En San Sebastián 2008 convivieron 'El patio de mi cárcel' (Sección Oficial a Concurso) y 'Leonera' (Horizontes Latinos). Pablo Trapero, director argentino de quien dicen algunos bonaerenses entendidos que va a ser el Borges del nuevo milenio (los lenguajes cambian), presentó, pues, el pasado septiembre su "drama carcelario sobre la maternidad y el amor" en España y se enorgulleció de que Martina Gusman, su musa y esposa rubia, fuera aplaudida por todos. Fue en una franja espaciotemporal muy pareja a la que unió a Belén Macías con la joven 'Juani', que fue de Pe, cuando le basta con ser Echegui. Aunque nadie dice de Macías que vaya a ser Cela.
Después de la curiosa serendipia temática, cargo mi pluma de alabanzas y la descargo sobre los ceros y uno de soitu para que puedan leer que 'Leonera' no huele a panfleto ni a cine social congelado y recalentado que se venda como nuevo. Tiene clase y carácter, además de la fresca chispa de la vida que saben imprimir los argentinos listos. Se consume bien su cine aquí igual que nos enamoramos de sus acentos a la primera de cambio. Por eso dudas y rascas la superficie y te preguntas si hay algo más. Y caes en que sí, que hay algo más y que si todo va bien, Trapero dentro de poco se convertirá, como mínimo, en TRAPERO.
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