Me decía Juan Diego el otro día que sus apellidos eran "Ruiz Moreno".
—¿Entonces no te apellidas Diego?.
—No.
—Seguro que hay montones de gente que piensa que Diego es el apellido.
—Sí, puede ser.
—Entonces eres como Madonna, Sting o Raúl... conocemos a poca gente en España sólo por su nombre de pila.
—Eres un cabrón.
Nada tiene que ver Juan Diego con lo que tengo que decir ahora. No creo que su nombre artístico se deba al ego; de hecho, si no se llamara así, quizá no le colgaran hijos que no son suyos, cosa que, por otro lado, no parece importarle mucho.
Hablo de egos enormes como el de Pedro Almodóvar, que de un tiempo a esta parte viene vendiendo cada uno de sus nuevos culebrones como "Una película de Almodóvar". Sin Pedro ni hostias, que es por el nombre por el que le conocen en todo el universo civilizado desde el grito de Pe. Así que "una peli de Almodóvar", pero, bueno, ¿qué le vas a decir al tipo?, tiene dos óscares y un par de nominaciones más y es majete, excepto cuando se pone soberbio, cuando deja de ser Pedro y se pone Almodóvar.
—¿Entonces no te apellidas Diego?.
—No.
—Seguro que hay montones de gente que piensa que Diego es el apellido.
—Sí, puede ser.
—Entonces eres como Madonna, Sting o Raúl... conocemos a poca gente en España sólo por su nombre de pila.
—Eres un cabrón.
Nada tiene que ver Juan Diego con lo que tengo que decir ahora. No creo que su nombre artístico se deba al ego; de hecho, si no se llamara así, quizá no le colgaran hijos que no son suyos, cosa que, por otro lado, no parece importarle mucho.
Hablo de egos enormes como el de Pedro Almodóvar, que de un tiempo a esta parte viene vendiendo cada uno de sus nuevos culebrones como "Una película de Almodóvar". Sin Pedro ni hostias, que es por el nombre por el que le conocen en todo el universo civilizado desde el grito de Pe. Así que "una peli de Almodóvar", pero, bueno, ¿qué le vas a decir al tipo?, tiene dos óscares y un par de nominaciones más y es majete, excepto cuando se pone soberbio, cuando deja de ser Pedro y se pone Almodóvar.
Tres preambulares párrafos, uno de ellos dramatizado, para hablar de dos chicos que ni idea, pero que me sorprendieron ayer, porque se venden por el apellido como el manchego sin ser nadie, al menos hasta la fecha. Según veía 'Gamer' —una chorrada sin importancia en la que Gerard Butler es un convicto condenado a muerte por asesinato que está a punto de alcanzar la libertad por participar con éxito en la 30ª entrega de un videojuego humano en el que se desmarca como implacable matarileador— me escamaba. Posmodernismo violento y dopado de cámara al hombro y ritmo salvaje. Cientos de planos sucios y chicas que enseñan cacho carne. Sale Peter Petrelli haciendo de epiléptico follador y el malo de Dexter haciendo de malo de nuevo.
Lo que más me sorprendió de la tonteriíta es que, pese a su nula relevancia, advertí rasgos de autor, no porque el mensaje postapocalíptico que baraja signifique nada, sino porque están rodadas de la misma manera que 'Crank 1 y 2', cuyas partituras firman también Mark Neveldine y Brian Taylor, a quienes (lo he comprobado en wikipedia) les mola que les llamen Neveldine/Taylor a secas. Así que, por más que me divierta su cine, aunque no me diga nada, he de reconocer que van de tíos con cola larga por aquello de acortar su alias al más puro estilo Juan Diego, pero que algo de razón llevan. Son marca de la casa.
Buceando un poco más en la red de redes, averiguo que eran operadores de cámara de reconocido prestigio en el mundillo del videoclipero, y que Neveldine, el peludo de los dos, hizo sus pinitos como actor entre 1996 y 2002, cinco pelis en seis años. Taylor, el calvo, no se puede apuntar tal tanto.
Los que busquéis encontrar algo de chicha a este visceral post, os podéis llevar esto calentito: Ambos tienen la patente del sistema Roller Dolly, uno por el cual, el fotógrafo filma la acción montado en un patinete. "La Rollercam es la más dramática y rompedora técnica que empleamos en 'Crank'. Mark no fue molestado ni limitado por ningún tipo de cable rodando a 30 millas por hora", palabra de Brian Taylor, digo palabra de Taylor.
Tráiler de 'Gamer'.
Lo que más me sorprendió de la tonteriíta es que, pese a su nula relevancia, advertí rasgos de autor, no porque el mensaje postapocalíptico que baraja signifique nada, sino porque están rodadas de la misma manera que 'Crank 1 y 2', cuyas partituras firman también Mark Neveldine y Brian Taylor, a quienes (lo he comprobado en wikipedia) les mola que les llamen Neveldine/Taylor a secas. Así que, por más que me divierta su cine, aunque no me diga nada, he de reconocer que van de tíos con cola larga por aquello de acortar su alias al más puro estilo Juan Diego, pero que algo de razón llevan. Son marca de la casa.
Los que busquéis encontrar algo de chicha a este visceral post, os podéis llevar esto calentito: Ambos tienen la patente del sistema Roller Dolly, uno por el cual, el fotógrafo filma la acción montado en un patinete. "La Rollercam es la más dramática y rompedora técnica que empleamos en 'Crank'. Mark no fue molestado ni limitado por ningún tipo de cable rodando a 30 millas por hora", palabra de Brian Taylor, digo palabra de Taylor.
Tráiler de 'Crank 2'.
Si queréis una opinión gratuita sobre el cine de estos dos compadres, la mía es que escriben siempre de cualquier manera, y siempre sobre lo mismo (pollas, coños, circuitos, veneno y un tío que corre que se las pela), pero que hay pocos que borden mejor su pátina guarripatis de futuro imposible. Son los chicos que yo me habría agenciado para filmar, qué se yo, 'Mensajero del futuro', el último clavo de la tumba de esa antigua estrella llamada Kevin Costner, que incomprensiblemente no ha pasado a la historia como Kevin a secas.
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