20 nov 2008

Snow angels (David Gordon Green, 2007)


El drama independiente americano es como un trozo de carbón por pulir. Y además es totalmente aleatorio. Imprevisible. Los carteles con grandes nombres pulidos en neón suelen ser muestra de solvencia escritora. Los buenos no bajan el caché para interpretar unas líneas de mierda. ¿Considero buenos a Rockwell, Beckinsale, Dunne, Angarano y Thirlby (Juno)? Lo cierto es que sí. El drama independiente americano se caracteriza por transgredir ciertas barreras humorísticas que con otro código (o denominación de origen) no funcionarían. La línea es fina y los actores han de remar juntos para que el discurso no se precipita hacia el abismo del despropósito. La situación puede tornar en peliaguda, pueden difuminarse las guías, pero si se cree en lo que se hace. Si se juntan varios de los buenos y creen todos a la vez en un comidrama elefantiásico rural nevado, pueden dar lugar a un pequeño diamante que, por definición, casi nadie verá nunca.

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