'El niño con el pijama de rayas' podrá disfrutar del dramón que ha rodado el británico Mark Herman a partir del material de John Boyne, que 19 meses después de su estreno sigue siendo la ficción más leída en España, Dios sabrá por qué. "Dramón" no es una palabra mía, sino una muy repetida entre la concurrencia. "Durísima película" para quienes entraron vírgenes en cuanto al argumento, el de un niño que de la noche abandona sus comodidades para mudarse a los aledaños de un campo de concentración en los días previos al derrocamiento del régimen nazi.

Los esfuerzos del escritor por dosificar, dar pequeñas pistas, sobre el entorno que vive el pequeño Bruno son borrados de un papirotazo fílmico cuando el primer fotograma de Herman se posa en una enseña nacionalsocialista. "No me parece mal", aclara Boyne a la prensa. "Creo que es sensato que se dejara de lado la ingenuidad en el planteamiento cinematográfico". Entonces Herman es cuestionado. Con una adaptación tan fiel (en cuanto al resto de elementos) del material de partida, ¿qué podrá encontrar el espectador que haya leído el libro? "Hay tres millones de personas que se hicieron una película en su cabeza al leer la novela. Yo sólo he pretendido hacer una película mejor que cualquiera de esos tres millones". Y sale del escollo. Elegante.

Acuden a la rueda de prensa, flanquándoles, la actriz Vera Farmiga, que ya destacara como novia de Matt Damon en 'Infiltrados' y el actor David Thewlis (el profesor Lupin en Harry Potter), quien palía de esta manera su deuda con el festival tras no poder venir el año pasado a apadrinar la austeriana 'La vida privada de Martin Frost'. Pasa con él como con las estrellas que no llegan a serlo del todo, que el director acapara todas las preguntas y se aburre, claro. Sólo se defiende cuando un periodista le dice que su personaje de oficial nazi no parece muy duro. Él dice que buscó al hombre que había detrás.

La condición de 'El niño con el pijama de rayas' de película de la Sección Oficial, pero fuera de concurso, arroja una sola candidata al palmarés de fin de fiesta de las cuatro presentadas hasta la fecha. Este evento 'altibájico', que reserva comercialidad para los días de más concurrencia, ha cerrado hoy una jornada sin demasiado glamour. No desesperen, seguro que remontará mañana para satisfacer a todos esos turistas de fin de semana que vendrán de todos los puntos de la geografía española para tener un poquito de los hermanos Coen, cuya 'Quemar antes de leer' (fuera de la Sección Oficial) traerá un poco de salsa y kilos y kilos de gritos de fans enfervorecidos. No será Hollywood, pero se le parecerá bastante.

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