El ucraniano Vadim Perelman se dio a conocer en 2003 con la intensamente emocional 'Casa de arena y niebla'. En ella extrajo interpretaciones memorables de Ben Kingsley, Jennifer Connelly y Shohreh Aghdashloo. Fue de lo mejor de aquel año el drama de dos familias que pelean encarnizadamente —ambas con buena parte de razón—, por una misma casa, ecosistema de vida. Pocas veces un trozo de terreno importó tanto. En una liga algo menor se mueve 'La vida ante sus ojos'.
Sin rastro tampoco de ligereza, este nuevo culebrón, encabezado por Uma Thurman y Evan Rachel Wood (la hija de Mickey Rourke en 'The Wrestler'), muestra las secuelas de un instituto azotado por la misma (mala) suerte que Columbine. Las dos rubias actrices dan vida a Diana en su adolescencia y madurez turbada, respectivamente. Un enloquecido friki ataviado con metralleta aborda a la Diana púber y a partir de ese evento revivimos a modo de flashback una y otra vez lo que pasó aquel día. Llega a desesperar Perelman con su racanería informativa hasta el último momento, pero tranquilos, es una desesperanza llevadera, como el sexo tántrico. La paciencia es recompensada.
El guión (ajeno) con el que opera el ya confirmado director del remake de 'Poltergeist' es de chico listo. El único problema del libreto es que su giro final, finalísimo, es de tan listo que casi se pasa de listo. Nadie recordará esta película dentro de un par de años, lo que no quita para que entretenga saludablemente durante sus muy ajustados 89 minutos.
Valoración: 6,5/10
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