16 dic 2009

Jonze se sumerge en los demonios de la infancia 'sendakiana'... sin Kaufman

'Donde viven los monstruos' (Spike Jonze, 2009)

Los monstruos de Max son sus demonios internos. Cada una de sus emociones más censurables tiene forma de Don Pimpón gigante y le quieren comer. Le quieren comer de verdad, digo. Arrancarle sus brazos y piernas y después ingerirle como el jugoso muchachito que es.


Max Records, el mejor niño actor desde Joselito.

Ésa es la libre y oscura y sórdida y anticomercial interpretación de Spike Jonze, callado desde hacía siete años, si es que es mentira el bulo de que codirigió 'Lost in translation' al alimón con su entonces esposa Soffia Coppola.

Una vez digerida la muy esperada cinta de Jonze, cuyas expectativas credas se encontraban en la estratosfera gracias al potentísimo tráiler aireado en abril con los Arcade Fire entonando 'Wake Up' a todo meter, deviene el vacío estomacal por no haber podido condescender a otrogar el crédito de lo que pretendías encontrar: una obra maestra sobre la difícil psicología de la infancia.


Si bien es cierto que la parte humana y familiar encuadrada en el mundo real alberga una belleza formal (deudora del cine noreuropeo y preciosista como en ninguna obra fílmica del director antes vista) y una capacidad descriptiva absolutamente sobrecogedoras, todo eso se acaba difuminando en cierto modo cuando Max se evade en su torbellino onírico.


Precisamente la parte que debía mostrar todo su imaginario como creador es la que se ve coja de sentimiento y lastrada por la esclavitud de ceñirse a la elongada duración estándar de una pieza comercial on Hollywood. Interesa horrores el calvario que vive Max al hervirle la sangre. Cómo verbaliza con espontaneidad los cuentos que alborotan su portentosa imaginación y el drama de una madre que ve que no puede gestionar a su fierecilla indomable, claro reflejo de todos esos solteros no cualificados que empiezan por hacerse cargo de una planta, después de un gato y, quizá, un poquito más tarde, de un hijo imprevisible y sin manual de instrucciones.


No había leído el relato de Sendak antes de enfrentarme a Jonze. Quería ir desacomplejado, pero he de decir que una vez analizado el punto de partida inicial soy un tanto más admirador del trabajo del director videoclipero. Con ayuda del guionista Dave Eggers ('Un lugar donde quedarse'), sustituto del muy loado Kaufman, se saca de la manga un virtuoso mundo real y viste de relativa emoción un cuentito enormemente rico más por sugerente que por explícito. No llega a un folio lo que ambos scripters han convertido en hora y media.

Se ha asalvajado todo, se ha pasado por el filtro de oscurecer en el Photoshop y nace una película con personalidad propia que no defrauda, pero que, lástima, por su falta de ritmo en el nudo, se queda a un paso de la excelencia.

Lo que no significa que no sea casi de lo mejor que hemos visto este año, aparte de una referencia fundamental del género.

Tráiler de 'Donde viven los monstruos'.


Valoración: 8/10


Estreno: 18 de diciembre de 2009

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