El pasado lunes se cumplió un año del golpe de estado que depuso al presidente hondureño Manuel Zelaya y encaramó al poder al mandatario interino Roberto Micheletti. La razón fue un intento de consulta popular promovido por Zelaya que, a la larga, podría conducir a una reforma de la Constitución hondureña por medio de una Asamblea Constituyente. Los sectores más conservadores del Estado se tomaron aquel proyecto como un intento de Zelaya perpetuarse en el cargo. El resto (expulsión de Zelaya del país y revuelta popular) es Historia.
Una historia que ha querido retratar la directora Katia Lara con el documental 'Quién dijo miedo. Honduras de un golpe', que tiene prevista su proyección en Madrid el próximo 8 de julio en la sede de CC OO como parte de una gira mundial que ha conocido plazas como Bolivia, Chile, Ecuador, Nicaragua, El Salvador, Alemania, Francia y Estados Unidos.
El punto de partida de la cinta no es otro que el making off del exitoso 'spot' de la campaña que a Zelaya le costó el cargo y el exilio. René Amador, actor amateur protagonista del anuncio, deviene, icónico, en hilo conductor del trabajo de Lara.
Su voz y su testimonio, así como los de numerosos hondureños, entre ellos historiadores o analistas políticos, explica paso a paso el transcurso de unos acontecimientos que hicieron que el pueblo se lanzara de forma pacífica a la calle en contra del ilegítimo gobierno de Micheletti, del exilio forzado de Zelaya y de la brutalidad policial. Así, el documental es duro con los golpistas pero dista de ser una hagiografía de Zelaya. Lara, en una entrevista concedida a ELMUNDO.es, explica su toma de posición: "No soy 'zelayista', tampoco soy liberal. Sólo soy una ciudadana en resistencia contra el golpe de Estado, que desea contribuir con este documental al debate y a la recuperación de nuestra memoria histórica".
Con pulso periodístico-didáctico en un principio, político en el nudo y casi épico en el desenlace, 'Quién dijo miedo' iza la bandera de la rebelión popular pacífica para luchar "contra un gobierno que no les representa, por la Asamblea Nacional Constituyente y por el esclarecimiento de la verdad y el castigo de los responsables del golpe de Estado", afirma Lara. "Hoy, el reto a lo interno es mantener la unidad y continuar en el debate sobre la construcción de un movimiento nuevo que deje en el pasado el bipartidismo que tanto daño le ha hecho al país".
Y aunque Katia Lara aboga en todo momento por un modelo ‘gandhiano' de lucha, las cifras de las que se hace eco el documental no pueden ser más escalofriantes: 49 asesinatos, 3.033 detenciones ilegales, 127 presos políticos y 108 amenazas de muerte entre junio de 2009 y abril de 2010, según la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH). Lara misma cuenta cómo el rodaje no fue sencillo ("Perdimos dos cámaras en manos de la policía y el ejército cuando registrábamos represiones") y tuvo que acabar la posproducción en Argentina. Además, "el protagonista del documental, René Amador, fue amenazado de muerte y hoy vive exiliado en España", explica.
De su proyección en nuestro país, Lara sueña con tener una acogida tan calurosa como la de Buenos Aires, donde hace menos de un mes "la gente hizo una fila de dos cuadras en pleno invierno para entrar a ver el documental en su estreno mundial. No alcanzaron las más de 800 butacas y la directora del INCAA afirmó impresionada: 'Hay más espectadores que para el estreno de 'Al sur de la frontera', la película de Oliver Stone'".
A pesar de que Lara afirma que, en los actos llevados a cabo en el aniversario del golpe de Estado, la gente sigue igual de activa y se ha visto un poco menos de militarización, la situación de su país dista mucho de ser ideal. "¿Qué puede pensar hoy la población hondureña de un ciudadano que en plena crisis nunca tomó posición y ahora acepta que hubo un golpe de Estado? [El presidente] 'Pepe' Lobo [electo el pasado 29 de Noviembre pero no reconocido más que por una minoría de la comunidad internacional] está amenazado por la derecha desde que ganó las elecciones en el marco de la dictadura. La vicecanciller 'de facto' Marta Lorena Castro, le expresó públicamente a Lobo que si daba 'un paso a la izquierda' ya sabía lo que le iba a pasar. Este presidente ni siquiera puede garantizar la vida de Zelaya si retorna al país. 'Pepe Lobo' no puede gobernar Honduras".
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