El cachitas que sacó de la soltería a Scarlett Johansson hace dos años saltó a la palestra de la popularidad mainstream por primera vez cuando encabezó el reparto de 'Van Wilder' en 2002, pero no dejaba de ser uno de esos cómicos que hacen más gracia allí que aquí.
Más tarde lo intentó con el drama terrorífico ('La morada del miedo') y el cómic ('Blade Trinity') y se siguió forrando con sordina. Retomó la comedia grosera en
'Waiting...' ('Marchando') y Sólo amigos' y los fans se contaban ya por miriadas, pero aquí seguía sin calar.
¿Quién coño es ese Ryan del que hablan todos allí? 'Waiting...' (Rob McKittrick, 2005), la comedia canónica de Reynolds.
Fue el año pasado finalmente, y, gracias al altísimo, más por sus méritos interpretativos de comedia (pero en su vertiente más comedida de la que es capaz de ofrecer cuando se siente rumboso, eso sí) que por aparecer en portadas amarillas lo que convenció a parte de nuestra audiencia que era
EL HOMBRE A SEGUIR. Para empezar porque no titubeaba al dar la réplica a la
Sandra Bullock más querida desde
'Mientras dormías' (1995) en aquella comedia sofisticada que quería ser
'La proposición' (2009) y que se convirtió en monumental blockbuster contra pronóstico.
Y vuelta al drama. Ahora el director gallego Rodrigo Cortés tiene por estrenar un thriller centrado en la guerra iraquí, de nombre
'Buried', en el que Reynolds, por lo visto, se tira el 80% del metraje metido en una ataúd al estilo de La Novia en la segunda parte de 'Kill Bill'. Sus únicos aliados son un móvil casi sin batería y una bolsa de
Chasquis de Facundo, opresivo y, la verdad, poco prometedor argumento que, sin embargo,
encantó en Sundance.
Reynolds en 'Buried' (Rodrigo Cortés, 2010)
Pero esto es el futuro y yo aquí, si no les importa, vengo a hablar del pasado, bueno, estrictamente de
un pasado actualizado, porque el aluvión de críticas positivas que ha cosechado el versátil gachupino casi sin hacer ruido han facilitado que podamos ver cómo finalmente (tras dos años de retraso) se estrenaba en nuestro país
'Luciérnagas en el jardín'.
Ya con el título nos imaginábamos que comedia, comedia, lo que se dice comedia, no podíamos esperar. Cuando vemos que quienes secundan al eje Reynolds son
Emily Watson,
Willem Dafoe,
la porrista de 'Heroes' "Save the cheerleader, save the world" y, ¡Oh sorpresa!,
Julia Roberts, era normal la salivación, no os lo miréis, estáis sanos.
Y, aún con ese repartazo, la espera. ¿Qué problema había pues si la peli es potable, y, más que potable, altamente recomendable a todos los lectores desprejuiciados de bestsellers del mundo? Pues su carácter híbrido. Porque es tan estelar que no parece indie y tan intimista que no puede ser taquillera. El drama de este drama es quedarse a medio camino.
La madre, Julia Roberts, es la figura que cuenta, la fuente a la que siempre se vuelve, el fantasma que cataliza todo desde la ausencia. Con sus imperfecciones y sus fallas, pero madre, madre de eres un hijo (mío) de puta y aún así te quiero. Mañana reseteamos y aquí no ha pasado nada.
El padre es, por contra, un cabrón desquiciado (Dafoe) que deviene en demonio alborotador, culpable desquiciador malévolo y horripilante que, mediante el perdón, el reseteo, el toreo, la ausencia y la tortilla de patata estampada en la pared, y después llorada, se redime porque la madre es capaz de eso y de todo. Los hijos son el centro de la humanidad, pero las madres, pero las madres...
Y Ryan da brillo, empaque y carisma. Cambia frases con monstruos enseñando imperfecciones (de personaje) cada vez que abre la boca, pero tiene ese ángel que hace que, siempre después de la madre, a quien más queramos sea a él. Y van ya muchas veces, aunque hasta ahora casi nadie se hubiera dado cuenta.
Tráiler de 'Luciérnagas en el jardín'.
Valoración: 7,5/10
Estreno: 31 de marzo de 2010
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AMPLIACIÓN:
Avala mi tesis de durante mucho tiempo ha sido el eterno desconocido la frase que Sandra Bullock le dice en el minuto 2:52 del
fakevideo behind the scenes de 'La proposición'. "Nobody knows who you are, so shut up"
